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Motivos sinceros

Motivos sinceros

por Desarrollo Cristiano

Sermon basado en Mateo 6:1-8

Introducción

La motivación nos lleva ha hacer lo correcto o lo incorrecto. La motivación nos lleva ha tener al Señor como objeto de nuestra alabanza o a nuestra persona o nuestra organización, iglesia, líder, etc. Ya nos lo han dicho ahí donde está tu corazón está tu tesoro. Podría decirse, tu motivación es directamente proporcional a tu espiritualidad. Si tu motivación es buena su espiritualidad es buena. Vemos el ejemplo de los fariseos.


En un país latinoamericano, en una llamada megaiglesia, el pastor principal invito a las personas a mostrar sus espiritualidad dando una ofrenda mínima aproximadamente de $ 3,300.00 (tres mil trescientos dólares). Un hermano que no podía dar tal cantidad, llamó preocupado porque se dijo que la persona que no diera esa cantidad no evidenciaba ser espiritual.


Este caso, y otros similares se usan en pueblo evangélico para manipular a las personas. Estas son evidencias de estar convirtiendo la espiritualidad en cuestiones netamente materiales. Lo cual motiva a que muchos cristianos ofrenden, oren y ayunen por compromiso con la iglesia; no por necesidad de glorificar a Dios, transformándolas en acciones hipócritas.


Jesús llama la atención acerca de tres actividades clave de la vida cristiana en las que el Señor donde se debe manifestar fidelidad y piedad, y advierte de lo que recibirán quienes tengan una falsa motivación.


Existen lugares muy concurridos por miles de personas. Dichos lugares se dedican a vender imitaciones de artículos de primera calidad, de marcas famosas, pero falsos. ¿Por qué se compra la apariencia? ¡Cuánto dice eso de la tendencia del hombre a valorar la apariencia externa más que la realidad! Pagamos mucho dinero para tener la etiqueta y la «apariencia» correctas, aunque la mercancía no sea auténtica.



Contexto


El capítulo 5 de Mateo nos habla del carácter visible de la comunidad de seguidores de Jesús, el 6 presenta el carácter oculto o privado. En ambos capítulos, lo que lo que se demanda es vivir para la gloria de Dios. Pues, si uno mismo se siente satisfecho, ya es falso.



Idea Central: La justicia del reino Dios tiene que llevar a los discípulos a vivir motivados por y para la gloria del Señor.



I. La justicia de Dios contra la hipocresía. (1)


A. Los discípulos deben vivir conforme a la justicia del reino. (1a)


1. Esta sección se dirige en forma específica contra quienes están erróneamente motivados en su estricta obediencia a la Ley, y en ese sentido va dirigida contra algunos de los jefes religiosos de los judíos de tiempos de Jesús. Jesús les está diciendo que la piedad manifiesta es absurda sino son motivadas por una relación sincera y fiel con Dios, y con el prójimo.


2. ¿Qué es hacer justicia?


a. Primero se tiene que aclarar que aquí se ordena practicar la justicia para que no sea vista por los hombres. Pareciera contradictorio con lo que se ha mencionado con anterioridad de realizar buenas obras delante de los hombres. (Véase Mt. 5.16) El problema no se encuentra en una u otra orden, sino en la motivación: es para la gloria de Dios o la de los hombres.


b. La justicia cristiana se debe mantener en dos áreas: moral y religiosa. Ambas tiene que ver que la devoción del cristiano, una religiosa en la iglesia, y la otra, un servicio activo en el mundo; es amar a Dios y amar a nuestro prójimo.


c. Hacer la justicia significa cumplir las demandas de Dios.


d. La justicia se tiene que realizar con sinceridad, sin hipocresía.


2. Rito


B. Los discípulos deben evitar ser glorificados por los hombres. (1b)


1. Especialmente eludir la glorificación del liderazgo cristiano. Puede notarse en los anuncios de ciertas actividades donde son más destacados los nombres de las «estrellas» cristianas que el Señor.


2. No es evitar cualquier acto de justicia delante de los hombres.


3. ¿Cumplir la justicia de Dios para estar sobre otras personas? O, ¿por qué es imprescindible para nuestra vida el cuidado y ayudada del prójimo?



