Los Testigos de Jehová

por Gerardo Kopf

Predicadores de un “salvador” al que quisieran olvidar.

Sin duda, la Asociación Internacional de Estudiantes de la Biblia ha levantado mucho polvo en el mundo de hoy. En prácticamente un siglo, los comúnmente llamados Testigos de Jehová (TdJ) han alcanzado a sumar la cifra mundial de 3.400.000 fíeles. Más de una denominación cristiana anhelaría un crecimiento como el de ellos.

Sus ataques a las religiones, especialmente a la cristiandad y su concepto de atribuirles la responsabilidad del «desvío espiritual», sumado a su constante prédica de que los gobiernos de cada país son «satánicos», hicieron de ellos un grupo controvertido en todas las sociedades en las que se encuentra. Este hecho, de por sí, es el caldo de cultivo ideal para sentirse «víctimas» y perseguidos, lo cual potencia su fuerza como organización mártir, que, según ellos, es centinela de Jehová frente a un mundo desviado e incrédulo.

Su principal característica es su prédica escatológica sobre el Reino de Dios, al que dicen que comenzó en 1914. Ese es el centro de su doctrina y el pivote donde gira todo su accionar.

La sede central de esta organización mundial se encuentra en los Estados Unidos de Norteamérica, en la ciudad de Brooklyn. Su cuerpo gobernante internacional asciende a 18 miembros y su mayor crecimiento se ha dado en Brasil, México, Japón e Italia. De acuerdo a datos aportados por sus propios líderes, en Italia han llegado a ser la segunda religión después del Catolicismo. En Argentina han alcanzado la cifra de 1.142 congregaciones (unos 73.808 fieles), según datos oficiales correspondientes al corriente año.

La palabra impresa es la principal herramienta. Imprimen toneladas y toneladas de materiales. Para dar un ejemplo basta decir que la tirada de su revista El Atalaya es de 13.000.000 de ejemplares. Se publica en 105 idiomas, incluyendo el bengalí, iloko, yoruba, zulú, fijiano, groenlandés y samoano. Estos materiales son celosamente portados y distribuidos por los fieles, los que recorren las ciudades palmo a palmo y de dos en dos.

Estos materiales hablan del Reino que comenzó en 1914, del Armagedón que se viene y de la nueva vida en el paraíso terrenal al que cualquiera puede aspirar. Para ellos no hay infierno permanente. Es la destrucción total y nada más.

LA HISTORIA

Su origen se remonta al siglo pasado. Aunque ellos aducirán que provienen de la iglesia cristiana primitiva.

En un reportaje del diario La Nación, de Buenos Aires, uno de los líderes máximos de ese país, Tomás P. Kardos, respondió que no eran una secta, ya que no tienen una cabeza central y mundial sino a Jesucristo, cosa que no concuerda con su proclamación constante de que Jehová es aquél a quienes ellos reconocen, mostrando siempre a Jesucristo como un agente de la salvación, y repitiendo que sólo Jehová es su cabeza.

Pero la realidad es que el hecho de que no tengan la cabeza en un solo hombre sino 18 se debe al fracaso de sus dos primeros líderes, su fundador y el reflotado de la secta, Russell y Rutherford, respectivamente. Sus fracasadas profecías sólo trajeron descrédito, aun entre sus propios fieles. El hecho del liderazgo mundial colegiado indica que han aprendido la amarga experiencia de que predecir erróneamente (mentir) es evidencia directa de la falsedad sobre la que fue fundada este movimiento.CARLOS TAZE RUSSELL

La primera etapa de los TdJ puede considerarse entre los años 1874 y 1916. En 1852 nació Carios Taze Russell en una familia próspera. Fue miembro de una iglesia presbiteriana y luego de una iglesia congregacional. También fue miembro de la Asociación Cristiana de Jóvenes.

Cierto día entró en un humilde salón de, los adventistas y le fascinó el tema de Segunda venida de Cristo, así como los libros profetices al respecto. Obtuvo un ejemplar de la revista El Heraldo de la Mañana (también adventista) donde leyó un artículo escrito por N. H. Barbour en el que trataba de justificar el fracaso profetice de 1874 (profecía según la cual Cristo vendría en ese año en carne y el mundo sería consumido por fuego). La justificación consistía en decir que Jesucristo había regresado «espiritualmente» y no «en carne» como antes habían pregonado. Russell se llegó hasta el mismo Barbour y compartieron el común interés en la Segunda Venida, mejorando la presentación profética inicial y hasta publicando revistas y libros en forma conjunta.

