Texto del evangelio Lc 11,29-32 – aquí hay algo más que Jonás
29. Habiéndose reunido la gente, comenzó a decir: «Esta generación es una generación malvada; pide una señal, y no se le dará otra señal que la señal de Jonás.
30. Porque, así como Jonás fue señal para los ninivitas, así lo será el Hijo del hombre para esta generación.
31. La reina del Mediodía se levantará en el Juicio con los hombres de esta generación y los condenará: porque ella vino de los confines de la tierra a oír la sabiduría de Salomón, y aquí hay algo más que Salomón.
32. Los ninivitas se levantarán en el Juicio con esta generación y la condenarán; porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás, y aquí hay algo más que Jonás.
Reflexión: Lc 11,29-32
Para quien conoce medianamente algunos de los más importantes pasajes de la Biblia, no escapan las dos historias a las que se refiere Jesús, la de Salomón, monarca de Israel, hijo de David, célebre por su sabiduría y el esplendor de su reinado, en que se construyó el primer templo de Jerusalén. Rectitud y justicia distinguieron su gobierno. Por otro lado Jonás, fue un profeta muy reconocido famoso por haber sido salvado por una ballena que lo devoró y luego lo arrojó a la orilla para que cumpliera con la misión de salvar a Nínive de la destrucción que Dios le había encomendado, por lo que siempre fue muy recordado y considerado a lo largo de los siglos. Ambos, de un modo u otro, evidenciaron para los pueblos de su tiempo, una gran cercanía con Dios, que llevó a la conversión de muchos, pues tuvieron en la cercanía de Salomón y Jonás a Dios la mejor garantía de su salvación. Estuvieron convencidos que fue a través de ellos que Dios obró prodigios. Pues si esto fue cierto, cuanto mayor tendría que ser el reconocimiento y la fe en Cristo Jesús, el Hijo de Dios. Esto es lo que Jesús nos reprocha en este pasaje, el no darnos cuenta que si antes Dios obró prodigios a través de profetas y reyes de Israel, el pueblo escogido, cuanto más habría de hacerlo a través de Cristo. Por lo tanto, si guardamos respeto y honor por aquellos, cuanto más habríamos de hacerlo por el Hijo de Dios. Los ninivitas se levantarán en el Juicio con esta generación y la condenarán; porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás, y aquí hay algo más que Jonás.
Esto viene resultando cada vez más difícil de lograr en el templo para las nuevas generaciones y es que percibimos, tal vez equivocadamente, que los padres no tiene el menor control sobre sus hijos y con tal de mantenerlos tranquilos, les dan golosinas, bebidas y hasta celulares para que se distraigan. Algunos niños se mueven de un lado para otro, sin que nadie sea capaz de darles un “estate quieto” y así van pasando los años y las costumbres se van relajando y el respeto se va perdiendo. Tal vez exageramos, pero a veces, cuando esperamos el inicio de la Santa Misa, parece que estuviéramos en el estadio o el teatro esperando el inicio de una función, como si no estuviera allí siempre el Señor, esperándonos y oyéndonos. ¡Cuántas veces tengo deseos de tomar el micrófono para decirles que no se portarían así si delante de ellos estuviera el presidente de la nación y sin embargo allí hay alguien infinitamente más importante que el presidente de cualquier estado! Vivimos de espaldas a Dios, no solo por nuestro comportamiento en el templo, que de algún modo lo refleja, incluso por la escasa asistencia, sino porque se miente con mucha facilidad y se engaña y se falta a la palabra con el mayor desparpajo. Y esto viene desde arriba. Son los gobernantes, los presidentes los primeros que mienten y engañan al pueblo llamando eufemísticamente a este pésimo comportamiento con el apelativo genérico de “política”. De este modo nos van haciendo consentir que la política es el “arte” de engatusar, mentir y engañar a todo el mundo y que en la “política” todo está permitido. Por eso andamos de cabeza y participamos de situaciones que pareciera que nadie puede controlar. Los ninivitas se levantarán en el Juicio con esta generación y la condenarán; porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás, y aquí hay algo más que Jonás.
Nos desborda la delincuencia, peor aun cuando constatamos que los mayores delincuentes se encuentran entre los encargados de custodiar el orden. ¿Cómo tomar, por ejemplo, el gran escándalo suscitado precisamente en Alemania –potencia mundial-, con la Volkswagen, donde como resultado de una trampa, de un dispositivo engañoso colocado a sus vehículos se pretendía hacer creer que cumplían con la normatividad referida a la emisión de humos, cuando esto era totalmente falso? El engaño al que se prestaron algunos inescrupulosos funcionarios le costará a la planta y al país varios miles de millones de Euros. Los más optimistas preveen una cifra superior a los 20 mil millones. ¡Todo un escándalo! ¿Cuánto hubiera podido contribuir esta cifra a aliviar el problema de los refugiados? ¿Cuánto podrían haber contribuido a resolver la crisis económica de Grecia e inclusive de toda Europa? Sin embargo, muy rápido se pasan las páginas y cambian los titulares, acostumbrándonos a vivir como cerdos dentro de un chiquero, en el que unos son peores que otros y todo el mundo tiene que salvarse como pueda o correr el riesgo de ser engullido por una marea nauseabunda. Después de todas las crisis que venimos viviendo una tras otra, en las que a diario se desnudan y manifiestan las incongruencias y debilidades de este sistema, en el que hemos endiosado al capital, la renta y el dinero, desbarrancándonos de fracaso en fracaso, ¿no podemos darnos cuenta que aquí hay algo más? No se trata de minimizarlo y despreciarlo, cuando siendo razonables habremos de constatar que ¡es la única salida que tenemos! Los ninivitas se levantarán en el Juicio con esta generación y la condenarán; porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás, y aquí hay algo más que Jonás.
Oremos:
Padre Santo, sácanos del letargo y la estupidez que nos tiene anonadados. Que rompamos las cadenas y nos liberemos de una vez por todas de la idolatría del consumismo y de la renta, llegando a comprender que nunca es tarde para empezar a amar y que si no empezamos a hacerlo, no saldremos de la pocilga en la que nos hemos sumergido…Te lo pedimos por nuestro Señor Jesucristo, que vive y reina contigo en unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos…Amén.
Roguemos al Señor…
Te lo pedimos Señor.
(Añade tus oraciones por las intenciones que desees, para que todos los que pasemos por aquí tengamos oportunidad de unirnos a tus plegarias)
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