¿Por qué para salvar al hombre era necesario que Jesús muriera?

Por: Toscana Oggi

Se dice que Jesús liberó al hombre del pecado y de la muerte: en realidad me parece que el pecado y los pecadores están muy presentes en el mundo, y que la muerte, el dolor y el sufrimiento no han desaparecido. ¿En qué sentido se deben entender estas palabras? ¿Por qué era necesario, por el bien del hombre, que Jesús se volviera hombre, viviera y muriera? ¿Por qué era necesaria, por tanto, la muerte en la cruz? ¿No bastaba que Dios se hiciera hombre?

Responde el padre Athos Turchi, profesor de Filosofía

La pregunta es compleja y podría decir que no soy un experto para abarcarla toda. Pero es provocadora, porque toca algunos aspectos del mensaje cristiano que verdaderamente a veces son un obstáculo para una fe plena y total.

Jesús fue condenado a muerte por los judíos porque al decirse Dios engañaba al pueblo, ante los romanos porque se decía rey y pasaba por un instigador. Pero también la historia después de 2000 años lo condena. Había prometido vida y salvación, la eliminación de la muerte y el mal, pero no se ve nada.

Por lo tanto o Jesús es un estafador y un impostor, o Jesús dice la verdad. Supongamos que diga la verdad. Entonces es necesario explicar la liberación del pecado, del sufrimiento y de la muerte de manera distinta de como se piensa y se nos presenta, similar a cuando se mira el frontal de la ambulancia escrito al revés: o quien lo ha escrito no sabía escribir, o está bien de esa manera porque se debe leer de manera distinta.

Comenzamos por la última pregunta. Si Dios se hacía hombre y ya, sin que su vida humana revelara nada, no habría tenido sentido. Jesús dice que el amor más grande es dar la vida por los amigos y enemigos (Jn 15,13), y Él vino por eso (Jn 3,16).

Pensemos un momento: ¿Dios podía morir por los demás? No, evidentemente. Por eso se hace hombre, para demostrar el amor más grande: Él, el Dios omnipotente, eterno, inmortal, al hacerse hombre, quiere que entendamos que está dispuesto a morir por cada uno de nosotros, no sólo para dar el ejemplo, sino también para realizar un plan de salvación.

Por lo tanto, era necesario que Dios se volviera hombre porque si hubiera salvado al hombre con milagros, el hombre sin mérito se encontraría en el paraíso, en cambio el paraíso es una conquista personal en respuesta a la acción divina, en la línea del amor total hasta el sacrificio de sí mismo.

En este sentido nos preguntamos: ¿por qué para salvarnos Dios ha escogido morir en la cruz en lugar de ir a las Seychelles a morir de insolación? Este es el punto de la primera pregunta y que nos deja un poco perplejos. Me parece que se debe interpretar así:

La muerte, entendida como disgregación y desintegración del ser, es la consecuencia directa del pecado. Desde este punto de vista lo contrario a la muerte no es la vida, sino el amor, porque el amor, capaz de agregar y unir, es la fuente misma de la vida.

Por lo tanto, el pecado, que es rebelión contra Dios, lleva a la muerte y al dolor, pero Dios donándose a sí mismo hasta la muerte en la cruz, con este supremo acto de amor reconcilia el hombre consigo, revitalizándolo de vida abundante (Jn 10,10).

Así, el sufrimiento y el dolor que son también consecuencias del pecado, son redimidos. En este sentido, cuando un ladrón va a la cárcel por 4 años, estos son años de castigo y sufrimiento, pero son también redentores porque una vez que sale de la cárcel ya no es ladrón.

Dios al morir en la cruz quiere que entendamos que la muerte y el sufrimiento ya no son “castigos” destructivos, sino experiencias redentoras, puesto que habiéndolas él mismo asumido en su persona divina las ha vuelto “buenas”, porque todo lo que pertenece a Dios es bueno.