Nuestra valía para Dios
por No Aplica
Textos de referencia: Juan 3:16; Romanos 5:8; 8:32
Cierto conferencista empezó su seminario levantando en alto un billete de veinte dólares.
¿A quién le gustaría tener este billete de veinte dólares preguntó.
Muchas manos se levantaron en la audiencia.
Voy a darle estos veinte dólares a uno de ustedes, pero primero déjenme hacer esto dijo, y procedió a arrugar el billete.
¿Quién lo quiere todavía? volvió a preguntar.
Las mismas manos se agitaron en el aire.
Bueno replicó ¿Y si hago esto?
Tiró el billete al piso y comenzó a restregarlo con el zapato. Y lo levantó, todo arrugado y sucio.
¿Quién lo quiere todavía, aun estando así?
Otra vez se agitaron manos en el aire.
Todos hemos aprendido una valiosa lección dijo el conferencista
A pesar de lo que hice con el dinero, ustedes lo quieren porque su valor no disminuyó. Todavía vale veinte dólares.
En la vida muchas veces caemos, nos arrugamos y nos revolcamos en la inmundicia por las decisiones que hemos tomado y las circunstancias que enfrentamos. Sentimos como si no valiéramos nada. Pero a pesar de lo que haya ocurrido, o de lo que ocurrirá, nunca perderemos nuestro valor ante los ojos de Dios. Sucios o limpios, arrugados o nítidamente doblados, somos invaluables para Él.
Tomado del libro «ilustraciones perfectas» publicado por editorial Unilit. Usado con permiso.