Presumir en Dios
por No Aplica
Textos de referencia: 1 Corintios 1:31; 1 Corintios 7:7; 15:10; Santiago 1:17
Ramón Piaguaje, un indígena secoya nacido y criado en la húmeda selva tropical del Ecuador, ganó el Concurso de Arte del Milenio Winsor & Newton, el concurso de pintura más grande del mundo. Su pintura «El Amazonas eterno» se seleccionó entre veintidós mil obras de artistas profesionales y aficionados de cincuenta y una naciones, y se exhibió en las Naciones Unidas el verano pasado. Ramón, quien comenzó a dibujar siendo adolescente, hace más de treinta años, se inició en la pintura al óleo en 1993 en Quito. El joven que captó la atención del mundo del arte recibió su primer estímulo a sus esfuerzos de parte de Orville y Mary Johnson, traductores de la Biblia Wycliffe que trabajaban en la aldea de Ramón.
Los Johnson reconocieron en Piaguaje una habilidad dada por Dios, y lo animaron a seguir pintando. Cuando salieron de la aldea, a principios de la década de los setenta, al haber terminado la traducción del Nuevo Testamento, las pertenencias que llevaron consigo incluían treinta pinturas de Ramón. Desde entonces Ramón se ha reunido con el príncipe de Gales y el secretario general de las Naciones Unidas, y «El Amazonas eterno» lo han visto embajadores, artistas, dignatarios, miembros de la prensa y público de todo el mundo. Con prontitud Ramón da al Señor el crédito por la aclamación que ha recibido: «No puedo enorgullecerme del don que tengo como artista, porque es Dios quien me ha dado este talento, y quiero usarlo para su gloria».
Cuando la pareja de misioneros ancianos supo de la exposición en las Naciones Unidas decidió sorprender al artista sudamericano. Entraron al salón de la exposición y encontraron a Ramón rodeado de muchas personas. Cuando él miró por sobre sus admiradores vio a los Johnson, y comenzó a llorar. Los Johnson y Ramón se abrazaron y lloraron por algunos minutos. En lengua secoya, Ramón repetía una y otra vez a Orville y Mary: «Ustedes son los que deben recibir la honra, no yo porque ustedes llegaron para darnos el evangelio, y creo que por eso es que ahora yo puedo estar aquí».
Tomado del libro «ilustraciones perfectas» publicado por editorial Unilit. Usado con permiso.