Los Cristianos y las denominaciones cristianas
Los Cristianos y las denominaciones cristianas
“PARA QUE TODOS SEAN UNO.”(Juan 17:21)
Tal vez esto te sorprenda, pero el Libro de la Vida no tiene ninguna casilla para apuntar la denominación cristiana al lado de tu nombre; porque en el cielo no existen las etiquetas religiosas. Si alguien tiene derecho a llamar a Jesús “Señor”, entonces debes tratarlo como tu hermano, sin tener en cuenta a qué iglesia asiste. Todos somos familiares de sangre -¡la sangre de Jesús! Como creyentes, la Biblia nos dice que tenemos que “.mantener la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz” (Efesios 4:3). Fíjate bien que Dios no nos dice que formemos la unidad, sino que la mantengamos. El humorista Elmo Phillips contaba la siguiente anécdota:
“Un día estaba conversando con alguien a quien no conocía bien y le pregunté: ‘¿Eres protestante o católico? Mi conocido dijo: ‘Protestante’. ‘Como yo’, le dije. ‘¿De qué denominación?’ le pregunté. ‘Bautista’ me respondió. ‘Vaya, yo también’, añadí. Y seguí preguntando: ‘¿Bautista del Norte o Bautista del Sur?’ ‘Bautista del Norte’, respondió. ‘¡Como yo!’ grité entusiasmado. Y así seguí con el interrogatorio. Por fin le pregunté: ‘¿Bautista Conservador Fundamentalista del Norte, de la Región de los Grandes Lagos, Concilio de 1879 o Bautista Conservador Fundamentalista del Norte, de la Región de los Grandes Lagos, Concilio de 1912?’ A lo que respondió: ‘Bautista Conservador Fundamentalista del Norte, de la Región de los Grandes Lagos, Concilio de 1912.’ Entonces le dije: “¡Muere, hereje!’”
En serio, ¿sabes por qué oró Jesúsí “.Que todos sean uno. para que el mundo crea que tú me enviaste” (Juan 17:21). Una iglesia dividida es una iglesia débil y enferma. ¿Te has parado alguna vez a pensar lo que sucedería si no hiciéramos caso de nuestras etiquetas religiosas y presentáramos mejor el contenido de lo que somosí A lo mejor ni siquiera habría que poner rótulos afuera de las iglesias para llamar la atención, porque la gente se sentiría atraída por el amor de los de dentro. Merece la pena considerarlo, ¿no?