Biblia

¿Quieres ser sano?

¿Quieres ser sano?

Sermones Cristianos | Predicas Cristianas

Juan 5

Si un guía turístico llevara gente a conocer Jerusalén, no se le ocurriría nunca llevar a los turistas a este lugar.

El tiempo: Durante una de las fiestas. Pero había muchos que no estaban de fiesta. Jesús sabe que mientras mucho ríen, otros simulan la risa y otros no pueden reír. El lugar: Un estanque llamado BETESDA, significa Casa de misericordia, ó para algunos Casa de Olivo. Estaba cerca del atrio del templo. Estaba cerca del templo, pero sólo cerca. No basta con estar cerca de las cosas de Dios. Debemos estar en Dios para que haya cambios en nuestra vida.

1. ERA UN LUGAR LLENO DE GENTE ENFERMA.

Un lugar lleno de enfermos que esperaban si en alguna ocasión, por allí, les tocara su milagro. Tres tipos de enfermos:

Ciegos. Los que no pueden ver nada.

Cojos. Los que andan, pero tropiezan a menudo por su defecto. Algunos carecen de una pierna.

Paralíticos. Imposibilitados de andar.

Estas son todas condiciones físicas lamentables y tristes. Pero también pueden ser espirituales:

Están los ciegos que no pueden ver el obrar de Dios ni su amor ni misericordia.

Están los cojos. Los que renguean en su fe. Empiezan, pero luego vuelven atrás. Su avance es totalmente irregular. Parece que siempre les falta algo

Están los paralíticos. Inmóviles. No andan, ni para atrás ni para adelante. En el original del texto a estos se los define como “secos”, es decir, “sin vida.” ¿Cómo puede dar fruto si no tiene vida?

Ellos esperaban algo. De tiempo en tiempo, ocurría algún milagro a causa de un ángel que descendía. Pero esta gente aún no había recibido nada. Algunos reciben y otros no. ¿Por qué? Algunos avanzan y otros no. ¿Por qué? Algunos crecen con su célula y dan fruto y otros no. ¿Porqué? ¿Por que estos seguían allí sin ser sanados? Algunas alternativas:

¿Estarían distraídos?

¿Estarían conformes?

¿Estarían resignados?

¿Estarían creyendo que no era su tiempo?

¿Estarían creyendo que no merecían el milagro?

Hay dos verdades que debemos saber muy bien: Dios quiere sanarnos. El tiene un serio interés en nosotros y en nuestro bienestar. La condición puede ser física, emocional ó espiritual. Dios puede obrar en las tres áreas de nuestra vida. Dios quiere usarnos para sanar a otros. Nosotros podemos ser ese ángel que Dios envíe a sanar a los que están enfermos. Pero primero debemos estar sanos.

2. JESÚS VE Y SABE LO QUE ESTA OCURRIENDO.

Entre todos los enfermos, había uno de ellos que llevaba 38 años postrado. Tal vez no estuvo los 38 años allí, pero seguía igual · Inmóvil · Sin poder intervenir en lo que ocurriera · Viendo cosas buenas y malas pero sin ser protagonista de nada. · Siempre dependiendo de otros para todo. ¡Qué triste! ¡Qué situación tan frustrante! Estar limitados para movernos es muy doloroso, pero hay parálisis que son peores:

La parálisis emocional. No poder vencer los rencores, los temores, las angustias y dejar que nos paralicen, que el plan de Dios no prospere en nosotros.

La parálisis espiritual. No dar lugar a Dios para que nos cambie. No avanzar en la santidad, no avanzar en el ministerio, no avanzar en el conocimiento de Dios.

¿Cómo me doy cuenta de esto? ü Porque no hay fruto. ü Porque vuelvo a caer en los mismos pecados. ü Porque cometo siempre los mismos errores. ü Porque siempre estoy dependiendo de lo que otros puedan hacer por mí para salir adelante. ü Porque no alcanzo madurez.

