Límites de vida

"…y la congregación librará al homicida de mano del vengador de la sangre, y la congregación lo hará volver a su ciudad de refugio, en la cual se había refugiado; y morará en ella hasta que muera el sumo sacerdote, el cual fue ungido con el aceite santo. Mas si el homicida saliere fuera de los límites de su ciudad de refugio, en la cual se refugió, y el vengador de la sangre le hallare fuera del límite de la ciudad de su refugio, y el vengador de la sangre matare al homicida, no se le culpará por ello…"   (Números 35:25-27 RV1960)

INTRODUCCIÓN

La gente por lo general considera los limites como una agresión a su libertad. Sin embargo, los límites en muchas ocasiones son límites de vida, no valorados como tales. Pensemos por ejemplo en la barandilla que limita a los turistas a la vez que los protege a los turistas cuando contemplan las imponentes barrancas del Cobre (son un límite, pero a la vez una protección). Consideremos la luz roja del semáforo es una prohibición, una restricción pero a su vez es una prevención contra el peligro de un choque, esto sin contar la administración del tráfico. Los límites son muchas veces restrictivos y prohibitivos pero también son preventivos y  protectores. Muchos se enfocan en lo primero sin considerar lo segundo.

Los límites en el camino son señalamientos de vida.

En la ciudad, en carretera, las señales de tránsito marcan límites que nos pueden sacar de apuros, contestar nuestras preguntas o incluso salvarnos la vida. Por lo tanto, los señalamientos en tienen mucha importancia,  significado y  utilidad para el manejo diario. Las señales preventivas tienen como objetivo el prevenir a los conductores, de la existencia de algún tipo de peligro en el camino. Las señales restrictivas tienen por objetivo indicar las limitaciones físicas o prohibiciones que regulan facilitan y protegen el tránsito.

El uso de la palabra no (vocablo prohibitivo restrictivo) siempre ha causado inconveniente entre la gente. Muchos de los mandamientos del Señor contienen la palabra NO lo cual incomoda a  mucha gente porque no les agrada que los limiten. Sin embargo, esta palabra en ocasiones nos previene de un peligro inminente. Dios se equivoco. Algunos neurolingüístas dice que el cerebro no captura la palabra NO y que es traumática. Recomiendan evitar la palabra no. Un ejemplo de esta creencia lo encontramos en el libro”el Secreto”. No obstante el Señor lo usa en innumerables ocasiónes. ¿Es que acaso el Señor se equivocó?

Y no temáis á los que matan el cuerpo, mas al alma no pueden matar: temed antes á aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.   (Mateo 10:28)

No uses la palabra NO, EVITA NUNCA etc. Esto es tan contradictorio como decir: Nunca digas nunca. Esta gran mentira se ha extendido con la difusión de libros gnósticos tales como el secreto. La palabra NO nos incomoda porque nos pone LÍMITES, nuestro carácter rebelde no acepta límites, restricciones, o prohibiciones con facilidad. La equivocación es de los hombres no del Creador.

Y HABLO Dios todas estas palabras, diciendo: Yo soy JEHOVA tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de siervos. No tendrás dioses ajenos delante de mí. No te harás imagen, ni ninguna semejanza de cosa que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra: No te inclinarás á ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos, sobre los terceros y sobre los cuartos, á los que me aborrecen, Y que hago misericordia en millares á los que me aman, y guardan mis mandamientos. No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano. Acordarte has del día del reposo, para santificarlo: Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; Mas el séptimo día será reposo para Jehová tu Dios: no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas: Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, la mar y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día: por tanto Jehová bendijo el día del reposo y lo santificó.

Honra á tu padre y á tu madre, porque tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da. No matarás. No cometerás adulterio. No hurtarás. No hablarás contra tu prójimo falso testimonio. No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo. (Éxodo 20:1-17)

Simei podía haber prolongado sus días si hubiera permanecido dentro de los límites impuestos por Salomón. Permanecer en Jerusalém le aseguraba vida, sin embargo, la codicia lo movió a salir de la cobertura de protección. Semejantemente, cuando nosotros salimos de la obediencia a los límites establecidos por Dios corremos el riesgo de acabar con nuestra provisión de vida. 

Después envió el rey, é hizo venir á Semei, y díjole: Edifícate una casa en Jerusalem, y mora ahí, y no salgas de allá á una parte ni á otra; Porque sabe de cierto que el día que salieres, y pasares el torrente de Cedrón, sin duda morirás, y tu sangre será sobre tu cabeza. Y Semei dijo al rey: La palabra es buena; como el rey mi señor ha dicho, así lo hará tu siervo. Y habitó Semei en Jerusalem muchos días. Pero pasados tres años, aconteció que se le huyeron á Semei dos siervos á Achîs, hijo de Maachâ, rey de Gath. Y dieron aviso á Semei, diciendo: He aquí que tus siervos están en Gath. Levantóse entonces Semei, y enalbardó su asno, y fué á Gath, á Achîs, á procurar sus siervos. Fué pues Semei, y volvió sus siervos de Gath. Díjose luego á Salomón como Semei había ido de Jerusalem hasta Gath, y que había vuelto. Entonces el rey envió, é hizo venir á Semei, y díjole: ¿No te conjuré yo por Jehová, y te protesté, diciendo: El día que salieres, y fueres acá ó acullá, sabe de cierto que has de morir? Y tú me dijiste: La palabra es buena, yo la obedezco. ¿Por qué pues no guardaste el juramento de Jehová, y el mandamiento que yo te impuse? Dijo además el rey á Semei: Tú sabes todo el mal, el cual tu corazón bien sabe, que cometiste contra mi padre David; Jehová pues, ha tornado el mal sobre tu cabeza.   (1 Reyes 2:36-44)

Tanto las leyes morales, ceremoniales y dietéticas tienen el propósito de bendecir con vida plena.

