Por: pastor Daniel Brito
Título: Los Dos Deudores
Texto: Lucas 7:36-50
“Uno de los *fariseos invitó a Jesús a comer, así que fue a la casa del fariseo y se *sentó a la mesa. 37 Ahora bien, vivía en aquel pueblo una mujer que tenía fama de *pecadora. Cuando ella se enteró de que Jesús estaba comiendo en casa del fariseo, se presentó con un frasco de alabastro lleno de perfume.38 Llorando, se arrojó a los pies de Jesús, de manera que se los bañaba en lágrimas. Luego se los secó con los cabellos; también se los besaba y se los ungía con el perfume. 39 Al ver esto, el fariseo que lo había invitado dijo para sí: «Si este hombre fuera profeta, sabría quién es la que lo está tocando, y qué clase de mujer es: una pecadora.»
40 Entonces Jesús le dijo a manera de respuesta:
—Simón, tengo algo que decirte. —Dime, Maestro —respondió.
41 —Dos hombres le debían dinero a cierto prestamista. Uno le debía quinientas monedas de plata, y el otro cincuenta.42 Como no tenían con qué pagarle, les perdonó la deuda a los dos. Ahora bien, ¿cuál de los dos lo amará más? 43 —Supongo que aquel a quien más le perdonó —contestó Simón.
—Has juzgado bien —le dijo Jesús. 44 Luego se volvió hacia la mujer y le dijo a Simón:
—¿Ves a esta mujer? Cuando entré en tu casa, no me diste agua para los pies, pero ella me ha bañado los pies en lágrimas y me los ha secado con sus cabellos.45 Tú no me besaste, pero ella, desde que entré, no ha dejado de besarme los pies.46 Tú no me ungiste la cabeza con aceite, pero ella me ungió los pies con perfume.47 Por esto te digo: si ella ha amado mucho, es que sus muchos pecados le han sido perdonados. Pero a quien poco se le perdona, poco ama.
48 Entonces le dijo Jesús a ella: —Tus pecados quedan perdonados.
49 Los otros invitados comenzaron a decir entre sí: «¿Quién es éste, que hasta perdona pecados?» 50 —Tu fe te ha salvado —le dijo Jesús a la mujer—; vete en paz.”
Introducción
En esta noche seguimos con el tema de la lección pasada que fue el tema del perdón. En esta lección tenemos a DOS personajes: un hombre y una mujer, y encontramos muchas lecciones para cada uno de nosotros. Trataremos los siguientes puntos:
1) La invitación de un Fariseo
2) Una mujer pecadora
3) Diez veces más pecadora
4) El perdón de DIOS y la Santidad
5) Solamente DIOS puede perdonar pecados
Lección
1. La invitación de un Fariseo. – En el Nuevo Testamento encontramos el nombre de Simón en varias ocasiones. En este caso, este Simón no es el mismo Simón que encontramos en otros lugares. Simón era un nombre común en los tiempos Bíblicos. Veamos algunas de las características de este Fariseo llamado Simón.
a. En primer lugar, Simón representa a las tantas personas que teniendo la VERDAD delante de ellos, se interesan solamente, pero no entran por el Camino correcto, quien es JESUCRISTO.
b. En segundo lugar, las costumbres en los tiempos Bíblicos era que cuando un invitado entraba en la casa de quien lo había invitado, era cortesía lavarle los pies. Ese era el trabajo del esclavo de la casa, o del hijo o hija menor.
i.En aquellos tiempos no habían calles asfaltadas como las que estamos acostumbrados a ver. Las calles eran de tierra, y la gente usaban sandalias abiertas en sus pies. Eso quiere decir que después de caminar por un rato, los pies se llenaban de polvo o tierra, y al entrar en una casa, era común como ya hemos dicho, lavarle los pies al invitado.
c. En tercer lugar, también era común darle un beso al invitado. Debemos recordar que en nuestra cultura no es común el beso entre hombres, pero sí lo era en los tiempos Bíblicos.
d. En cuarto lugar, también era común el ungir con aceita de oliva la cabeza del invitado que tal vez llegaba cansado del camino y sudado.
e. Como podemos ver, Simón el Fariseo había sido negligente con JESUCRISTO en todas esas costumbres de cortesía para un invitado.
2. Una mujer pecadora. – La segunda persona en nuestra historia es una mujer prostituta, o como Lucas la llama: una mujer que tenía fama de pecadora. La mujer había llegado a esa cena sin invitación. Cuando alguien tenía invitados en aquellos tiempos, los vecinos podían llegar sin ser invitados y quedarse de pie al lado de la pared, o sentarse, para escuchar solamente.[1]
a. La mujer había venido buscando el perdón del Salvador, a una casa donde regularmente no iba a encontrar una bienvenida. El hambre que ella tenía era el hambre del alma, y llena de gratitud, unge los pies cansados del Salvador con perfume.
i.Debemos recordar que los pies de JESÚS estaban sucios, porque Simón no había proveído para lavarlos.
b. La mujer no solamente le lava los pies al Salvador, también los seca con sus cabellos, y le besa los pies a nuestro SEÑOR.
i.EJEMPLO: Cuando Aníbal el grande amenazaba a Roma con su ejército, se dice que las Damas de Roma fueron a los altares paganos y lavaron los pisos de los templos con sus cabellos.[2]
ii.Esta mujer pecadora lavó los Pies del Único y Verdadero DIOS.
