Palabra que impacta
por Paul Stevens
Muchas veces las mismas actividades de la iglesia constituyen un verdadero impedimento para que las personas se conviertan en hacedoras de la Palabra.
Ningún pastor se propone trabajar para que sus ovejas sean desobedientes a la Palabra. No obstante, sin darse cuenta, muchos de estos ministros están actuando exactamente así. Estimular a la desobediencia resulta mucho más sencillo de lo que podemos imaginarnos. Basta con exponer a las personas a más material bíblico de lo que realmente pueden asimilar, enseñar la Palabra en contextos ajenos a la vida cotidiana y focalizar el estudio solamente en la información que contiene cada pasaje para que la desobediencia se convierta en la única alternativa frente a las Escrituras.Imagine la típica situación por la que pasa un nuevo creyente. Llega a la iglesia el domingo para participar de una clase de escuela dominical. En esta clase el maestro estudia los viajes misioneros de Pablo. Entusiasmado por las aventuras del osado apóstol, pasa al culto, sin recibir la oportunidad de meditar sobre el significado de lo que acaba de oír. En el culto escucha un excelente sermón sobre el idioma del amor, basado en el capítulo 13 de 1 Corintios. Queda impresionado por las características que posee el amor cuando este se practica dentro del reino de los cielos.En la Gran Comisión Cristo no nos llamó a enseñar la Palabra, sino a enseñarle a las personas a que guarden la Palabra.Al salir de la reunión lleva consigo una copia de Mi pan diario, o algún otro devocional diario. El ejemplar que eligió lo ayudará a estudiar, durante la semana, el libro de los Salmos. Su pasión por la nueva vida en Cristo lo ha llevado, también, a integrarse en un grupo de estudio Bíblico que se reúne los miércoles. En estas reuniones se están estudiando las parábolas de Jesús. No logra concentrarse completamente en el estudio porque aún continúa pensando en la enseñanza que vio en televisión, el martes por la tarde. El reconocido expositor de ese programa había compartido algunas excelentes observaciones sobre el mensaje del profeta Amós a Israel. En una semana, entonces, esta persona a paseado por Hechos, 1 Corintios, los Salmos, Amós y las parábolas de Jesús. Ante semejante aluvión de pasajes no le ha quedado tiempo para buscar cuál es la aplicación particular que dichos textos le aportan a su propia vida.Inmunización eficazEn la Gran Comisión Cristo no nos llamó a enseñar la Palabra, sino a enseñarle a las personas a que guarden la Palabra. Cuando nos dedicamos a transmitir información o a inspirar por medio de las Escrituras, sin desafiar a la práctica concreta, contribuimos a que el pueblo viva en desobediencia.El teólogo Kierkegaard observó: «En el momento que convierto en doctrina el cristianismo y acudo a mi elocuencia, inteligencia, suspicacia o imaginación para presentar las verdades que lo sustentan, las personas quedan muy impresionadas. Se me considera un cristiano serio. En el momento en que busco expresar, a través de la vida, lo que quiero comunicar, es como si mi existencia explotara —en seguida aparece el escándalo».El nivel de saturación bíblica que experimentan la mayoría de cristianos es, quizás, la razón principal por la que esta generación enfrenta tantas dificultades con traducir a la vida cotidiana los principios bíblicos que tan bien conocen en teoría.Unificar esfuerzos¿Qué pasos podemos tomar para resolver esta dificultad? Existen varias maneras prácticas en que podemos ayudar a las personas a ser hacedoras de la Palabra. El primer paso es buscar la forma de integrar todas las enseñanzas de la iglesia alrededor de un solo tema o pasaje. Es decir, la congregación trabaja con un currículo desarrollado para todos los niveles, en lugar de que cada ministro escoja libremente el tema que quiere enseñar. Esto requiere algo más de trabajo para su desarrollo, pero no tanto como para que esté fuera del alcance de la mayoría de pastores.En el marco tradicional el pastor busca cubrir él solo todos los aspectos de un tema o pasaje, pues si él o ella no los aborda, nadie más los tratará. En general, sin embargo, un pasaje o tema ofrece tantas aristas para considerar que resulta posible mirarlo desde varios ángulos diferentes. En un currículo unificado se puede trabajar sobre un mismo tema en los diferentes grupos que funcionan en el curso de la semana. Para este fin se proveen a cada líder las observaciones y sugerencias para que guíe el estudio. El propósito de cada líder no es agotar las posibilidades de un solo texto, sino guiar un proceso de reflexión sobre el texto en la que cada participante interviene y aporta en la exploración del mismo.Descubrir verdadesAl hablar con una mujer que llevaba treinta años en la iglesia le pedí que me contara acerca de las prédicas que habían conmovido su vida. Luego de pensar un rato me confesó que se le había formado «una laguna» y no recordaba ni una. Su respuesta no me sorprendió, pues las personas rara vez retienen los principios enunciados por otros, pero nunca olvidan las verdades que han descubierto por sí mismas.Esta es una de las razones por las que Cristo utilizó, con insistencia, la herramienta de la pregunta. El buen maestro no expresa las verdades, sino que hábilmente guía el proceso por el cual los estudiantes las descubren por ellos mismos. Las personas integrarán a sus vidas aquellas verdades que descubran por sus propios esfuerzos, porque generalmente son las que más inquietan el corazón.Desarrollar un sistema de enseñanza unificado es algo que requiere la participación de un equipo para asegurar que se le dé consideración a los elementos fundamentales del crecimiento.Cuando el pastor entiende este principio