Navidad significa servir
por Sergio A. Ramírez
La Navidad nos recuerda del día en que Dios dio a su Único Hijo para que todo el que cree en Él no muera, sino que vaya directamente al paraíso.
Una hermana de mi iglesia escribió: «Hacía mis compras de Navidad cuando vi en la tienda de juguetes a una niña con un rollo de billetes en una mano examinando detenidamente las muñecas Barbie. Cada vez que veía una que le gustaba se volvía y preguntaba a su padre si tenía suficiente dinero para comprarla. Su padre respondía, «Si» cada vez. Enfrente de la niña, al otro lado de la góndola, un niño examinaba los juguetes de Pókemon. Estaba bien vestido, pero sus ropas estaban gastadas y la chaqueta le quedaba pequeña. También tenía dinero en su mano, pero obviamente no era mucho. El niño también estaba con su padre, y cada vez que cogía un videojuego de Pókemon, preguntaba a su padre con la mirada si tenía suficiente dinero. Su padre movía la cabeza diciendo, «no». La niña había dejado de ver las Barbies y se había quedado observando al niño. El niño ya no inspeccionaba los videojuegos sino que hojeaba unos libros con pegatinas. En Navidad Dios nos recuerda que la satisfacción perdurable se halla sólo en la disposición a sufrir para llevar la salvación a otros.La niña dejó las muñecas Barbie y con mucho entusiasmo corrió hacia los videojuegos de Pókemon, cogió uno que estaba encima, preguntó a su padre con la mirada, recibió el «si» de costumbre, y juntos caminaron a hacer cola en la caja. Para la obvia alegría de la niña, también el niño y su padre se habían colocado atrás en la fila para pagar. Mientras pagaba por el videojuego, la niña le dijo algo a la cajera. La cajera sonrió, y puso el videojuego debajo del mostrador. Cuando llegó el turno del niño, la cajera le cobró lo que había comprado y dijo, «Felicidades, eres nuestro cliente número 100 del día y has ganado un premio». Mientras lo decía, le daba al sorprendido niño el videojuego de Póckemon. La niña y su padre se habían quedado observando cerca de la entrada mientras la cajera le daba el regalo al niño. La niña sonreía feliz con una sonrisa que mostraba el espacio que habían dejado los dos dientes que le hacían falta. El padre y la niña salieron de la tienda. Yo salí detrás de ellos. Escuché que el padre le preguntaba a la niña por qué había hecho eso. La niña respondió, «Papa, ¿no me dijeron los abuelos que el dinero era para que comprara algo que me hiciera feliz?» El padre respondió, «Así es, cariño». Entonces la niña dijo, «Eso es lo que he hecho». Me siento privilegiada al haber sido testigo en esa tienda de una niña que entendió mejor que muchos cuál es el sentido de la Navidad.» TRANSICIÓN ¿Cuál es el verdadero sentido de la Navidad? Los invito a abrir las biblias en Mateo 20.26–28. «Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo; como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos». IDEA CENTRAL: EN NAVIDAD DIOS NOS RECUERDA QUE, IGUAL QUE EL SEÑOR JESÚS, DEBEMOS ESTAR DISPUESTOS A SUFRIR PARA SERVIR Trasfondo: Frecuentemente relacionamos la Navidad con el anuncio del ángel a María en Lucas 1.31–33, «Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS. Éste será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin». No obstante, a veces pasamos por algo que el camino al trono pasa por el Calvario y que antes que la corona viene la cruz. La Navidad no sólo habla de Cristo como Rey, sino también de Cristo como Siervo. Uno de los nombres que la profecía del Antiguo Testamento da al Mesías que vendría es «el Siervo de Jehová». Hoy examinaremos brevemente la idea principal de estas profecías para que Dios nos recuerde cómo es lo que realmente debemos estar celebrando la Navidad. EN NAVIDAD DIOS NOS RECUERDA QUE DEBEMOS ESTAR DISPUESTOS A SUFRIR PARA PODER DAR ALIENTO AL QUE LO NECESITE «He aquí mi siervo, yo le sostendré; mi escogido, en quien mi alma tiene contentamiento; he puesto sobre él mi Espíritu; él traerá justicia a las naciones. No gritará, ni alzará su voz, ni la hará oír en las calles. No quebrará la caña cascada, ni apagará el pabilo que humeare; por medio de la verdad traerá justicia. No se cansará ni desmayará, hasta que establezca en la tierra justicia; y las costas esperarán su ley. Así dice Jehová Dios, Creador de los cielos, y el que los despliega; el que extiende la tierra y sus productos; el que da aliento al pueblo que mora sobre ella, y espíritu a los que por ella andan: Yo Jehová te he llamado en justicia, y te sostendré por la mano; te guardaré y te pondré por pacto al pueblo, por