El tiempo para todo aquí en la tierra ya está cumplido. No hay ninguna oportunidad para el ser humano fuera de la mano de Dios. La Gracia es regalo. De Dios recibimos de Gracia y de Gracia debemos dar. Tenemos que vivir la vida de Dios siempre bajo un esfuerzo. Los que son suyos, siempre son rescatados a tiempo. Su Ángel rescató a Lot y su familia justo a tiempo. Pero hoy en día no todas las congregaciones tienen una escuela en la que sean formadas sus almas.
Si no hay una preparación en el Espíritu no se puede pasar a ser maestros en una congregación. Igual que una persona que solo ha hecho de “mano de obra o peón” no podrá ocupar nunca un lugar de trabajo en el que se requiera un nivel formativo alto. ¿Por qué en el Señor, hay creyentes, que son haber sufrido ni soportado las aflicciones, quieren ser reverenciados? Dios no puede ser burlado. Si queremos ser humildes en Dios, nuestra alma tiene que saber mendigar. A Dios no podemos conmovérle, llegando a Él con una escolta de argumentos y astucias irónicas.
Jesús era el dueño de todo pero se humilló al máximo. Juan el Bautista se puso un traje de humildad igual que su Amigo, el Esposo. Débil en su expresión corporal pero fuerte en su disposición de dar su vida. El Amor es lo único que tenemos auténtico y por lo tanto no debemos dejarlo enfriar.
El joven Saulo era uno de los mejor preparados según la ley (por no decir que era el número uno) pero aún no estaba a los pues de Cristo cuando el mismo Jesús decidió darle la oportunidad de humillarse bajo la poderosa mano de Dios. Sin formación de humildad no hay escuela de titulación. Jesús es el Buen Pastor, buen predicador, buen Profeta, buen siervo fiel, etc. Un Pastor que “forma” es aquel que te restaura y deja a las almas a los pies del arrepentimiento.
El cielo es muy difícil abrirlo, pero solo mediante la palabra se puede abrir. También mediante la adoración se alcanzan las primicias de revelación celestial. En el cielo se nos conoce por el rostro de nuestra alma. Reflejamos fuera lo que abundamos dentro. En Gloria tendremos un rostro de lo que aquí nos hayamos humillado. El mundo tiene que salir del corazón. Mediante la transformación debemos adquirir santidad.
La Palabra dice “Buscad primeramente el reino de los Cielos” eso se ha interpretado con que primero hay que buscar el oro y la plata (la prosperidad) y es falso. Primero busquemos la humillación de lo interno y externo para que el Supremo pueda ser glorificado en nosotros.
La Fe auténtica es la que sabe esperar lo que es de Dios. La Fe se convierte en paciencia entonces es cuando empieza a tener frutos. La Fe se crece con pruebas y siendo la constancia su hermana. La Fe se hace tapar y cubrir cual es incluso tu enfermedad. La Fe confía pero calla y no publica los pasos que Da. Los que viven por Fe del Espíritu no le ponen freno a la entrega de sus vidas.
Mi vida depende de Cruz y Altar. Devoción por Dios incluye todo. Tengo y deseo consagrar mi vida por completo a Dios. Los que no se forman con la Palabra, se deforman de tal manera que Dios no los reconoce. Lo que a mí me puede destruir, es el pecado que mora en mí, ¡no pensemos que la destrucción nos vendrá de fuera! Las concupiscencias son como unas brasas encendidas que un poco de viento de los malignos puede hacer que se dispare el fuego del pecado. El Espíritu Santo nos enseña a velar para apagar esas concupiscencias en nuestro interior. Continuamente debemos estar llenos del Espíritu Santo y así nuestro árbol verde no se prenderá fuego. Timoteo estaba bien persuadido de lo que su maestro Pablo le había enseñado. Timoteo supo alimentarse de una sola fuente y su obra fue probada y fue hallada fiel.
En el Reino de los Cielos no hay tímidos. Solo los valientes arrebatan el Reino (quiere decir que los humildes saben mendigar en su pobreza la dádiva del cielo). Pablo se arrastró hasta lo más bajo como maestro de Israel, cuando dijo “todo lo tengo por basura”. Si yo no paso de 50km por hora no puedo pretender ponerme al lado de un vehículo que como media circula a 200 km en el Espíritu. Caminar al lado de un líder visionario de Dios requiere una perfecta manera de vivir. Plenamente humillados ante la voluntad del Todopoderoso. Al lado de Jesús no caben los mediocres pero si los mendigos humildes que le buscan y le anhelan con desespero. Nuestro tesoro se llama Jesús si nos hacemos otro tesoro aquí en la tierra, no nos prepararemos correctamente para la Venida del Hijo. Si nuestro Tesoro es Cristo, estaremos deseando ir a buscarlo a la Gloria.
Moisés rechazo los tesoros de Egipto y abrazó el galardón que era Jesús. Para tenerlo a Él, hay que dejarlo todo. Aquí en la tierra debemos vivir como mendigos hijos y no como ricos evangélicos creídos en sí mismos. La prosperidad de los mendigos de Él es su obediencia, porque así demuestran que renuncian a todo lo que poseen. Noé levanto dos altares, Isaac levantó su altar a Jehová, Jacob levanto otro altar y así sucesivamente, todos los ungidos de Él. El verdadero fuego del altar de un ungido, lo enciende el Señor. El altar que construyó salomón recibió el fuego para su continuidad de parte de los cielos.
El fuego de pentecostés lo mandó el Espíritu Santo. Si dejamos de amar, el amor que es fuego, se apaga. El pecado hace que el amor de muchos se enfríe y se apague. El Hijo de Dios no pisará la tierra sino que se parará en las nubes y los que tienen una fe de fuego le verán y se irán con Él. “Para llegar allí lo tengo que dejar todo aquí”. Los ungidos siempre tienen que actuar desde el altar. En el lugar Santo es donde nacen los que respetan la verdad. Las malas reacciones son una falta de respeto total por la autoridad divina.
El Amor de Dios nos hace valientes para ir a la cruz. Cristo nuestro Galardón nos hará perfectos en el momento justo de escuchar su voz en el Rapto; Aquí por el Espíritu oímos su voz y nos consagramos cada día. Isaías desde el altar fue transportado a los cielos y allí El Ángel le limpió su boca. Cuando yo estoy en el Altar, Él puede poner un ángel al lado que nos dará instrucciones para obedecerlo. El Altar de altares fue el calvario. EL monte de la calavera o Gólgota fue donde de una forma sublime Él tomó el lugar de víctima.
Estar formados equivale a estar listos. A los superdotados naturales se les ve rápido, pero en el espíritu se les ve en seguida que tienen una madurez sobrenatural.
El Altar de Moisés fue la pasión por verle aunque eso significase morir. Una cita que no nos podemos saltar es la del arrebatamiento. El cielo no lo ganamos por los dones, sino que lo ganamos por Amor. El Altar es la verdad que confesamos.
Un creyente que lleva años y no ha practicado, ha levantado una tumba en vez de un Altar. La experiencia es el grado del Altar que levantas. El castigo de Dios produce Gloria y hace que participemos de sus recompensas. Amor es soportar la reprensión. Para ir a Dios debemos ir en debilidad y pureza. La honra nuestra no se puede comparar con la que Él da a sus mendigos.