II. Cómo hacer caridad sin hipocresía. (6.1-4)


Nota: Para una mejor comprensión y actualización del tema de la hipocresía, especialmente en los cristianos, véase el capítulo Mascarada, del libro El pecado: sinopsis teológica y psicosocial, por Corneluis Plantinga Jr.



A. La caridad es evidencia de piedad.


1. La acción de dar en el A.T. era reconocida con unos de los medios otorgados por Dios que manifiestan el carácter cristiano.


2. La solidaridad es una virtud cristiana que tiene que edificar. En nuestros días se pide demasiado poco para ayudar a las demás personas. El demanda que no se tiene que descuidar la justicia, la misericordia, la fe.«¡Qué mal les va a ir a ustedes, maestros de la Ley y fariseos! ¡Hipócritas! Se preocupan por dar como ofrenda la décima parte de la menta, del anís y del comino que cosechan en sus terrenos. Pero no obedecen las enseñanzas más importantes de la ley: ser justos con los demás, tratarlos con amor y obedecer a Dios en todo. Hay que hacer esas tres cosas, sin dejar de obedecer los demás mandamientos.» (Mt. 23.23, BLS)«¿Se agradará Jehová de millares de carneros o de diez mil arroyos de aceite? ¿Daré mi primogénito por mi rebelión, el fruto de mis entrañas por el pecado de mi alma? Hombre, él te ha declarado lo que es bueno, lo que pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, amar misericordia y humillarte ante tu Dios.» (Miq. 6.7-8)


3. Hasta el trabajo tiene que ser para ayudar a las demás personas. «Quien antes fue ladrón, debe dejar de robar, y ahora trabajar bien y con sus propias manos. Así tendrá dinero para ayudar a las personas necesitadas.» (Ef. 4.28, BLS)



B. La caridad tiene que pasar desapercibida. (2)


1. El ser caritativos no debe convertirse en un espectáculo. Hay personas que ganan millones de dólares, y montón un espectáculo cuando regalan una miseria de sus entradas pero lo que les queda lo gastan en cantidad de cuestiones innecesarias. Por ejemplo, hay miles de personas que gastan millones de dólares en bajar de peso, algo que puede lograr evitando la glotonería, mientras tanto hay millones de personas que perecen por falta de comida.


2. Tampoco, se tiene que publicar en la primera página de un diario que se va hacer caridad. La recompensa de quienes suenan trompeta al dar, ya la han recibido: que los vea la gente. La recompensa de quienes dan sin ser vistos, el Señor la dará en su momento.



C. La caridad es para glorificar al Señor. (3-4)


1. Se tiene que dar en forma espontánea y con modestia, en tal grado que la mano izquierda no sepa lo que hace la derecha, Dios lo sabe y bendice.


2. La recompensa que da el Señor no es necesariamente en dinero. Cuando se da por amor no se espera recompensa. Cuando se da a alguien necesitado, solo el hecho de dar ya en sí es una recompensa porque se está aliviando una necesidad. «Cuando a través de nuestros donativos se alimenta al hambriento, se viste al desnudo, se sana al enfermo, se libera al oprimido y se salva al pueblo, el amor que inspiró el donativo queda satisfecho.» Esas acciones ya son una recompensa. (John R. W. Stott, El Sermón del Monte, pág. 152)



¿Cuál es el segundo ejemplo de la justicia?



III. Cómo orar sin hipocresía. (6.5-8)


A. La oración no es para causar admiración. (5, 7, 8). La oración puede convertirse en una actuación, en vez de una comunión personal con Dios. Así como con la caridad fingida no es aceptada por Dios, lo mismo es con la oración fingida. La oración es imprescindible para el desarrollo del carácter cristiano. Un cristiano que no ora, confirma su falta de madurez. La oración es esencia en el recorrido espiritual. Sin ella no hay formación espiritual, no hay vida santa, no hay crecimiento en semejanza a Cristo. Sin oración la presencia divina permanece alejada, fría y desconocida. Si descuidamos la oración corremos peligro.El verdadero problema de la oración se encuentra en la motivación, la actitud y la forma, en cómo oramos. Porque:


1. Existen oraciones que aparentan piedad. Aunque se la pase repitiendo Dios, Señor, Padre; es posible que sólo se esté orando para sí mismo. (Véase Lc. 18.9-14)


2. Existen oraciones engañosas. Por medio de ellas se trata de manipular al Señor y a los oyentes. En estas, se repite y se repite, hasta que el Señor responda. También, se pueden incluir las oraciones falsas, donde se compromete a Dios para hacer algo es evidentemente no se va a cumplir.