Jesús lo vio y supo. Jesús sabe mejor que nadie lo que nos pasa. El nos hizo y nos conoce. Y Jesús no fue indiferente a este hombre. Jesús no vino a juzgarlo, no dijo: · “Ya debe estar acostumbrado…” · “Tal vez cometió algún pecado…” sino que vino a cambiar su realidad. Jesús fijo su atención en él. No sabemos porqué, pero lo hizo. Hoy Jesús esta poniendo su atención en ti. ¿Podés darte cuenta de esto? ¿Cómo se que a Dios le importa mi vida? ü Porque envió a su Hijo a morir por nosotros. ü Porque ha enviado al Espíritu Santo ü Porque nos ha dejado su Palabra ü Porque nos ha dado su Iglesia

Jesús sabe absolutamente todo lo que pasa en tu vida. Conoce tus pensamientos, tus deseos, tus luchas, tus tentaciones, tus frustraciones, tus logros, tus temores. Jesús sabe todo y te esta viendo porque te quiere bendecir para que tu realidad cambie.

3. JESÚS LE DIO UNA OPORTUNIDAD INMEDIATAMENTE.

¿Cuanto tiempo necesita Dios para cambiar nuestra realidad? Dios puede hacer algo glorioso en un instante: o La mujer con el flujo se sano en un instante. o El siervo del centurión… o El endemoniado gadareno… o El leproso… o El paralítico a la puerta del Templo La Hermosa…

Dios no necesita tiempo, necesita un corazón humilde lleno de fe. ¿Quieres ser sano? ¿Porqué Jesús pregunta algo que parece una obviedad? Porque Jesús quiere que reconozcamos nuestra condición. Hoy Dios nos está haciendo una pregunta. Puede que lo que te pregunte a ti no sea lo mismo que me pregunte a mí. A cada uno de nosotros le preguntará algo particular:

¿Quieres ser libre de tu pecado oculto? ¿Quieres ser libre de tus miedos? ¿Quieres que sane tu enfermedad crónica? ¿Quieres que te libre de tu rebeldía? ¿Quieres que te saque de tu apatía y adormecimiento?

Hay algo que hoy él te esta preguntando. No te trajo hasta aquí solo a hacerte escuchar un mensaje, sino a tocarte y cambiar tu realidad. Como confrontó al paralítico con su realidad, quiere confrontarte con la tuya.

Cuando Jesús nos quiere tocar y bendecir siempre planteamos alguna excusa. “Señor no tengo quien me meta en el estanque cuando se agita el agua y entre tanto que yo voy, otro desciende antes que yo.” ü Nadie me ayuda con lo que yo necesito. Mi líder no me ayuda, mi iglesia no me ayuda, mi esposa no me ayuda… ü La vida es muy injusta conmigo… ü Todos han sido muy egoístas… De lo que se sanaron, nadie vino a ayudarme… ü Señor todo ha sido tan difícil para mi…

¿Quieres ser sano, sí ó no? No importa el estanque, ni la gente, ni la historia, ni lo que te dieron ó no te dieron. ¿Qué respuesta le darás hoy al Señor?

CONCLUSIÓN:

“Levántate, toma tu lecho y vete a tu casa.” La liberación fue a través de una orden. Jesús no le dijo: o Intentá despacito… o Vamos que vos podés… o Cuidado que hace mucho que no caminás…

Jesús fue terminante. Algunos creen que Dios hará todo con ellos en 50 años, y ¿mientras qué? ¿Hasta cuando esperarás para ser libre? ¿Hasta cuando esperarás para perdonar? ¿Hasta cuando esperarás para consagrarte? ¿Hasta cuando esperarás para vencer tu vicio? ¿Hasta cuando esperarás para dar el fruto que Dios espera de ti?

Cuando fue sanado pudo tomar su lecho y comenzó a andar de nuevo. Dios no quiere verte estancado. Dios no quiere verte tirado. Dios quiere que te levantes con tu lecho, que a pesar de todas las circunstancias que hayas vivido, vuelvas a andar y a glorificarle.