3. Diez veces más pecadora. – Simón el Fariseo al ver a la mujer pecadora ungir y besar los pies de JESUCRISTO, piensa dentro de sí mismo, que JESUCRISTO no podía ser un profeta si supiera quien era esa mujer.
a. Nuestro SEÑOR conocía muy bien sus pensamientos, y entonces le hace a Simón una pregunta, con la Parábola de los Dos Deudores:
i.“Entonces Jesús le dijo a manera de respuesta: —Simón, tengo algo que decirte. —Dime, Maestro —respondió. 41 —Dos hombres le debían dinero a cierto prestamista. Uno le debía quinientas monedas de plata, y el otro cincuenta.42 Como no tenían con qué pagarle, les perdonó la deuda a los dos. Ahora bien, ¿cuál de los dos lo amará más? 43 —Supongo que aquel a quien más le perdonó —contestó Simón.”
b. Simón respondió que suponía que a quien más se le perdonó, más agradecería.
c. En la Parábola, la mujer era la que debía al prestamista las 500 monedas. Simón era el que debía solamente 50 monedas, que era una cifra baja. Eso quiere decir que la mujer era DIEZ VECES más pecadora que Simón. Pero Simón guiado por su propia justicia, no estaba aceptando que él también era un pecador. La Palabra de DIOS nos dice que aunque hay algunos que hacen pecados horribles, TODOS somos pecadores, y TODOS necesitamos el PERDÓN de DIOS.
i.(Romanos 3:23) “Pues todos han pecado y están privados de la gloria de Dios”.
4. El perdón de DIOS y la Santidad. – El SEÑOR JESUCRISTO le recuerda a Simón el Fariseo que él había sido bien descortés con Él, al no haberle proveído la cortesía común como el lavarles los pies, el ungir su cabeza con aceite, y el haberle dado el beso. La mujer había hecho todo eso y aun más, porque había mostrado un corazón penitente; mientras que Simón mostraba un corazón altanero. La historia de Simón el Fariseo nos muestra que es posible tener religión y sin embargo no conocer el Evangelio de JESUCRISTO.
a. La mujer había mostrado que estaba agradecida por haber recibido el PERDÓN de DIOS.
b. Simón el Fariseo mostraba que no sentía que necesitaba PERDÓN. No se sentía bajo ninguna obligación, o sea, no se sentía DEUDOR de JESUCRISTO.
c. Pero debemos notar que, la única forma de enseñar a los hombres a vivir vidas en santidad, es enseñarles y predicar el PERDÓN gratis y completo solamente a través de JESUCRISTO.[3]
i.Debemos entender que la PAZ CON DIOS, la obtenemos solamente por medio del PERDÓN que nuestro SEÑOR JESUCRISTO nos obsequia sin merecerlo. Por eso Romanos 8:1 dice:
1. “Por lo tanto, ya no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús”
ii.Es por eso que hablamos del PERDÓN DE DIOS, antes de la SANTIFICACIÓN, porque una vida verdaderamente agradecida, desea OBEDECER A DIOS.
5. Solamente DIOS puede perdonar pecados. – Para concluir nuestra lección en esta noche, debemos poner atención a DOS cosas: El Conocimiento que DIOS tiene de cada uno de nosotros, y que SOLAMENTE DIOS puede perdonar pecados.
a. Mientras que la mujer ungía al SEÑOR, Simón pensaba dentro de sí mismo, y JESUCRISTO conocía sus pensamientos.
i.(Juan 2:23-25) “Mientras estaba en Jerusalén, durante la fiesta de la Pascua, muchos creyeron en su nombre al ver las señales que hacía.24 En cambio Jesús no les creía porque los conocía a todos;25 no necesitaba que nadie le informara nada acerca de los demás, pues él conocía el interior del *ser humano.”
b. Los invitados de Simón, al igual que el mismo Simón, no creían que JESUCRISTO era el DIOS Eterno. Incluso, dudaban si fuera un simple profeta. Tenían al Salvador del mundo delante de ellos, y no lo querían aceptar. Pero JESUCRISTO le dijo a la mujer, que ella SÍ había encontrado el PERDÓN de sus pecados, porque había puesto su confianza en el Salvador del mundo.
i.“Entonces le dijo Jesús a ella: —Tus pecados quedan perdonados. 49 Los otros invitados comenzaron a decir entre sí: «¿Quién es éste, que hasta perdona pecados?» 50 —Tu fe te ha salvado —le dijo Jesús a la mujer—; vete en paz.”
c. Ahora debemos preguntar: ¿Habrá alguien en medio nuestro que todavía no ha encontrado el PERDÓN DE DIOS?
Conclusión
Oremos….
*Toda referencia Bíblica es tomada de la Biblia, Nueva Versión Internacional.
Notas:
1) J. Vernon McGee, Thru the Bible, Vol. IV, p. 279, Thomas Nelson Publishers.
2) Herbert Lockyer, All the Parables of the Bible, p. 257, Zondervan.
3) J.C. Ryle, Expository Thoughts on the Gospels, vol. 2, p. 238, Baker Book House.