El año 2003 recibimos en nuestra pequeña ciudad de Chillán-Chile, una ilustre visita. Un querido amigo, el cantante cristiano Jaime Murrell. Nuestra casa es pequeña, así es que para su comodidad lo llevamos a un hotel de manera que descansara bien en las noches y durante el día estábamos en casa y en familia.
Cuando lo llevamos al Hotel, la recepcionista solicitó algunos datos para la ficha de ingreso. Con su cabeza mirando los documentos comenzó la interrogación: Nombre?, nacionalidad?, fecha de nacimiento?, etc. Finalmente vino la ultima consulta: Ocupación u oficio?…a lo que Jaime contesto: “Restauro corazones rotos”!
La muchacha levantó su cabeza y sus ojos se cristalizaron por unas incontrolables lágrimas…
Claramente, Jaime vio algo que nosotros no vimos!, aquel día fue de gran lección para mi. Había allí alguien con su corazón destrozado y no me había dado cuenta…
Desde entonces, toda vez que salgo a la calle, pido a Dios que me deje mirar con sus ojos.
Cuantos miles de personas pasan por nuestro lado, hablan con nosotros, nos atienden en restoranes, almacenes, supermercados y dentro suyo hay una tremenda necesidad de Dios, de su mano suprema restaurando sus vidas!
Isaías 61:1 El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel;
En ocasiones hemos recibido una visión errada de lo que es “servir a Dios” y creemos que se trata de plataformas, multitudes, viajes, etc. Entonces, quien irá a los abatidos?, quien vendará a los quebrantados de corazón?, quien irá a los presos?
Querido lector, es probable que tu corazón se esté conmoviendo en este preciso momento, es la voz de Dios llamándote a “restaurar corazones rotos” tal como lo hizo conmigo. No me interesan los reconocimientos, no me interesan los aplausos…Me interesa sentir con el corazón de Dios, mirar con sus ojos y cumplir con el llamado supremo. Hay un clamor en el cielo por aquellas personas que nadie quiere ver…
Amados, este día hay convicción en mi corazón por aquellos a quienes Dios ha escogido para cumplir con esta misión de manera especial y quiero dedicarles estos preciosos versículos:
Filemón 1:3-7 Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
Doy gracias a mi Dios, haciendo siempre memoria de ti en mis oraciones,
porque oigo del amor y de la fe que tienes hacia el Señor Jesús, y para con todos los santos;
para que la participación de tu fe sea eficaz en el conocimiento de todo el bien que está en vosotros por Cristo Jesús.
Pues tenemos gran gozo y consolación en tu amor, porque por ti, oh hermano, han sido confortados los corazones de los santos.
Sigue restaurando corazones rotos!
Autora: Janette de Contreras
Pastora-Consejera Cristiana
ministeriofamiliar@hotmail.com