En el año 1877, ambos escribieron el libro Tres Mundos donde indicaban que en 1874 había comenzado el «principio del fin» y que en 1914 seria el fin material del segundo (fin cabal). Ese año sería el verdadero regreso completo de Cristo y el comienzo del Reino de Dios en la Tierra.

En 1884, Russell fundó la Watch Tower Bible and Tract Society y desarrolló una secta, juntando adeptos que lo seguían (a los que se les comenzó a llamar russelistas). Estos creían en sus apocalípticas e inminentes predicciones, sobre él fin cabal (fin final) de 1914. El esperado año 14 llegó y el mundo seguía su curso. Convulsionado por el comienzo de la Primera Guerra Mundial, pero seguía en pie.

Al fracaso de su predicción y ante la desilusión de sus fíeles, Russell extendió este «fin final» (como dicen tos testigos de hoy) al año 1918. Su esposa se divorció de él acusándolo de egoísmo, prepotencia e infidelidad. En 1916 falleció en un tren, solitario y olvidado. No tuvo necesidad de encontrar alguna explicación a la falta de cumplimiento de la nueva predicción.

JOSEPH F. RUTHERFORD

Entre 1917 y 1942 se desarrolla la segunda etapa de la secta. En 1918 el movimiento estuvo en el punto más bajo en su historia en cuánto a cantidad de fíeles: 3.868 miembros activos. Cuando Rutherford dejó de dirigirla contaban con 115.240 registrados. Joseph F. Rutherford tomó esta secta «sin cabeza» y la condujo hasta su muerte. Pospuso la fecha de Russell para 1925 como fecha del Armagedón y profetizó que Abraham, Isaac, Jacob y otros patriarcas resucitarían para entonces y construyó una mansión para los patriarcas que resucitarían. Desde ya, está de más decir que si alguien la ocupó no fueron precisamente los personajes del Antiguo Testamento. El mismo la ocupó y murió en ella en 1942, como símbolo de la predicción incumplida.

Rutherford reemplazó la organización «fraterna» que había desarrollado Russell por otra fuertemente centralizada y jerárquica. Según sus propias expresiones, él estaba al frente de una organización teocrática, y en 1931 cambió nombre de «Estudiantes de la Biblia» por el de “Testigos de Jehová».

EL CUERPO COLEGIADO

En esta tercera etapa no hay líderes o profetas sobresalientes que tengan el carácter de infalible. Como decíamos anteriormente, tos errores de cálculo que evidenciaron Russell y Rutherford fueron una lección dura para esta secta, aunque no definitivamente pues anunciaron otras fechas no cumplidas.

El órgano de gobierno está integrado por 18 apóstoles, los que son parte del grupo total de 144.000 líderes mundiales (los «elegidos» para gobernar con Cristo). No es tanto ahora «el hombre» el infalible, sino «la literatura» que imprimen. Tanto las revistas Despertad y Atalaya, como sus libros son de carácter «palabra santa», según ellos.

ARREGLANDO LA DOCTRINA

Sobrevenido el tremendo fracaso profético de 1914, desarrollaron la doctrina de que «ese año fue el principio del fin en que Cristo venció en el aire» (¿?) y que por eso sucedió el cataclismo de la Primera Guerra Mundial, ignorando que Russell ya había dicho que ese hipotético «triunfo etéreo» había ocurrido en 1874.

El «fin final», dicen, está pronto a venir. Con cierta timidez (no es para menos) hablaban de agosto de 1975 como la fecha precisa, pero esa fecha vino y tampoco se cumplió, aunque de esto, aparentemente, no se preocupan ni sus fíeles ni sus líderes. Su énfasis continúa siendo el de «preservarse del inminente Armagedon y ser salvados de los guías falsos y los gobiernos satánicos».

