Los dones son para edificación de la Iglesia y los frutos son para la personalidad de los creyentes. Los frutos al completo estaban en Jesús. Él es el cien por cien de la voluntad del Padre cumplida.
Un fruto que debe abundar en los creyentes de hoy, es una sonrisa de amabilidad. Una buena enseñanza es siempre tener una sonrisa para los padres naturales o espirituales. Todo lo que un padre siembra en sus hijos se le vuelve en recompensa en forma de sonrisa. Cuando un creyente le sonríe al Señor, su vida se libera. Lo contrario a un creyente que no sonríe, es uno que vive en amargura. “Un corazón alegre es un buen remedio”.
El que dice: “Yo creo en Jesús” e incluso toma Santa Cena sin discernir el cuerpo, indignamente lo están haciendo, le serán acortados sus días.
Una persona que ya tiene su propia enseñanza y no percibe lo espiritual que se esté moviendo a su alrededor, acabará cayendo en un pozo y hará caer a otros. Nunca se conforman a vivir un desastre personal e individual, sino que buscaran arrastrar a más familias.
La ventaja de nosotros, los creyentes, es que a Jesús lo tenemos dentro y no lo tenemos en la cruz clavado. Entre nosotros nos podemos traicionar, vender, mentir, burlar (éstos no irán al cielo) pero los que esto se lo hacen al Señor, serán directamente consumidos.
La obra de los frutos del Espíritu, es una obra “por Amor” y este amor es para ganar almas. El Señor le dice a la Iglesia: “Yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros…”
Jeremías 29:12
Esto es un avivamiento. Nuestro destino está calculado por Dios. Él ya sabía si íbamos a venir de otro país, si Él lo tenía señalado es su voluntad que estos hermanos se queden aquí. Somos una congregación multicultural, pues han venido hermanos de todas partes del mundo.
Los creyentes que están predestinados en su caminar, es como si fueran caballos de adiestramiento especial y serán elegidos para tirar de la carroza real.
El Altar es el lugar para reconciliarnos, primero con nuestro hermano y después ofreceremos ofrenda a Jehová.Cuando perseguimos a un hermano estamos luchando contra Dios. Esta persecución puede ser verbal e igual de dañina.
Dios permitirá que a nuestro lado caigan, incluso, columnas que por años han estado ahí, para que nos demos cuenta de que nuestro único apoyo es el Señor y aquellos que son de la fe.
Con una sonrisa podemos decir cosas muy grandes. Cuando debemos reprender a los pequeños, siempre hemos de decirlo con un bautismo de amabilidad. Él nunca nos llama para retroceder. Él avisa, corrige, reprende … para que avancemos a la
verdad.
Salmo 91:15
Este Salmo habla de aquellos que han mirado a Dios y Él les ha hecho resplandecer.
Isaías 65:24
Dios nos conoce tanto… Desde un principio conoce nuestros pensamientos.
Juan 15:7
Jesús hablaba conforme a los pensamientos que discernía en las almas que tenía a su lado. El verdadero predicador conoce por el Espíritu la atmósfera que se manifiesta en cada momento. Es un discernimiento que no tienen las ovejas del rebaño.