Ministración en un mundo caído
por No Aplica
Texto de referencia: Mateo 28:18-20
En 1983 la Primera Iglesia Presbiteriana de Concord, California, salió en primera plana. El pastor Leon Thompson había convencido a los quinientos miembros de su congregación que compraran el cine pornográfico contiguo a la iglesia. La comunidad estaba emocionada con el valiente paso de la iglesia. La única dificultad era que el propietario del cine aun tenía algunos otros meses de usufructo. Durante la mejor parte de un año la Primera Iglesia Presbiteriana fue el arrendador que cobraba alquiler por un cine que exhibía películas para adultos, clasificadas como X.
A riesgo de ser malinterpretada y criticada, la iglesia quiso garantizar que el cine sería cerrado. A los dos años el antiguo Cine Galaxy era ya el Centro Presbiteriano Comunitario. Donde una vez se presentaban fantasías sexuales degradantes en pantalla grande ahora se presentaban estudios bíblicos y se reunían grupos de recuperación.
Vemos en las acciones de esa Primera Iglesia Presbiteriana un reflejo de la encarnación de Jesucristo. Para luchar frontalmente con el pecado, el Señor entró en nuestro mundo pecaminoso y se arriesgó al rechazo y a la mala interpretación para pagar el precio de nuestra redención.
Mención: Greg Asimakoupoulos, escritor y conferencista, Naperville, Illinois. Tomado del libro «ilustraciones perfectas» publicado por editorial Unilit. Usado con permiso.