El siguiente mandamiento buscaba entre otras cosas evitar las enfermedades venéreas  por medio de la higiene.

»Cuando un hombre y una mujer tengan relaciones sexuales con eyaculación, ambos deberán bañarse, y quedarán impuros hasta el anochecer.

(Levítico 15:18 NVI)

Las restricciones alimentarias ordenadas en la Ley de Moisés tenían como objeto evitar enfermedades relacionadas con el colesterol y otros.

»El cerdo, porque tiene la pezuña partida en dos pero no es rumiante; este animal será impuro para ustedes. »No comerán la carne ni tocarán el cadáver de estos animales. Ustedes los considerarán animales impuros.(Levítico 11:7-8 NVI)

Permanecer dentro de las casas marcadas con la sangre del cordero pascual garantizaba protección y vida contra el exterminio. Similarmente, permanecer  bajo la protección de la sangre del Cordero de Dios que quita el pecado del mundo nos preserva vida y salvación.

Pues yo pasaré aquella noche por la tierra de Egipto, y heriré á todo primogénito en la tierra de Egipto, así en los hombres como en las bestias: y haré juicios en todos los dioses de Egipto. YO JEHOVA. Y la sangre os será por señal en las casas donde vosotros estéis; y veré la sangre, y pasaré de vosotros, y no habrá en vosotros plaga de mortandad, cuando heriré la tierra de Egipto.(Éxodo 12:12-13)

Rahab penitente pecadora tenía que permanecer en el perímetro de la casa para que el listón rojo fuera garantía de vida para ella y los suyos ante la destrucción inminente. De igual manera, nosotros indignos pecadores tenemos que permanecer bajo la cobertura de la sangre del Redentor para escapar de la ira venidera.

Ruégoos pues ahora, me juréis por Jehová, que como he hecho misericordia con vosotros, así la haréis vosotros con la casa de mi padre, de lo cual me daréis una señal cierta; Y que salvaréis la vida á mi padre y á mi madre, y á mis hermanos y hermanas, y á todo lo que es suyo; y que libraréis nuestras vidas de la muerte. Y ellos le respondieron: Nuestra alma por vosotros hasta la muerte, si no denunciareis este nuestro negocio: y cuando Jehová nos hubiere dado la tierra, nosotros haremos contigo misericordia y verdad. Entonces ella los hizo descender con una cuerda por la ventana; porque su casa estaba á la pared del muro, y ella vivía en el muro. Y díjoles: Marchaos al monte, porque los que fueron tras vosotros no os encuentren; y estad escondidos allí tres días, hasta que los que os siguen hayan vuelto; y después os iréis vuestro camino. Y ellos le dijeron: Nosotros seremos desobligados de este juramento con que nos has conjurado. He aquí, cuando nosotros entráremos en la tierra, tú atarás este cordón de grana á la ventana por la cual nos descolgaste: y tú juntarás en tu casa tu padre y tu madre, tus hermanos y toda la familia de tu padre. Cualquiera que saliere fuera de las puertas de tu casa, su sangre será sobre su cabeza, y nosotros sin culpa. Mas cualquiera que se estuviere en casa contigo, su sangre será sobre nuestra cabeza, si mano le tocare.

(Josué 2:12-19)

La obediencia a toda la Ley del Señor es la mejor vacuna contra las enfermedades, miren cómo están los hospitales del mundo llenos de gente que no obedece al Señor. Muchas de las enfermedades que padecemos es el resultado de haber traspasado los límites del Creador en lo que respecta a lo moral, alimentario, sexual, etc.

Y quitará Jehová de ti toda enfermedad; y todas las malas plagas de Egipto, que tú sabes, no las pondrá sobre ti, antes las pondrá sobre todos los que te aborrecieren.(Deuteronomio 7:15)

Permanecer en el Salvador nos asegura la participación de la vida abundante y llena de fruto en Él. Salir de los límites de la vida en nuestro Redentor solo causara que nos marchitemos al no participar de la savia de vida que nutre todos los sarmientos. Permanezcamos dentro de los límites de la vid verdadera.

YO soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no lleva fruto, le quitará: y todo aquel que lleva fruto, le limpiará, para que lleve más fruto. Ya vosotros sois limpios por la palabra que os he hablado. Estad en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto de sí mismo, si no estuviere en la vid; así ni vosotros, si no estuviereis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos: el que está en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque sin mí nada podéis hacer. El que en mí no estuviere, será echado fuera como mal pámpano, y se secará; y los cogen, y los echan en el fuego, y arden. Si estuviereis en mí, y mis palabras estuvieren en vosotros, pedid todo lo que quisiereis, y os será hecho. En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos.  (Juan 15:1-8)

CONCLUSIÓN

Los límites dados por el Señor no tienen como objetivo quitarnos sino por el contrario su objeto es darnos vida. No son para limitarnos sino para protegernos. Lo que al principio pudiera parecernos una molesta restricción a nuestra libertad a la postre será nuestra protección y preservación de muchos males.

Fuente: www.centraldesermones.com