Muchos esperaban que el Papa Francisco “relajara” la Humanae Vitae…

Por: Miguel Cuartero Samperi

El Papa Francisco ha reafirmado de manera clara la importancia, para la familia cristiana, del documento Humanae Vitae del Papa Pablo VI. Lo hizo durante su viaje a Filipinas, en el discurso pronunciado en el encuentro con las familias en el Mall Of Asia Arena de Manila (aquí el discurso competo, ¡no te lo pierdas!).

La carta encíclica escrita por el Papa Montini sobre el tema de la vida humana y el control de natalidad, fue publicada el 25 de julio de 1968, en la así llamada plena “revolución sexual” y provocó dentro de la Iglesia Católica reacciones contrastantes obteniendo inicialmente muchas críticas y contestaciones por parte de expertos, teólogos, obispos y enteras conferencias episcopales.

El documento no cuenta ciertamente con el gusto popular, no trae un mensaje inmediatamente atractivo ni fácil de poner en práctica pero describe la alta vocación de la familia y de la paternidad y maternidad responsables. Es por este motivo que, todavía hoy, está al centro de grandes polémicas y es considerado uno de los textos magisteriales más discutidos de los últimos decenios.

Por una parte hay quien considera la Humanae Vitae un acto de fuerza, solitario y testarudo del Papa Pablo VI contra los pareceres de la comisión de expertos instituida por él. Aquellos critican la excesiva dureza y severidad en relación a las parejas cristianas al prohibir los “métodos artificiales” de control de natalidad. Entre aquellos que han contestado la Humanae Vitae se elevó también la competente voz del cardenal Martini que nunca escondió sus posiciones vanguardistas en materia de moral sexual.

En su libro entrevista “Diálogos nocturnos en Jerusalén”, el cardenal definió el documento papal “un grave daño” que provocó el alejamiento de muchas personas de la Iglesia. Así, la enseñanza moral de Pablo VI fue considerada, por muchos ambientes eclesiásticos, retrógrada, obsoleta y lejana de la mentalidad y los problemas contemporáneos de los cónyuges cristianos.

Por otra parte están aquellos que – fieles al magisterio de Pablo VI – han subrayado la belleza, la dimensión profética y la importancia fundamental de la Humanae Vitae para la situación actual de las familias. El primero de todos fue San Juan Pablo II que dedicó muchos estudios y catequesis a lo que se conoce como la “teología del cuerpo” (sintetizada de manera clara y precisa en el libro “La sexualidad según Juan Pablo II” del periodista francés Yves Semen).

En ningún momento y bajo ningún aspecto el magisterio del papa polaco se alejó de las indicaciones de Pablo VI. Del mismo modo Benedicto XVI – a cuarenta años de la publicación del documento – indicó que “esa enseñanza no sólo manifiesta inalterada su verdad, sino que revela también la prudencia con la cual el problema es enfrentado”.

Ahora también el Papa Francisco muestra su voluntad de conservar la enseñanza de la Humanae Vitae como una palabra válida para la Iglesia y para los cristianos de hoy. En el encuentro con las familias filipinas, al hablar de las “colonizaciones ideológicas que buscan destruir a la familia”, el papa invitó a no perder de vista “la misión de la familia” y a “decir no a cualquier colonización política” con sagacidad, habilidad y fuerza.

Entre los grandes desafíos que la familia está llamada a enfrentar el papa citó los desastres naturales, la pobreza y la emigración: problemas que afligen de manera particular a Filipinas y a los países vecinos. Pero, al mismo tiempo, el “materialismo” y los “estilos de vida que anulan la vida familiar y las exigencias más fundamentales de la moral cristiana” son el fruto de una verdadera y propia “colonización ideológica” que se catapulta contra la institución familiar.