¡Manos a la Obra! Exodo 35–40
Grandes artistas de la historia, tales como Miguel Angel, Leonardo da Vinci, o Picasso, después de haber trabajado largas horas en sus obras y haber puesto en ellas todo su esfuerzo, empeño y capacidad, sintieron una gran satisfacción al ver concluido su trabajo. Quizás su mayor satisfacción fue observar la reacción positiva del público hacia su esfuerzo. Los elogios que cosechaban por su trabajo les animaba a continuar en la creación artística.
El pueblo de Israel recibió una tarea de parte de Dios, la de terminar el tabernáculo para que Su gloria viniera a morar en medio de ellos. El pueblo tenía que poner todo su empeño a fin de llevar a cabo el proyecto. Además, Dios había capacitado a las personas que iban a trabajar en la construcción del mismo. Al terminar la tarea asignada hubo gran gozo por la labor que habían realizado.
LAS CONTRIBUCIONES VOLUNTARIAS 35:1–36:7
Después de que el pueblo vio la misericordia y el perdón de Dios revelados desde la confirmación del pacto, llegó el momento de iniciar la construcción del tabernáculo. Les recordó una vez más, que aun en el caso de este importante proyecto, sólo se les permitiría trabajar durante los seis días de la semana indicados. El sábado era un día de reposo dedicado a Jehová (35:1–3).
Los materiales para el tabernáculo se reunieron a base de ofrendas voluntarias. También los artesanos que lo construían trabajaban voluntariamente. El Señor impulsó al pueblo para que todos contribuyeran generosamente. Respondieron con gran entusiasmo, de tal manera que llegado el punto fue necesario decirles que ya no trajeran más porque ya había más que suficiente para la realización del proyecto (35:4–36:7).
* EL PUEBLO TRAJO MUCHO MAS DE LO NECESARIO
* SE LES INDICO QUE YA HABIA SUFICIENTE
* HABIA MATERIAL SUFICIENTE Y HASTA SOBRO
¡PENSEMOS! |
Al concedérseles la oportunidad de presentar las ofrendas a Dios, se les dijo que “todo generoso de corazón” traería a Jehová los materiales necesarios para la construcción. Esta ofrenda generosa fue dada en el desierto, después de la salida de Egipto. Antes del éxodo no habrían tenido tanta abundancia de bienes en sus casas. |
Esta gente ofrendó en forma generosa porque reconoció su deuda para con Dios. ¿Cuánto daríamos nosotros frente a una situación semejante hoy? ¿Tenemos nosotros una deuda mayor o menor que la de ellos? ¿Cuánto le debemos a Dios? ¿Estaríamos dispuestos a presentar una ofrenda tan generosa como la de ellos para la obra de Dios? ¿Por qué? ¿Merece usted el título de generoso de corazón? |
LA CONSTRUCCION DEL TABERNACULO 36:8–39:31
Al completar las ofrendas, el pueblo comenzó a construir el tabernáculo. Primero hicieron las cortinas y la estructura (36:8–38). Después se dedicaron a la construcción del mobiliario (37:1–38:8). Como paso siguiente se hizo el atrio para el tabernáculo (38:9–20). El autor presenta un resumen de las grandes cantidades de metales preciosos que se utilizaron en la construcción (38:21–31). Por último, confeccionaron las vestiduras para el ministerio de los sacerdotes (39:1–31). Todo fue hecho conforme a lo que Dios habia mandado a Moisés.
TODO SE HIZO COMO JEHOVA LO MANDO
LA FINALIZACION DE LA OBRA 39:32–40:33
Al completar el proyecto, se trajeron todas las piezas a Moisés para su inspección (39:32–43). El trabajo hecho agradó a Moisés porque se había realizado precisamente conforme a lo que el Señor había mandado (39:42–43).
Después de inspeccionar las piezas, Moisés dirigió al pueblo en la colocación de las mismas (40:1–33). De nuevo, Moisés observó que todo había sido hecho exactamente como Dios les había mandado.