Ilustración. Un reconocido personaje inició su seminario sosteniendo un billete de $20 dólares y preguntó a su auditorio:

– Alguien quiere este billete? – Varias personas levantaron la mano.

Entonces les dijo: – Alguno de ustedes recibirá este billete, pero antes voy a hacer algo.

Tomó el billete con su mano y lo oprimió hasta arrugarlo, luego volvió a preguntar si alguien todavía lo quería.

Las manos del auditorio se mantenían arriba.

– Bien- dijo el orador – Y si hago esto?

– Tiró el billete al suelo y empezó a pisarlo.

Después lo recogió sucio y maltrecho del piso y volvió a preguntar si todavía lo querían. Las manos continuaban arriba.

– Amigos míos- comentó el orador- Han aprendido una valiosa lección: No importa lo que le hice al billete, ustedes todavía lo quieren, porque su valor no disminuyó, pues todavía vale veinte dólares. Muchas veces en nuestras vidas somos derribados, somos maltratados, mordemos el polvo debido a las decisiones que tomamos y a las circunstancias que encontramos en nuestro camino, entonces, nos sentimos como si ya no valiéramos nada.

Pero no importa lo que nos haya pasado o nos pueda pasar, nosotros nunca perderemos nuestro valor, porque nuestro valor no depende de nosotros, sino del valor que nos da el Creador. DIOS QUIERE HOY LEVANTARNOS Y SANARNOS.

1. Aunque aparentemente el cuerpo del hombre fue hecho primero y luego vino el soplo, no es la materia lo primero sino nuestra esencia o sea nuestro espíritu. Hemos salido de Dios y somos de Dios.

v. Debido a este orden podemos ver la perfecta armonía entre el templo y el hombre con respecto al orden y valor.

vi. El servicio del templo se movía de acuerdo a la revelación en el lugar santísimo.

vii. Toda actividad en el Lugar Santo y en el atrio era regulada por la presencia de Dios en el Lugar Santísimo.

1. Esta era la parte mas santa del tabernáculo.

2. Era el lugar sobre el cual las cuatro esquinas del templo convergían y descansaban.

3. En el lugar santo toda actividad se ve que es hecha por los sacerdotes, pero esos sacerdotes trabajaban de acuerdo a la revelación que venia del lugar santísimo.

a. Durante el año toda la actividad se llevaba a cabo en el lugar santo y el atrio.

b. El lugar santísimo era un lugar de silencio, quietud, gloria, sin aparente movimiento, mas sin embargo era la fuente de la gloria de Dios y su revelación.

c. Era en ese lugar santísimo donde se efectuaba el perdón de todos los pecados del pueblo una vez al año.

d. Era allí donde estaba el lugar del propiciatorio el cual era rociado con la sangre expiatoria del animal sacrificado por el pueblo.

i. De igual manera, cuando la sangre de Cristo fue aplicada a nuestra vida, fue nuestro espíritu el que fue rociado. “Elegidos según la presencia de Dios Padre en santificación del espíritu, para ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas” (1 Pedro 1:2)

4. No es difícil percibir la aplicación espiritual que el tabernáculo y su función nos enseña.

a. El espíritu nuestro es el asiento, el trono de Dios. Y es de allí donde el alma y el cuerpo son controlados por nuestro espíritu que está en Dios.

b. Nuestra alma que equivale al lugar santo, es donde se llevan a cabo todas las actividades sacerdotales.

i. Tal parece que el alma es el master de todas las acciones, pero cuando el espíritu está conectado con Dios, es el espíritu el que controla todas las acciones del alma.

ii. Tenemos en nuestro lugar santo (el alma) al Sumo Sacerdote llevando a cabo el trabajo sacerdotal. Tener la mente de Cristo es tener la ministración sacerdotal de Cristo en nuestra alma o se a en nuestra mente. Pablo dice: “Que tenemos la mente de Cristo” .(1 Cor. 2:16)

iii. Por consiguiente, el alma controla nuestro cuerpo ya que en el alma están: la mente, la voluntad y las emociones.