puede proveer a su congregación guías de estudio personal para que, durante la semana, puedan investigar por sí mismos los temas que son tratados en las prédicas y enseñanzas oficiales de la iglesia. Elaborar estas guías de estudio no es un trabajo complejo. Solamente requiere de una serie de preguntas inductivas que ayuden a las personas a interactuar con el texto (para mayor información sobre este tema, vea el artículo El arte de la buena pregunta en DesarrolloCristiano.com).Para evitar el constante salto de un texto a otro, que es típico de muchas congregaciones, se puede planificar series sobre un mismo libro o pasaje que permitan profundizar un tema en lugar de examinarlo fugazmente.Reforzar enseñanzasEste segundo principio permite también incorporar uno tercero, el del aprendizaje por la repetición. Cuando examinamos los evangelios podemos descubrir que registran algunas verdades esenciales presentadas de manera distinta en una variedad de situaciones. Jesús, por ejemplo, enseñó acerca de la fe en más de una oportunidad. Habló de la fe con respecto a la provisión de Dios (Mt 6.30). Resaltó la fe que observó en el centurión (Mt 8.10) y reprendió la falta de fe en los discípulos en medio de la tormenta (Mt 8.26). Declaró que la fe de los ciegos era la clave en su sanidad (at 9.29) e identificó la falta de fe como el motivo que llevó a Pedro a hundirse en el mar (Mt 14.31). Utilizó la experiencia con una higuera para indicar a los discípulos que podrían, con fe, echar a la mar una montaña (Mt 21.21).La obsesión por lo novedoso, que es una de las particularidades de esta cultura, muchas veces presiona a los pastores a nunca trabajar sobre un mismo tema o pasaje por mucho tiempo, para no aburrir a nadie. No obstante, la repetición, correctamente manejada, es una de las herramientas más eficaces para que la gente viva desde su interior una verdad. Una persona rara vez recuerda un principio enunciado en el espacio de una enseñanza que dura treinta o cuarenta minutos.Cuando la iglesia trabaja sobre un mismo tema en una diversidad de marcos (estudio personal, grupos caseros, discipulado, escuela dominical, prédicas) se logra un valioso refuerzo a través de la repetición. Y no se aburre a las personas porque cada contexto es diferente. Lo importante es que quienes dirigen estos estudios no caigan en el monólogo, sino que fomenten un genuino diálogo entre los participantes. Trabajar en equipoLa carga de enseñar «todo el consejo de Dios» al pueblo es excesiva para que la lleve una sola persona. Es posible que algunos miembros de la iglesia posean mayores capacidades de enseñanza que otros. Pero, cuando una sola persona decide los temas que se abordan en la congregación, resulta inevitable caer ante la tentación de trabajar ciertos pasajes y textos predilectos.Desarrollar un sistema de enseñanza unificado es algo que requiere la participación de un equipo para asegurar que se le dé consideración a los elementos fundamentales del crecimiento. Algunos pastores desarrollan el temario de textos y pasajes para el año acompañados de sus ancianos o compañeros del cuerpo pastoral. Utilizando un nutrido proceso de diálogo se abren espacios para evaluar las necesidades particulares de la congregación y se escucha atentamente las percepciones de todos. Con toda seguridad este trabajo en equipo producirá un proceso de enseñanza sintonizado con las vivencias de la congregación, pues la percepción del grupo es siempre más acertada que la de un solo individuo.En el proceso de planificar las enseñanzas para el año, cada uno de los participantes puede compartir las inquietudes que percibe en el grupo particular con que trabaja. El currículo elaborado por el grupo despertará mayor interés en la congregación, pues será representativo de las inquietudes de la mayoría y no de una persona aislada.Múltiples beneficiosExisten numerosas ventajas de un enfoque unificado de enseñanza:
- Fomenta la obediencia Esta forma de abordar la Palabra lleva a las personas a interactuar con la Escritura en niveles diferentes, pues crea las oportunidades para que se pregunten de qué manera el texto revoluciona su propia vida.
- Unifica al cuerpoAl estar todos los grupos estudiando el mismo texto, la congregación tiende a moverse con una sola visión, en lugar de que cada ministerio compita con los demás.
- Promueve la salud espiritualEstimula la lectura personal de la Palabra en toda la congregación. Las personas tienden a entusiasmarse más con el estudio personal de la Biblia cuando perciben que son parte de un proceso dinámico que propicia la participación de todo el cuerpo.
- Aprovecha la polifacética gracia de Dios Al darle participación a un grupo en la elaboración del currículo. La perspectiva de muchos es siempre más enriquecedora que la del individuo aislado.
Russel Baker, columnista de un diario, escribió que «cada vez son menos los lugares a donde una persona puede escapar de la cultura de entretenimiento». Lamentablemente la iglesia no ha permanecido inmune a esta influencia y muchos pastores se esmeran por proveer atractivos entretenimientos para los miembros de sus congregaciones. Sin embargo, cuando toda la congregación se mueve al unísono, en un intento por llevar a acciones concretas la Palabra eterna de Dios, se crea un ambiente más natural y propicio para que avancemos hacia la madurez.
Se adaptó de Honing the Two-Edged Sword de Paul D. Stevens, en Fresh Ideas for Discipleship & Nurture, Christianity Today International, ©1982. Todos los derechos reservados por el autor y CTI. Se usa con permiso. Los derechos de la traducción perteneces a Desarrollo Cristiano Internacional, ©2010 Se publicó en Apuntes Pastorales XXVII-4, todos los derechos reservados.