por Gabriele Rienas
Cómo aprovechar los tiempos de las crisis del esposo para acercarse más a Dios, para depender más de Él, y para desarrollar más compasión y gracia hacia los demás.
Pregunta: Mi esposo ha sido pastor por cinco años, pero ya desde hace varios meses ha dejado de ser el mismo. Parece estar descontento con todo. No lo manifiesta en la iglesia, pero en casa lo vemos apático y deprimido; nada lo motiva. Las pocas veces que conversa, se muestra amargado y critica todo, a nuestros hijos, a nuestro ministerio y a mí. ¿Como debo proceder ante tal situación?
Respuesta: Su esposo enfrenta problemas; como su íntima compañera usted logra percibir su angustia. Usted menciona que él ya no es el mismo. Supongo que lo que usted nota se ha desarrollado desde hace poco y no es un comportamiento que haya venido ocurriendo por largo tiempo.
1. Si usted ha acertado en sus observaciones, existen algunas circunstancias que pudieran explicar este retraimiento:
Afecciones físicas
Algunos problemas físicos afectan las emociones. Padecimientos de la tiroides, la diabetes y aun deficiencias nutricionales son tres ejemplos. Además, los efectos secundarios de ciertos medicamentos pueden alterar la conducta y las emociones, muchas veces la persona ni se percata de estos cambios. Un examen físico y una consulta médica pueden descartar o señalar factores biológicos y funcionales.
Depresión o agotamiento
Varios de los síntomas que usted menciona pertenecen a la depresión: apatía, retraimiento, irritabilidad, aislamiento, poca confianza en sí mismo y falta de motivación. El agotamiento también afecta el estado emocional de una persona. Con la debida intervención, la depresión es tratable y el agotamiento puede curarse de una manera obvia.
Tensión o estrés crónico
Las repercusiones de una situación muy difícil o de prolongada tensión pudieran también explicar su conducta. Es común padecer de angustia emocional después de lidiar con alguna circunstancia dramática o que haya generado mucho estrés. En este caso, el impacto emocional es temporal y disminuye con el paso del tiempo y procesamiento de los acontecimientos.
Transición
No descarte la posibilidad de que esto sea el comienzo de una transición en el ministerio. Si su esposo lucha por definir la visión y el propósito de su presente ministerio, considere la posibilidad de que Dios los esté impulsando a tomar el próximo paso en su vida.
2. Entonces, ¿cómo puede proceder usted ante lo que agobia a su marido?
Reconozca sus limitaciones
Empiece por reconocer sus limitaciones con respecto a lo que usted es capaz de ofrecerle. Usted no conseguirá que él examine su corazón, que reflexione sobre su estado emocional o que busque ayuda. No obstante, usted puede sugerirle las mencionadas posibilidades en un ambiente de amor y comprensión.
Actúe con gracia
Esfuércese en crear un ambiente seguro y despejado de condenación, en el que al presentarse la oportunidad consiga hablar con sinceridad y escuchar con cuidado. Busque siempre la expresión sincera, con gracia y compasión. «Amor, me preocupas. En las últimas semanas he notado que no eres el mismo. ¿Podríamos conversar acerca de lo que te agobia?» Alcanzaría mejores resultados que: «¿Qué te pasa? Creo que estás deprimido. Necesitas buscar ayuda».
Aun si escoge las palabras con mucho celo, quizá él se resista a hablar. Si reacciona así, no ceda a la tentación de volver repetidas veces al tema, pensando que lo animará a hablar por mencionar el mismo asunto una y otra vez. Usted seguramente ya se habrá dado cuenta de que esto solo produce frustración en ambos y hasta conflicto.
Ore sin cesar
Usted necesitará la gracia de Dios, tanto para su esposo como para sí misma. Aquí es cuando entra en juego la oración. Cualquiera que sea su manera de orar por su familia, durante esta temporada intensifique la oración. Ore por el estado de la mente de su esposo, por su corazón y por su sanidad. Pídale a Dios que le revele el motivo de la angustia de su marido y que Él obre en su vida. Ruéguele a Dios que cumpla su voluntad en la vida de su familia. Para usted, pida fuerza, paciencia e independencia afectiva para el tiempo en que no reciba apoyo emocional de su esposo. Ore para vencer el temor y la desesperación. En medio de esta clase de angustia emocional, es fácil sentir que la vida nunca volverá a la normalidad; pero no es así. El comportamiento que usted describe presenta toda la apariencia de ser temporal, en otras palabras, durará hasta que su esposo se sobreponga a aquello que ahora lo agobia. La oración acomodará su perspectiva; no olvide que Dios controla la situación, y que ya está obrando en favor de su esposo.
Establezca límites
Habiendo explicado eso, le recuerdo cuán provechoso le resultará que usted fije límites respecto de la irritabilidad de su esposo. Comuníquele que sus comentarios le causan dolor. Finalice las conversaciones infructuosas e hirientes, en especial cuando comienzan a intensificarse. No lo presione cuando dé señales de que no consigue expresarse con afecto.
Busque ayuda
En raros casos, puede llegar a necesitar la intervención de una tercera persona. Fíjese cuándo amerita pedir ayuda, a pesar de las protestas de su esposo.
Pida la intervención de alguien más cuando:
- su esposo hable de provocarse daño o de suicidarse
- él haya caído moralmente
- la apatía y el desaliento de su esposo llegan a ser debilitantes
- su marido parece incoherente o está fuera de control
Si decide pedir ayuda, que sea con firmeza. Busque ayuda y consejo de profesionales experimentados y también de los que ejercen liderazgo sobre su esposo.
Decida crecer
Por lo general, no habrá necesidad de que tome medidas drásticas. Piense en esta situación como una temporada en su vida. Con el tiempo, su esposo volverá a ser la persona que solía ser. Recuerde que esta circunstancia forma parte de su carrera en la fe, necesaria para su desarrollo. Aproveche este tiempo de prueba para acercarse más a Dios, para depender más de Él, y para desarrollar más compasión y gracia hacia los demás.
La autora, ha sido esposa de pastor por veintiocho años y es consejera profesional; radica en Beaverton, Oregon. Es oradora en retiros y conferencias a nivel mundial.
Se tomó de Enrichment Journal, Invierno de 2010. Se usa con permiso de la autora. Todos los derechos reservados por la autora.