Qué hacer cuando te llaman la atención
AYUDA PARA LAS FAMILIAS | JÓVENES
Qué hacer cuando te llaman la atención
“Cuando alguien te corrige, básicamente te está diciendo que hiciste algo mal. Y no conozco a nadie a quien le guste que le digan eso.” (Amanda, de 17 años.)*
La persona que rechaza la corrección es como un piloto de avión que ignora las instrucciones de la torre de control. El resultado puede ser desastroso
¿Te cuesta aceptar que tus padres, tus maestros u otros adultos te llamen la atención? En ese caso, este artículo es para ti.
Todos necesitamos que nos corrijan.
“Todos tropezamos muchas veces.” (Santiago 3:2.)
“No hay por qué avergonzarse si alguien te regaña por haber hecho algo mal.” (Jessica.)
El que te llamen la atención no significa que seas un fracaso.
“Jehová* censura al que ama, aun como lo hace un padre a un hijo en quien se complace.” (Proverbios 3:12.)
“Cuando alguien me regaña, trato de pensar que lo hizo por cariño y que debió de costarle mucho trabajo hacerlo.” (Tamara.)
La corrección te hará una mejor persona.
“Escuchen la disciplina y háganse sabios.” (Proverbios 8:33.)
“Si quieres madurar, necesitas que te corrijan. La corrección te ayuda a verte como te ven los demás y a combatir defectos que quizás ni siquiera sabías que tenías.” (Diana.)
Sé objetivo. ¿Qué puedes hacer si alguien te llama la atención y te empiezas a enojar? Haz una pausa, controla tus sentimientos e imagina que eres tú quien está corrigiendo a alguien por lo mismo que tú hiciste. Puede ser a tu hermano menor, por ejemplo. ¿Entiendes mejor por qué te están regañando? Ahora regresa a la situación e intenta verla desde el punto de vista de la persona que te está llamando la atención. (Principio bíblico: Eclesiastés 7:9.)
“A veces te molestas tanto que se te olvida que la intención de la persona no es herir tus sentimientos, sino ayudarte a mejorar.” (Teresa.)
Sé humilde. No dejes que el orgullo te haga rechazar la corrección, pero tampoco te deprimas tan solo porque tienes algo que mejorar. La humildad impedirá que te vayas a alguno de estos dos extremos. Recuerda: el regaño que más te duele podría ser el que más necesitas. Si lo rechazas —por la razón que sea—, estarías perdiéndote una gran oportunidad de madurar. (Principio bíblico: Proverbios 16:18.)
El regaño que más te duele podría ser el que más necesitas
“La corrección es básica para madurar. Si no aprendes a aceptarla y a sacarle provecho, a la larga sufrirás las consecuencias.” (Lena.)
Sé agradecido. Aun si se te hace difícil aceptar la corrección, ¿no sería bueno darle las gracias a quien te la dio? Sin duda, esa persona quiere lo mejor para ti: que seas feliz. (Principio bíblico: Salmo 141:5.)
“Nunca vas a quedar mal si das las gracias, sobre todo si te hacía falta el consejo. Y si no, de todos modos puedes ser amable y agradecer el esfuerzo que requirió hablar contigo.” (Carla.)
Se han cambiado algunos nombres.
La Biblia enseña que el nombre de Dios es Jehová.
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“No te des prisa […] a sentirte ofendido.” (Eclesiastés 7:9)
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“Después del orgullo viene la caída.” (Proverbios 16:18, La Palabra de Dios para Todos)
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“Si me [aconsejara] el justo, sería una bondad amorosa.” (Salmo 141:5)
“A veces me duele que me llamen la atención, pero intento recordar que la persona que lo hace quiere lo mejor para mí. Trato de verlo como un amigo que me está ayudando a tener éxito en la vida.” (JUSTIN)
“Yo sé que voy a cometer errores, por eso agradezco que me corrijan cuando estoy haciendo algo mal. Así puedo saber en qué cosas tengo que mejorar.” (CHARLETTE)
Fuente: ¡Despertad!