Préstamo para Dios
por Desarrollo Cristiano
Señor, enséñame que si quiero preservar mi capital debo dártelo TODO.
Versículo: Mateo 13:23
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13:23 Pero el que recibió la semilla que cayó en buen terreno es el que oye la palabra y la entiende. Éste sí produce una cosecha al treinta, al sesenta y hasta al ciento por uno.
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Es preciso aprender la contabilidad celestial. Dios, siendo dueño de todo, no recibe regalos de nadie. Tampoco se endeuda. Ana no le regaló a su hijo, sino que lo dedicó a Dios durante «todos los días de su vida» (1 Samuel 1.28). El Señor premió este préstamo pagándole intereses a 500%. «Y visitó el Señor a Ana, y ella concibió y dio a luz tres hijos y dos hijas.» (1 Samuel 2.21 rvr).Haré un balance de mi «Haber» y lo invertiré todo en un solo Banco, la Corporación de Ahorro y Vivienda Celestial. ¿Habrá alguna corporación financiera en el mundo que pague mejor tasa de interés? Señor, enséñame que si quiero preservar mi capital (y ¿quién no?) debo prestártelo TODO. Sé que de otra manera me arriesgo a perder no sólo los intereses, sino también el capital de mis inversiones. El sabio comerciante D. L. Moody tomó en serio su versículo lema: «El mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.» (1 Juan 2.17 rvr). Moody abandonó la venta de calzado para promover a Jesucristo, y, ahora que está en los cielos, los intereses de aquella inversión todavía siguen llegando a torrentes. Si soy sabio, tendré a Ana y Moody como mentores. Haré un balance de mi «Haber» y lo invertiré todo en un solo Banco, la Corporación de Ahorro y Vivienda Celestial. Ya conozco al Gerente, y prometió no abandonarme nunca ni fallarme. «Permíteme tu barco», dijo Cristo a Simón, quien llegó sin un pescado, manejando el timón. Fatigado, él entrega al Señor toda su posesión, Para ver sus redes llenas, por tan sabia decisión. Hoy nos llama Jesucristo a eterna inversión; no nos dejará sin fruto cuando guía la misión. Utilízanos Señor, según tu santa voluntad, a sembrar el Evangelio, la Palabra de verdad. Sonia Andrea Linares
Tomado de Celebrando a diario con el Rey, de W. Glyn Evans, ©DCI, Desarrollo Cristiano Internacional, 1996-2010, p. 70. Todos los derechos reservados.