c. El atrio de nuestro templo es el cuerpo.

i. Es el lugar de los sacrificios. “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis nuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios que es vuestro culto racional” (Rom. 12:1)

IV. COMO CRISTIANOS DIOS NOS LLAMA A VIVIR EN EL ESPÍRITU.

A. Es peligroso vivir bajo el poder de nuestra alma.

i. Esto es si nuestro espíritu no está conectado con Dios.

ii. Vivir bajo el poder de nuestra alma es vivir desconectados con nuestro espíritu.

iii. Cuando el alma sobrepasa en poder al espíritu nuestro, las ordenes que le pudiera mandar a nuestro cuerpo pudieran ser fatales.

iv. Pudiéramos vivir engañados con nuestras emociones, pensando que estamos sintiendo el gozo del Señor, que estamos siendo guiados por Dios, cuando en verdad no hay presencia de Dios en nuestro Lugar Santísimo que es nuestro espíritu.

v. Efesios 2:1-3 nos enseña la forma en que el cristiano a sido resucitado de su muerte espiritual a una nueva vida en Cristo Jesús: “Y el os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados., en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, hacienda la voluntad de la carne y de los pensamientos (vida animal o con vida del alma solamente), y éramos por naturaleza hijos de ira lo mismo que los demás”.

B. Es en el espíritu que están:

i. La conciencia de Dios y el discernimiento verdadero de las cosas. “Lámpara de Jehová es el espíritu del hombre la cual escudriña lo mas profundo del corazón” (Prov. 20:27).

ii. La intuición:

1. envuelve nuestra percepción directa independiente de cualquier influencia exterior.

2. Es el conocimiento que viene a nosotros sin la ayuda de nuestra mente, nuestras emociones y nuestra voluntad.

3. Nosotros sabemos las cosas de Dios por medio de la intuición de nuestro espíritu y la mente nos ayuda a entender. “Porque quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así también nadie conoció las cosas de Dios, sino el espíritu de Dios. Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, (poder del alma solamente) sino el espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido. Por lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por la sabiduría humana (La mente o el alma solamente), sino con las que enseña el espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual (O sea uniendo el espíritu de Dios con nuestro espíritu)” (1 Cor. 2:11-13)

iii. La comunión.

1. Es la adoración a Dios.

2. Solamente aquellos que viven en el espíritu son los verdaderos adoradores.

3. Adorar a Dios con el alma solamente es en vano, ya que el alma no puede conectarse a Dios sino solamente por medio de nuestro espíritu.

4. Dios no puede ser atraído por nuestros pensamientos, sentimientos o intenciones, ya que el puede solamente ser conocido directamente por nuestro espíritu.

5. La adoración se da de espíritu a espíritu, no de alma a espíritu.

V. EXPRESIONES DE LA FUNCIÓN DE LA COMUNIÓN DEL ESPÍRITU DEL HOMBRE CON DIOS.

A. Lucas 1:46-47: “Entonces María dijo: Engrandece mi alma al Señor; Y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador”.

i. La única manera en que el alma puede engrandecer al Señor es cuando el espíritu se regocija en Dios.

B. Juan 4:24: “Dios es espíritu y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que le adoren”.

C. Romanos 1:9: “Porque testigo me es Dios, a quien sirvo en mi espíritu en el evangelio de su hijo,…”.

D. 1 Cor. 6:17: “Pero el que se une al Señor, un espíritu es con él”.

E. 1 Cor. 14:15: “Qué pues? Oraré con el espíritu, pero oraré también con el entendimiento; cantaré con el espíritu, pero cantaré también con el entendiendo”.

F. 1Cor. 14:16: “Pero si bendices solo con el espíritu, el que ocupa lugar de simple oyente cómo dirá el Amen a tu acción de gracias? Pues no sabe lo que has dicho”

G. Apoc. 21:10: “Y me llevó en el espíritu a un monte alto, y me mostró la gran ciudad santa de Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios.”