EL REINO

Es el tema más fascinante para tos testigos de Jehová. Es el centro de todo. La esperanza y la ingenuidad humanas son dos campos fértiles para el cultivo de sus enseñanzas. La promesa de ver a tos seres queridos perdidos y la necesidad de la salvación personal han dado cabida para que muchos se inclinen a escuchar su doctrina. Este reino de los TdJ traerá consigo «el fin del mundo y la implantación del Reino de Dios en forma visible». El gran problema es cuándo se dará esto.

En los comienzos se reconoció entre los testigos que 1874 era el comienzo de la cosecha, el tiempo de tos gentiles y el fin de esta etapa sería 1914. Es la etapa de la «Siega de la Edad Evangélica». Rutherford incluía este tiempo en sus profecías, pero decía que más bien era hasta 1918. Los ángeles que salen a segar son los propagandistas de los «Testigos» que salieron a ganar adeptos. El siervo fiel y prudente a quién puso el Señor es el «pastor» Russell. El trigo lo componen los verdaderos cristianos (los testigos) y la cizaña son aquellos que son cristianos de nombre. Según ellos mismos, este es el tiempo de la cosecha. Pero ¿qué pasa después?. ¿Para qué seguir predicando luego si ya pasó el tiempo de la siega?. Rutherford explicará que después de la cosecha se suele volver a rebuscar espigas y que ahora es, precisamente, el tiempo de «respigar». Lo notable es que en 1918 suman 3.868 personas y en la actualidad tienen 3.400.000 seguidores. En ese caso, «la respigada» fue más importante que la cosecha misma. Según los TdJ, Jesús vino en 1914 porque tuvo lugar la parusía (la presencia) pero que en 1918 tuvo lugar la epifanía (su aparecimiento) (La verdad os hará libres, pág. 345). También podemos leer: «Así como Jesús limpió el templo en Jerusalén tres años y medio después de ser ungido con el Espíritu de Dios para ser Rey, del mismo modo tres años y medio después de recibir poder como rey en otoño de 1914, él vino al templo espiritual como el mensajero de Jehová y empezó a limpiarlo. De manera que esto aconteció en la primavera de 1918. Eso marcó el principio del período de juicio e inspección de sus seguidores engendrados por el espíritu.» (Sea Dios veraz, pág. 198).

En su libro Jehová, Rutherford enseña que en 1918 comenzó el juicio sobre el mundo que terminará en el Armagedón. Hasta hace poco se atrevieron a decir que el fin final sena agosto de 1975. Si resumimos sus enseñanzas podremos ver que anunciaron hasta ahora varias fechas de la venida de Cristo: 1874,1878,1914,1918, 1975. Asimismo anunciaron para 1925 la venida de los patriarcas, con la mencionada construcción de la mansión. ¿Cuál fecha de estas deberíamos creer en forma seria?. El único evento que falta por cumplir se es el Armagedón (fin final). La única forma de sobrevivir a esa catástrofe y librarse del sistema político y religioso es adherirse al «reino teocrático».

LA TRINIDAD

Afirman que la doctrina de la Trinidad es de origen pagano. En su libro Sea Dios veraz (p. 100), afirman que, legendariamente, «Nimrod se casó con su madre Semiramis, de tal manera que, en un sentido fue su propio padre y su propio hijo. Aquí se halla el origen de la Trinidad», dicen. «Directamente la Biblia ni siquiera menciona la trinidad» afirman.

Ellos ven en Jehová el Padre, al Creador y Redentor total. Jesucristo es un dios inferior, aunque lo reconozcan «poderoso».

Para ellos. Jesús es el agente de la Creación y de la Salvación, creado en el verdadero principio, antes de la fundación del mundo; por eso dicen que es el «primogénito de la Creación» (Col. 1.15). Es una especie de platonismo pero con otras connotaciones. Ellos creen que Dios creó a Jesús para morir expiatoriamente por los hombres. Nosotros creemos que Dios se cargó a sí mismo con el pecado de todos nosotros; y no que creara un nuevo personaje en la escena para que corriera con los gastos. El Espíritu Santo sería la fuerza enviada por Jehová, como una central eléctrica envía el flujo eléctrico por los cables a toda la ciudad. En su concepto, eso es el «espíritu santo» de Jehová.