¡PENSEMOS! |
El valor del tabernáculo dependía del cumplimiento exacto de los requisitos que Dios había establecido. No importa quién lo construyera o quién oficiara los ritos establecidos, Dios exigió que siguieran Sus indicaciones al pie de la letra. Un edificio, un sacerdocio y una serie de ritos religiosos no son suficientes para asegurar la comunión con Dios. |
Dios requiere que Su pueblo confíe en El y que obedezca Sus mandamientos. Por eso, se puso tanto énfasis en que todo se hiciera como Jehová mandó. |
También hoy en día, para acercarse a Dios y gozar de Su comunión, tenemos que presentarnos delante de El en la forma que El nos ha enseñado. ¿Cuáles son las bases para entablar esta comunión con Dios hoy? ¿Cómo podemos acercarnos a El? |
¿Habrá algún impedimento para que usted se acerque a Dios para gozar de la comunión con El? ¿Qué debe usted hacer ahora para asegurar una continua comunión con El? |
LA INAUGURACION DEL TABERNACULO 40:34–38
Al terminar la obra, la gloria de Dios llenó el tabernáculo, Este momento fue el gran clímax de todo el proceso de construcción. Hasta ese momento sólo había sido otro proyecto de construcción, pero ahora se tornaba en algo completamente distinto. Antes de que la gloria de Dios lo llenara, a los artesanos y obreros se les había permitido moverse libremente en el tabernáculo.
Cuando la gloria de Dios lo llenó, ni siquiera Moisés podría entrar. A partir de ese momento, este tabernáculo se convertiría en un lugar único, diferente de cualquier otro sobre la faz de la tierra. Este era el lugar donde Dios moraría en medio de Su pueblo.
El tabernáculo fue lleno de la gloria de Jehová Mismo, una revelación infinitamente brillante de la grandeza de Dios. Solamente las capas de las cortinas protegerían al hombre pecador de ser consumido por la revelación de la gloria de Dios.
LA GLORIA DE JEHOVA LLENO
EL TABERNACULO
ESTABA A LA VISTA DE TODO ISRAEL
El Exodo revela una parte emocionante del plan de Dios. Se cumple la promesa que había hecho a Abraham y a sus descendientes de que haría de ellos una gran nación. Dios libró a Su pueblo de la esclavitud en Egipto y les constituyó en una gran nación. Les redimió por medio de la sangre de un cordero e hizo de ellos Su propio pueblo (1–13).
Después de haberles redimido, no les abandonó a la deriva. Les guió hacia la tierra prometida y en el transcurso del camino les enseñó Su voluntad para con ellos (13–18). Estableció con ellos un pacto que gobernaría sus relaciones con El, y entre ellos mismos. Les enseñó a seguir sus mandamientos y a confiar en El (19–24). Les proveyó de todo aquello que les hizo falta en cuanto a sus necesidades físicas. Les enseñó cómo comportarse en medio de un mundo pagano. Finalmente, les reveló el camino para poder gozar de la comunión con El Mismo y para adorarle en espíritu y en verdad (25–40).
El libro del Exodo fue escrito para recordarles del lugar del cual Dios les había librado. Debían así darse cuenta de lo cuantioso de su deuda con El. Tuvieron que reconocer su necesidad de depender de Dios día tras día. Además debieron someterse a la autoridad de Dios sobre ellos; confiar en El, servirle y obedecerle en todo.
El libro concluye con una nota triunfal. Dios mora en medio de ellos, Su pueblo. Se revela a ellos diariamente. El pueblo de Dios se encuentra preparado para entrar en la tierra que les ha prometido. Tomar posesión de la tierra prometida y gozar de la comunión con su Dios en la tierra que les ha dado es ahora la meta del pueblo de Israel.
¡PENSEMOS! |
Haga una comparación entre al inicio del libro y el final. Señale las diferencias en una hoja con dos columnas para facilitar la comparación. |
¿Qué lecciones podemos aprender de la culminación del libro? ¿Qué nos enseña en cuanto a los planes de Dios para con Su pueblo? ¿Serán los mismos hoy? ¿Qué habrá cambiado? |
Antes de terminar su estudio de este libro tan importante, tome un momento para repasar el libro entero, con la ayuda del diagrama al principio del comentario. Escriba dos o tres áreas que Dios haya tocado en su propia vida por medio de este estudio. ¿Qué cambios quiere Dios lograr en su vida además de lo que ha aprendido en Exodo? ¿Qué otros pasos debe dar aún para gozar de toda la bendición que Dios quiere darle? |
Porter, R. (1986). Estudios Bı́blicos ELA: Comprados por Dios (Exodo) (107). Puebla, Pue., México: Ediciones Las Américas, A. C.