Reflexión – Una Palabra Que Dice Todo
“Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí” (Gálatas 2:20).
En un camposanto, no muy distante de Nueva York, se puede encontrar un sepulcro cuya lápida tiene apenas una palabra:
“perdonado”. No hay ningun nombre, ni fecha de nacimiento o muerte. La piedra es adornada por el arte del escultor. no existe ningún epitafio, ni alabanza, apenas una palabra: “Perdonado.” Pero, esto es lo más importante puede ser dicho de cualquiera, o escrito en su túmulo –“Perdonado.”
Sí, es maravilloso saber que todos nuestros pecados fueron perdonados. Es una bendición que no se puede comprar con dinero alguno en este mundo. No sirve de nada tener “todo” si no tenemos a Jesus en el corazón, libres de cualquier condenación.
No importa si nuestro pasado no fue muy bueno. No importa si nuestras actitudes no fueron muy correctas. No importa cuanto nos hayamos equivocado delante de Dios y de los hombres.
Lo que importa es que Cristo murió por nosotros, para pagar nuestras culpas, para reconciliarnos con el Padre.
Ahora somos nuevas criaturas. Fuimos perdonados. Fuimos regenerados. Fuimos santificados. Estábamos en las tinieblas y ahora brilla en nosotros la luz del Señor. Estábamos perdidos y fuimos hallados. Estábamos muertos en nuestros delitos y ahora vivimos nuevamente.
Nuestra vida, ahora, es mucho mejor que la anterior. Es una vida abundante y llena de regocijo. Es una vida con un propósito renovado. ¡Es una vida qué durará para siempre!
¿Usted ya reconoció sus errores, pidiendo a Dios perdón, en nombre de Jesusí Si ya lo hizo, usted también puede sea alegrar plenamente, pues, con los pecados perdonados, vivirá en la presencia del Señor, no apenas aquí en este mundo, pero, por todo el eternidad.