Nosotros también sabemos que la palabra Trinidad no aparece como tal en la Biblia y que Jehová es uno. Dios es uno solo y esto lo declara enfáticamente toda la Escritura. Pero de la enseñanza bíblica surge claramente la multipersonalidad del único Dios que tenemos. Ahora bien, de las enseñanzas de la secta surge una pregunta:

¿Cómo es que, siendo Jehová el único Dios, tienen a Jesucristo, otro dios? Con esto reconocen que son politeístas. Están diciendo que, si bien hay diferencia de niveles, creen en varios dioses. Al negar la trinidad creen resolver un problema que los incluye en otro: el politeísmo. Y soto quedan dos alternativas: reconocen que son politeístas o reconocen que Dios es uno pero que se revela en el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo.

ALGO MAS SOBRE LA PERSONA DE CRISTO

Ellos, como lo fue para Arrió en el siglo cuarto, niegan la deidad de Cristo; más bien es un ser creado que Creador. (Estudios de las Escrituras). Cristo es para ellos, según Juan 1.1 «un dios menor». Dicen que Juan no quiso decir que Jesús era Dios sino «un dios» (con artículo indefinido). Russell enseñaba que los testigos «reconocen la preexistencia de Jesús, pero no su preexistencia eterna», y que «el arcángel Miguel era Jesús» (Estudios de las Escrituras). La creación directa de Jehová fue Jesús, luego todo fue creado por conducto de él. Asimismo, como decíamos antes, rayan con el politeísmo, siendo condenados por su texto favorito, el de Isaías 43.10 en su segunda parte: «Vosotros sois mis testigos, declara el Señor, y mi siervo a quién he escogido, para que me conozcáis y creáis en mí, y entendáis que soy yo. Antes de mí no fue formado dios, ni después de mí lo habrá».

En cuánto a la naturaleza de Jesús dijo Russell: Tampoco fue Jesús una combinación de las dos naturalezas, la humana y la espiritual… Cuando Jesús estuvo en la carne fue un ser humano perfecto; antes había sido un ser espiritual perfecto; y desde su resurrección es un ser espiritual perfecto de la orden más elevada o divina… experimentó por dos veces cambio de naturaleza, primero de lo espiritual a lo humano; después de lo humano al más alto orden de la naturaleza espiritual: la divina; y tanto en un caso como en el otro dejó una naturaleza para tomar la otra. (Estudios de las Escrituras). Rutherford sostenía la misma doctrina. Para ellos la obra redentora de Jesús fue la de un mero hombre, que es el verdadero corolario de esta doctrina. «Su existencia humana terminó en la cruz. Jesús; por lo tanto, durante su resurrección y después de ella fue un ser espiritual, no teniendo ya nada de humano (Estudios en las Escrituras )» El russelismo moderno no difiere de esta interpretación. La pregunta que cabría aquí es: ¿Por qué habrá querido Jesús afirmar la realidad de su cuerpo entonces y para ello le pidió a sus discípulos que tocaran sus heridas y les pidió algo para comer? Evidentemente, todos estos pasajes tienen un fin: desmerecer y disminuir la persona de Cristo. Jesús mismo dijo que quien no lo honra a él no honra al Padre.

Pasajes contundentes probando la Deidad de Cristo son los siguientes: Juan 10.28,23; 1Juan 5.20, Ro.9.5; Tito 2.13,. Juan 1.1; Juan 20.28; Juan 5.18 y muchísimos más.

EL ESPÍRITU SANTO

«Es el poder activo de Dios que impulsa a sus siervos a hacer su voluntad» (Sea Dios veraz, p. 106). «No puede algo impersonal como una fuerza ser una persona porque es mandada por Dios y hace todo lo que Dios quiere y donde la envía», arguyen. Lo extraño es que el Espíritu Santo tenga, para ellos, las tres características que hacen a una persona, tales como las emociones (Ef. 4.30 se lo puede contristar), intelecto (Juan 14.26, sabe y enseña) y voluntad (1Co. 12.11, reparte tos dones como quiere). Además de todos sus atributos divinos y de lo que se aprecia a lo largo de todas las Escrituras.

