¿Por qué las relaciones mueren cuando desaparece la pasión?

Estoy seguro que usted ha visto o leído la famosa obra de teatro de Shakespeare «Romeo y Julieta». Cuando Romeo vio a Julieta a través de una habitación llena de personas, algo así como «amor a primera vista» explotó dentro de él. Cuando tuvieron oportunidad de hablar, Julieta sintió las mismas emociones impetuosas. Aunque sus familias se habían jurado enemistad los dos jóvenes se enamoraron sin remedio el uno del otro.

Quizás vd ha experimentado emociones similares. Así como de apasionados y salvajes son estas emociones, generalmente no duran mucho tiempo – al menos en esta forma y grado de pasión. Sin embargo cabe preguntarse… ¿porqué las relaciones no sobreviven cuando desaparece la pasión?

¿Porqué la mayoría de las relaciones no sobreviven cuando desaparece la pasión?

Las psicólogas Ellen Berscheid y Elaine Walser han llegado a la conclusión de que la atracción ocurre cuando:

Creemos que les caemos bien a otras personas.

Hay gran similitud entre sus puntos de vista y los nuestros sobre temas políticos, sociales, económicos y religiosos.

Están deseosos de apoyarnos si estamos solos, temerosos o bajo tensión. En realidad, las investigaciones empíricas indican que nuestra selección de una pareja está diseñada para mejorar nuestra propia estima. Cuando experimentamos una fuerte oleada de emociones hacia una persona, se debe en parte a que nos sentimos muy estimados. Parte de nuestro amor hacia esa persona se debe a que él o ella nos hace sentir bien en cuanto a nosotros mismos. La realidad es que el amor es un agente poderosamente terapéutico en todas las relaciones.

El Dr Karl Menninger, uno de los psiquiatras más sobresaliente de los EE. UU sostiene que el amor cura a ambas personas, al que lo da y al que lo recibe. Si alguien que nosotros respetamos y valoramos se siente bien con nosotros, nuestros anhelos emocionales más importantes serán satisfechos. A menudo se necesita este tipo de experiencia con alguien del sexo opuesto para convencernos de que se nos puede amar, y que es legítimo sentirse bien acerca de quienes somos.

Permítame decir que muchos matrimonios comienzan con una amistad. A pesar de lo que dicen los poetas y escritores de música sobre el amor a primera vista, la realidad es que algunas parejas no sienten un sentimiento descontrolado y romántico en el principio de su relación. En ocasiones las emociones fuertes, ausentes en el principio, comienzan a crecer gradualmente a medida que la relación se profundiza. Solo porque los amigos no sientan amor apasionado al principio, no significa que la relación debiera ser descartada. Al menos, tienen una gran amistad, y puede desarrollarse en mucho más con el paso del tiempo.

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Hay cuatro razones primarias por las cuales la mayoría de las relaciones nunca pasan más allá de la etapa de la pasión:

Algunas personas son adictas a toda la emoción que está presente en las primeras etapas del periodo de pasión. Cuando tu corazón cae en el estómago y salpica tu interior y cuando la condensación hace cortocircuito a tu cerebro y te vuelves un tonto, es una experiencia pocas veces igualada. Tal como el que sufre de adicción a droas, la persona sigue en búsqueda constante de su próximo subidon y algunas personas simplemente desarrollan sentimientos superlativos alrededor de ese tipo de experiencias. Así que salen con una persona tras otra, saboreando el temblor de las emociones sublimes (mientras que estas duran). Otros siguen y se casan, sólo para encontrar que la pasión aminora, en ocasiones desapareciendo por largos espacios de tiempo. Entonces comienzan a buscar en las relaciones fuera del matrimonio alguna experiencia que los «prenda» o en pornografia, o de alguna otra forma. La realidad es que estas personas son adictos a las oleadas de pasión y necesitan ayuda para ser hechos libres de sus pasiones.

Algunas personas simplemente no desean continuar a la próxima fase. Ellos saben que el amor profundo se encuentra en el camino al matrimonio, pero están profundamente atemorizados de ese compromiso. Hay muchas razones para este temor. Algunas de estas son entendibles perfectamente, pero otras son indicativas de problemas profundos. Muchas de estas personas saben cuánto toma el hacer que el matrimonio funcione, y no se consideran a ellos mismos listos para eso. Otros han crecido con padres divorciados y tienen temor de repetir ese fracaso. Hay quienes le temen a la responsabilidad de la madurez. No importa cual sea el caso, ellos pisan «el freno» justo cuando la pasión podría comenzar a transformarse en algo más profundo, rehusando permitir que las relaciones continuen.

Algunas personas simplemente no saben continuar hacia el próximo nivel. Nunca lo han hecho antes y el reto es mayor que ellos. Significa que deben conocerse más a sí mismos y a la otra persona en niveles más profundos, debiendo trabajar a través de los tropiezos que inevitablemente experimentarán. Conocen bien y tienen controlada la etapa de salir juntos, donde ir, como tener pequeñas conversaciones, cuando llamar para la próxima salida, etc. Pero no tienen práctica en el proceso de exploración interna, de revelarse a uno mismo y escuchar atentamente. Ellos necesitan ayuda para aprender a unir su propia vida con la de otra persona.

En ocasiones el amor apasionado no se desarrolla en un amor más profundo porque una o ambas personas reconocen que su relación simplemente no está bien. El asunto no está lo suficientemente fuerte como para soportar los problemas inevitables de la vida matrimonial.

La razón final por la cual el amor apasionado nunca se desarrolla en amor profundo es porque las dos personas no son las apropiadas entre ellas. Quizás vd se pregunte por qué su amor apasionado funcionó tan bien. Mi teoria es que el amor apasionado se relaciona con las partes más primitivas de nosotros mismos (nuestras partes biológicas son básicamente ciegas a un sin número de factores de relación) El amor profundo envuelve aspectos más profundos y personales. No es raro el que dos personas encuentren que, después del romance y la pasión se han nivelado, no hay suficiente profundidad en sus relaciones para disfrutar de algo permanente. En este punto, el único curso razonable a seguir es romper las relaciones. Usualmente es doloroso, pero siempre es un descubrimiento importante. Demos gracias a Dios cuando el descubrimiento sucede antes del matrimonio.

Fuente: Dr Neil Clark Warren (Del libro: como hallar el amor de tu vida, diez principios para escoger al cónyuge adecuado)