Biblia

No aferrarse a nada

No aferrarse a nada

Sin darse cuenta, al adorar a Dios en medio de su desgracia, Job está diciendo: «¡Para que lo sepas, Lucifer! Yo no me apegué a estas cosas, para empezar. Y en cuanto a mis hijos, entendí desde el día que tuvimos el primero hasta que tuvimos el último, que todos ellos eran de Dios. Él es el único que nos los dio, y el único con el derecho de llevárselos cuando quiso reclamarlos.”

Eso explica por qué Job pudo decir con toda sinceridad: “¡Bendito sea el nombre del SEÑOR!”, y por qué la narración bíblica añade: “En todos esto Job no pecó ni atribuyó a Dios despropósito alguno” (Job 1:21,22). Puesto que Job nunca se consideró a sí mismo el único dueño, no tuvo problemas para desprenderse de lo que le pertenecía al

Señor. Cuando uno entiende que todo lo que tiene es prestado, está mejor preparado para renunciar a ello cuando el dueño lo reclama.
Venimos a este mundo con nuestras pequeñas manos hechas un puño cerrado y gritando, pero siempre las dejamos abiertas sobre nuestro silencioso pecho. Sin nada venimos, y sin nada nos marchamos. En este interludio, digamos: «Señor Dios, bendito sea tu nombre por prestarme todo lo que puedo disfrutar.”

“En todo esto Job no pecó.” ¿No es maravilloso esto? “Ni culpó a Dios.” ¿Por qué habría de culparlo?

Como alguien escribió: “Dios le ha dado un ensayo para la muerte. Todas las cosas, absolutamente todas, le pertenecen a Dios, para ser dadas como un regalo, y para ser reclamadas sin que ello sea contrario a la justicia. Aquí no valen los “derechos” humanos. El Señor es el dueño de todo, y Job se regocija por esa realidad.

Con una perspectiva perfecta, Job se levantó del suelo, miró a su alrededor todo lo que había cambiado, luego rodeó con su brazo a su afligida esposa, la abrazo y le susurró: “Dios dio, y por alguna razón desconocida, Él decidió llevárselo todo. Él es el dueño de todo, querida.”
Todo este capítulo pudo haber sido escrito con cuatro palabras: Creo que ellas son la razón por la que Job se convirtió en un hombre de resistencia heroica: no aferrarse a nada.

¿Está usted haciendo esto?
 

Sin nada venimos, y sin nada nos marchamos.—Charles R. Swindoll

Tomado del libro Buenos Días con Buenos Amigos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2007). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmundohispano.org). Copyright © 2010 por Charles R. Swindoll Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.