LA REDENCIÓN Y LA SEGUNDA OPORTUNIDAD

La redención del hombre se produce a través del conocimiento de la verdad. Juan 17.3 es el versículo clave para ellos. Se asombran si uno les pregunta acerca del nuevo nacimiento o de la doctrina de la propiciación y justificación del apóstol San Pablo en su epístola de los Romanos. Es notable lo poco o nada que saben acerca del ser rociados con la sangre de Cristo de 1Pedro 1.2. La redención prometida por el Nuevo Testamento en el cielo es para los 144.000 elegidos y el resto de los que crean serán aquellos que vivan para siempre en la tierra, ya que para ellos la interpretación del texto «los mansos heredaran la tierra» se traduce en que los TdJ serían los únicos con una chance de segunda vida en esa nueva tierra.

En su libro Millones que ahora viven no morirán jamás, Rutherford dice: «Los muertos están muertos; están en espera de la resurrección; y a su debido tiempo serán traídos a la vida y devueltos a sus seres queridos, ofreciéndoles entonces una segunda oportunidad de aceptar los términos del nuevo orden de cosas para que logren vivir eternamente». El movimiento actual tiene algunas variaciones en este concepto agregando que no tendrán su oportunidad. Adán (tuvo su juicio en el Edén), los religiosos en el tiempo de Jesús (Jesús dijo que no escaparían del Juicio del Gehena) y los que antes del Amagedón sean marcadamente rebeldes. No es difícil refutar estas doctrinas a la luz de las Escrituras, pues si creyéramos estos conceptos cabría preguntarse entonces, ¿para qué advirtió con tanto esfuerzo Nuestro Señor el no entrar al infierno, aún a costa de perder miembros del cuerpo como un ojo o una mano (Mt 18)? Hay una sola respuesta contundente: ¡La oportunidad es ahora! Hebreos 10:26-31 nos muestra claramente lo horrible que será caer en las manos de un Dios vivo, de parte de quién pisotee (o tenga en poco en esta vida) la sangre de Cristo y la oportunidad que Dios le da en esta vida. Exigir luego una segunda oportunidad es hacer inútil la muerte de Cristo y exponerlo a la vergüenza pública, pensando: “entonces… ¿para qué murió?” (He. 6.6).

SU INSERCIÓN EN EL MUNDO

Cristo instauró el «Reino Teocrático” en 1914. Si alguien es súbdito de este reino, no puede serlo de ninguno de los reinos terrenales actuales, es decir de los gobiernos. Para ellos, los gobiernos son esfuerzos diabólicos para mantener en pie un sistema diabólico. Los elementos comerciales, políticos y la religión están combinados para mantener en pie un sistema del diablo. Es por esta razón que los «testigos no votan, no consideran los símbolos patrios y definen todo orden civil, militar, religioso o comercial como diabólico». Lo potable es que si bien lo consideran diabólico, bien que se sirven de ellos, ya que gozan de la seguridad de los servicios de seguridad (la policía, bomberos, etc.) comercian y aprovechan todo bien producido por «este sistema” cuando es para su beneficio.

Una rara e intrincada explicación intenta surgir cuando son confrontados a la enseñanza de Pablo y Pedro referidas a estar sujetos a toda autoridad por causa del testimonio cristiano y, lejos la actitud apostólica de considerarlos diabólicos, lo reconocen como gobiernos con autoridad procedente de Dios (Ro. 13; I Pe. 2). Ni Nuestro Señor atacó a los gobiernos de esta forma, simplemente enseñó a «dar al César lo que es del César y a Dios lo que es Dios»

CONCLUSIÓN

«Probad tos espíritus si son de Dios», dijo el apóstol Juan (1Jn. 4:1). El tiempo del fin se caracteriza justamente en que muchos van a venir con el espíritu de anticristos (Antí significa tanto «en contra» como «en el lugar de») y muchos van a venir como si vinieran en lugar de Cristo y por ende en contra de El. “Pero no les creáis», agrega. ¿Nos llevan a glorificar verdaderamente a Jehová Nuestro Dios?. ¿A glorificar a Cristo y a honrarlo?. ¿Nos lleva a la esperanza y fe eterna en el Hijo?. ¿Magnifica la persona y la obra de Jesucristo, el Hijo de Dios, tal como el Padre intentó hacerlo a través de toda la Biblia?

Apuntes PastoralesVolumen VI – Número 6