No siendo ideal
por Christopher Shaw
Nuestras debilidades nos hacen depender enteramente de la gracia del Padre.
Versículo: Romanos 4:18-19
Leer versículo
Ocultar versículo
4:18 Contra toda esperanza, Abraham creyó y esperó, y de este modo llegó a ser padre de muchas naciones, tal como se le había dicho: «¡Así de numerosa será tu descendencia!» 4:19 Su fe no flaqueó, aunque reconocía que su cuerpo estaba como muerto, pues ya tenía unos cien años, y que también estaba muerta la matriz de Sara.
Leer todo el capitulo
Siempre resulta difícil para nosotros el percibir la verdadera dimensión de las pruebas que enfrentaron los grandes héroes de la fe. En parte esto se debe a que no poseemos mucha capacidad de captar el sufrimiento de aquellos que están a nuestro alrededor. Pero tampoco nos ayuda el hecho de que sabemos cómo termina la historia, por lo que nos parece que su resolución es más sencilla de lo que en realidad fue.¿Se puede escoger a un tartamudo para realizar una delicada tarea diplomática ante una figura tan poderosa como la del faraón? No existe ningún error en el llamado, mi hermano. El texto de hoy nos da una buena idea de la lucha que enfrentaba al patriarca. El Señor había prometido darle un hijo y además que, eventualmente, llegaría a ser padre de muchas naciones. Abraham, sin embargo, habitaba dentro de un cuerpo y ese cuerpo estaba sumamente deteriorado. Quienes tenemos ya unos cuantos años de vida no necesitamos que otros nos den testimonio de esto. Basta con que nos miremos un momento en el espejo para encontrar evidencias del paso del tiempo. Como si esto no fuera suficiente, a diario sentimos las limitaciones físicas que vienen con el avance de los años. Nos agitamos con mayor facilidad. Tenemos que cuidarnos al levantar pesos, no sea que tengamos algún tirón en la espalda. Las comidas ya no nos sientan tan bien como en las épocas de nuestra juventud, cuando comíamos sin límite todo lo que se nos antojaba. Cuando intentamos leer la letra chica en el periódico, recordamos que nuestros ojos ya no enfocan con la facilidad de otros tiempos. Es decir, el paso del tiempo no ha sido invisible. Por esta razón, cuando Abraham recibió la promesa de Dios de que iba a engendrar un hijo, no podía evitar mirar sus propias limitaciones para lograr este feliz acontecimiento. Al paso de los años se sumaba una vida de frustrados intentos para que Sara quedara embarazada. Hasta nos puede llegar a parecer que la propuesta de Dios es cruel y burlona. Debemos, sin embargo, recordar que este es el modo con que más frecuentemente obra el Señor. Parece deleitarse en escoger hombres y mujeres que no encuentran en sí mismos absolutamente nada que los inspire a creer que son las personas idóneas para la tarea. Al contrario, todo lo que ven parece indicarles que el Señor ha cometido con ellos un grave error. ¿Cómo, por ejemplo, se puede escoger a un tartamudo para realizar una delicada tarea diplomática ante una figura tan poderosa como la del faraón? No existe ningún error en el llamado, mi hermano. Es por causa de nuestras debilidades que usted y yo hemos sido escogidos para servir a nuestro Dios, para que estemos obligados a depender enteramente de su gracia. El sentirse inadecuado, aunque produce sensaciones de temor y duda en nosotros, es la mejor condición para avanzar exitosamente en los proyectos de Dios. Debemos, entonces, imitar la fe de Abraham, que no tomó en cuenta su propia condición para juzgar la propuesta de Jehová. Y le fue contado por justicia.
Autor: Christopher Shaw. Producido y editado por Desarrollo Cristiano Internacional para DesarrolloCristiano.com. Copyright ©2003-2010 por Desarrollo Cristiano, todos los derechos reservados.