luz de las naciones, para que abras los ojos de los ciegos, para que saques de la cárcel a los presos, y de casas de prisión a los que moran en tinieblas.» Isaías 42.1–7: Mateo aplica este pasaje en su evangelio para explicar el proceder del Señor: , “Salidos los fariseos, tuvieron consejo contra Jesús para destruirle. Sabiendo esto Jesús, se apartó de allí; y le siguió mucha gente, y sanaba a todos, y les encargaba rigurosamente que no le descubriesen; para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: He aquí mi siervo, a quien he escogido; Mi Amado, en quien se agrada mi alma; Pondré mi Espíritu sobre él, Y a los gentiles anunciará juicio. No contenderá, ni voceará, Ni nadie oirá en las calles su voz. La caña cascada no quebrará, Y el pabilo que humea no apagará, Hasta que saque a victoria el juicio. Y en su nombre esperarán los gentiles». Mateo 12.14–21 EN NAVIDAD DIOS NOS RECUERDA QUE TENEMOS QUE TENER DISPOSICIÓN A SUFRIR PARA QUE OTROS PUEDAN CONFIAR EN EL SEÑOR «Jehová el Señor me dio lengua de sabios, para saber hablar palabras al cansado; despertará mañana tras mañana, despertará mi oído para que oiga como los sabios. Jehová el Señor me abrió el oído, y yo no fui rebelde, ni me volví atrás. Di mi cuerpo a los heridores, y mis mejillas a los que me mesaban la barba; no escondí mi rostro de injurias y de esputos. Porque Jehová el Señor me ayudará, por tanto no me avergoncé; por eso puse mi rostro como un pedernal, y sé que no seré avergonzado. Cercano está de mí el que me salva; ¿quién contenderá conmigo? Juntémonos. ¿Quién es el adversario de mi causa? Acérquese a mí. He aquí que Jehová el Señor me ayudará; ¿quién hay que me condene? He aquí que todos ellos se envejecerán como ropa de vestir, serán comidos por la polilla. ¿Quién hay entre vosotros que teme a Jehová, y oye la voz de su siervo? El que anda en tinieblas y carece de luz, confíe en el nombre de Jehová, y apóyese en su Dios. He aquí que todos vosotros encendéis fuego, y os rodeáis de teas; andad a la luz de vuestro fuego, y de las teas que encendisteis. De mi mano os vendrá esto; en dolor seréis sepultados.» Isaías 50.4–11 Hebreos 10.5–10 nos habla de esta disposición del Señor Jesús de venir a obedecer hasta la muerte para comprar nuestra salvación, «Por lo cual, entrando en el mundo dice: Sacrificio y ofrenda no quisiste; Mas me preparaste cuerpo. Holocaustos y expiaciones por el pecado no te agradaron. Entonces dije: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad, Como en el rollo del libro está escrito de mí. Diciendo primero: Sacrificio y ofrenda y holocaustos y expiaciones por el pecado no quisiste, ni te agradaron (las cuales cosas se ofrecen según la ley), y diciendo luego: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad; quita lo primero, para establecer esto último. En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre.» EN NAVIDAD DIOS NOS RECUERDA QUE LA SATISFACCIÓN PERDURABLE SE HALLA SÓLO EN LA DISPOSICIÓN A SUFRIR PARA LLEVAR LA SALVACIÓN A LOS PERDIDOSLa Navidad no sólo habla de Cristo como Rey, sino también de Cristo como Siervo. Isaías 52.13–53.12, “He aquí que mi siervo será prosperado, será engrandecido y exaltado, y será puesto muy en alto. Como se asombraron de ti muchos, de tal manera fue desfigurado de los hombres su parecer, y su hermosura más que la de los hijos de los hombres, así asombrará él a muchas naciones; los reyes cerrarán ante él la boca, porque verán lo que nunca les fue contado, y entenderán lo que jamás habían oído. ¿Quién ha creído a nuestro anuncio? ¿y sobre quién se ha manifestado el brazo de Jehová? Subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca; no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos. Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos. Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros. Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca. Por cárcel y por juicio fue quitado; y su generación, ¿quién la contará? Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido. Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca. Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada. Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos. Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores». CONCLUSIÓN La Navidad nos recuerda del día en que Dios dio a su Único Hijo para que todo el que cree en Él no muera, sino que vaya directamente al paraíso.
©Copyright, Sergio Ramírez PérezNestares, España, 29 de noviembre de 2006. Para DesarrolloCristiano.com, ©Copyright 2009, todos los derechos reservados.