3. Existen oraciones ostentosas. Esta oración tiene como objeto al penitente.


4. Existen oraciones demasiado formalistas. Donde se usan palabras desconocidas para el oyente.


5. Existen oraciones demasiado religiosas. Si orar es hablar con Dios. ¿Por qué las cargan de palabras y frases religiosas que repiten constantemente? En muchos casos son oraciones rígidas y rituales, faltas de sabiduría espiritual.


6. Existen imitaciones de oraciones. Pues, no se ora a Dios. En este caso se imita la oración, el estilo, la voz, la posición, hasta la vestimenta de otros para hacer suyas. Se les olvida que la oración es algo personal, entre Dios y yo.



B. La recompensa de quienes se exhiben en las oraciones.Quienes tienen la esperanza de ser vistos por el mayor número posible de personas ya han recibido toda su recompensa: son vistos por la gente.



C. La oración es a Dios. (6)


1. Se tiene que invertir tiempo en la oración. El Señor Jesús da por sentado que sus discípulos van a orar, dice: «Cuando ores»


2. El discípulo entra a un lugar tranquilo para conversar con su Padre sin interrupciones ni distracciones.


a. El Señor no dice que no hay oraciones públicas. Ni significa que no pueda orar por las demás personas en público.


b. Mas bien, que en la oración privada se refleja una estrecha relación con Dios.


c. La oración no tiene que convertirse en una rutina.


d. Cuando las oraciones son sinceras y con un corazón limpio, serán escuchadas. La desconsideración a las demás personas impide que las oraciones sean respondidas. (Véase 1 Pd. 3.7)



D. La oración tienen que ser breve. (7)


1. No se tienen que usar vanas repeticiones. Esto se refiere a no usar fórmulas de oración. Demasiadas personas piensan que la extensión equivale a devoción; es decir, que cuánto más larga es, más escuchará el Señor, y esto les aumentará la espiritualidad.


2. La relación y el compañerismo directo con Dios impide la repeticiones porque estamos hablando constantemente el uno con el otro.


3. Debemos concentrarnos en lo que decimos.


4. Debemos prepararnos con el estudio de la Palabra.



E. Resultados de la oración. (8)


1. Las oraciones son respondidas. En el momento adecuado, Dios responde conforme a su voluntad. Con la oración estamos expresándole a Dios que dependemos de él.


2. Dios todavía no está sordo ni manco.«El poder del Señor no ha disminuido como para no poder salvar, ni él se ha vuelto tan sordo como para no poder oir. Pero las maldades cometidas por ustedes han levantado una barrera entre ustedes y Dios; sus pecados han hecho que él se cubra la cara y que no los quiera oir.» (Is. 59.1-2, RV 95)


2. A los discípulos Dios les provee de guía por medio de la oración. (Véase Ro. 8.28)


3. Es necesario orar específicamente:


En lugar de orar así: Dios mío, salva mi país.


Ore así: Salva a mi vecino Robertico y condúcelo a los pies de Cristo.


En lugar de orar así: Dios mío, ayúdame a hacer bien las tareas de la escuela.


Ore así: Ayúdame a estudiar bien para sacar la nota de sobresaliente en mi próximo examen.


En lugar de orar así: Dios mío, bendice a mi pastor.


Ore así: Unge a mi pastor al predicar salvación este domingo.


En lugar de orar así: Dios mío, enseña a las personas amarse unas a otras.


Ore así: Ayúdame a amar a mi esposa (o) y permite que se sienta amada (o).


En lugar de orar así: Dios mío, sé con nosotros.


Ore así: Enséñame cuál es tu voluntad en este asunto y ayúdame a obedecerte.



Conclusión


1. Como cristianos estamos obligados a ser devotos, sinceros y confiados en dar gloria al Señor; por medio de la practica de la justicia de Dios.


2. Si nuestra vida es para honrarle, debemos examinar nuestras motivaciones y acciones.


3. Debemos guardar nuestra mente y corazón constantemente para no caer en superficialidad de farisaica.


4. Nuestra vida debe ser una vida de gratitud por misericordia y gracia del Padre para con nosotros; y de nosotros para el prójimo.