Liderazgo espiritual
por Christopher Shaw
El verdadero líder es el que no tiene deseos de liderar, sino que se ha visto obligado a asumir el rol de líder por la presión del Espíritu.
Versículo: Jeremías 20:7
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20:7 ¡Me sedujiste, SEÑOR , y yo me dejé seducir! Fuiste más fuerte que yo, y me venciste. Todo el mundo se burla de mí; se ríen de mí todo el tiempo.
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El capítulo 20 de Jeremías registra uno de los puntos más bajos en la trayectoria del profeta. No es que hubiera sido sorprendido por el pecado ni que hubiera tomado una decisión errada. Más bien, había caído en un momento de depresión en la que deseaba, de todo corazón, acabar, de una vez por todas, con el tormento que significaba para él el ministerio. Este tipo de «bajón» es común a los que hemos sido llamados a servir como líderes entre el pueblo de Dios, y todo líder va a experimentar al menos una vez en la vida el deseo de dejarlo todo.El líder eficaz rara vez busca ser líder. Al contrario, la mayoría se resistió al llamado que Dios trajo a sus vidas. Las palabras de Jeremías nos proveen de una interesante perspectiva sobre el origen del verdadero liderazgo en la Biblia. El líder eficaz rara vez busca ser líder. Al contrario, la mayoría se resistió al llamado que Dios trajo a sus vidas. Hubieran preferido encontrarse en otro lugar, realizando otra tarea diferente a la que el Señor les proponía. Moisés argumentó largo y tendido con Jehová, buscando la forma de convencerlo de que no era la persona indicada para volver a hablar con el faraón. Gedeón demoró, con varias «pruebas», el aceptar el encargo que el ángel de Dios le había traído. David estaba enteramente ocupado en cuidar las ovejas de su padre cuando llegó Samuel a ungirlo como rey. Jeremías, como bien dice el texto de hoy, fue seducido por el Señor. No se entregó fácilmente, pero el Señor fue más fuerte que él y acabó vencido. En resumen, estos hombres llegaron a ser líderes a pesar de sí mismos. La trayectoria recorrida por estos líderes marca claramente una diferencia con el liderazgo que resulta de la ambición personal. Cuántas veces he escuchado a personas, inquietas y quejosas, que revelan lo mal que están en la congregación porque ellos «están para cosas más grandes». La trayectoria de su ministerio es una interminable historia de lamentos por las oportunidades que, supuestamente, otros no les dan. No obstante, el líder que ha alcanzado un alto nivel de eficacia en su ministerio ocupa un cargo que hubiera preferido no ocupar. Esta verdad fue clara para mí hace unos años cuando entré en contacto con una congregación que había perdido a su pastor. La congregación tenía formado un buen grupo de ancianos, pero cuando comenzaron a deliberar sobre un posible sucesor, se libró una verdadera batalla campal. La ambición de la mayoría de estos hombres eventualmente neutralizó sus ministerios y hundió a la iglesia en una profunda crisis. Lo interesante del caso es que la única persona dentro del grupo de ancianos que no deseaba ocupar ese puesto es la que la iglesia deseaba como su pastor! Así son las cosas en el reino. Los que quieren no son tomados en cuenta, y los que no quieren son llamados. Es la manera más eficaz del Señor para que el ministerio no sea impulsado por la ambición de sus hijos, sino por el sentido de llamado que él nos hace. Para pensar: El verdadero líder es el que no tiene deseos de liderar, sino que se ha visto obligado a asumir el rol de líder por la presión del Espíritu y la urgencia de la situación. A. W. Tozer
Autor: Christopher Shaw. Producido y editado por Desarrollo Cristiano Internacional para DesarrolloCristiano.com. Copyright ©2003-2010 por Desarrollo Cristiano, todos los derechos reservados.