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Salmos de Alabanza General I

Salmos de Alabanza General I

¿Cómo debemos alabar a Dios? ¿Qué es la alabanza? ¿Qué diferencia hay entre ella y la acción de gracias? ¿En qué difiere la alabanza bíblica de los testimonios actuales? ¿Por qué motivos alaban los salmos a Dios? ¿Qué es un salmo de alabanza general? Estas son algunas de las preguntas que contestaremos en este capítulo

DIFERENCIAS ENTRE LA ALABANZA Y LA ACCIÓN DE GRACIAS

¡PENSEMOS!
Recuerde la última vez que usted agradeció a alguien un favor. ¿Qué le dijo? Se acuerda de la última vez que alabó a alguien? ¿Qué le dijo? ¿Qué diferencias hubo entre su acción de gracias y su alabanza?

En el primer capítulo definimos la alabanza como “contar las virtudes de alguien”. A veces expresamos la alabanza directamente a la persona aludida; en otras, la contamos a otros. Pero siempre decimos cuán bueno, inteligente, guapo, diestro, amigable, trabajador, consagrado, etc., es el objeto de nuestro loor, o cuán bien hizo algo. La acción de gracias, en cambio, suele ser una sencilla expresión de gratitud. Con frecuencia habla más del favor recibido que de quien lo hizo.

La acción de gracias casi siempre utiliza la palabra “gracias” o “agradecer”. Por ejemplo: “Gracias por tu ayuda”, “agradecemos tu ofrenda”, etc. En cambio, la alabanza normalmente no emplea la palabra “alabar”, sino que habla acerca de lo que la persona alabada es o ha hecho. Por ejemplo: “El pastor es el mejor cristiano que conozco”, o “Alfredo me apoyó cuando todo mundo estaba en mi contra”.

En la gratitud, el sujeto de los verbos es la persona que da gracias (“yo te agradezco…”, “te doy gracias por…”), o no hay ningún sujeto o verbo expresado (“gracias por…”). En la alabanza, el sujeto de los verbos es el alabado (“tú creaste”, “él salvó”).

El alabado es magnificado; el que recibe la acción de gracias muchas veces no lo es. Al contar las virtudes de alguien, automáticamente lo exaltamos. En cambio, la expresión de gratitud no necesariamente incluye este elemento.

La gratitud a veces se da públicamente, pero con mayor frecuencia se expresa en privado, entre la persona que da las gracias y aquel que las recibe. La alabanza también puede expresarse entre dos personas, pero recibe su plena expresión solamente en público. Es delante de otros que queremos contar las virtudes del alabado.

Acción de gracias Alabanza
Tema Favor recibido El alabado
Forma “Gracias por…” “El hizo…”, “El es…”
Sujeto de los verbos El que agradece El alabado
¿Magnifica al objeto? Muchas veces no Siempre
¿Dónde se expresa? Normalmente se expresa Plenamente en público

Los salmos contienen muy pocas acciones de gracias, pero en cambio, tienen bastante alabanza. Esta no es necesariamente mejor que aquélla, pero es distinta. En el Nuevo Testamento encontramos ambas cosas: Juan 11:41–42; Romanos 1:8; 1 Corintios 1:4; Efesios 1:16; Filipenses 1:3–5; Colosenses 1:3–5; 1 Tesalonicenses 1:2–3; 2:13; 2 Tesalonicenses 1:3–4; 1 Timoteo 1:12–13; 2 Timoteo 1:3–5; Filemón 4–5, y nosotros necesitamos las dos también.

En nuestras oraciones y testimonios practicamos la acción de gracias, pero la alabanza, salvo en la música, ha caído en desuso. Hoy día la mayoría de los cristianos ni siquiera saben cómo expresar su alabanza a Dios. ¡Dios quiera que nuestro estudio de los Salmos corrija esa deficiencia!

¿QUE ES LA ALABANZA GENERAL?

Algunos salmos cuentan la intervención de Dios para salvar al salmista de algún peligro. A estos los llamaremos “salmos de alabanza específica”. En contraste, los “salmos de alabanza general” no hablan de ninguna crisis en la vida del autor, sino sólo de lo que el Señor es y hace en general, o de lo que hizo en la historia lejana. En esta categoría se encuentran los salmos 8, 24, 29, 33, 47, 78, 93, 96–100, 103–105, 111, 113, 114, 117, 135, 136 y 145–150.

Los salmos de alabanza general se construyen sobre algunos temas básicos:

TEMAS DE LOS SALMOS DE ALABANZA GENERAL

  1. Muchos comienzan y terminan con un llamado a alabar a Dios.
  2. Alaban a Dios por dos motivos principales.
  3. Por su bondad, su misericordia
  4. Por su grandeza, su majestad, manifestada en:
  5. Su obra de creación.
  6. Su soberanía sobre la historia.
  7. Su posición exaltada en los cielos

En este capítulo y el próximo estudiaremos tres de estos himnos hebreos.

SALMO 103:

UN SALMO DE ALABANZA GENERAL

Salmos 103:1–2, 22c

¡PENSEMOS!
Lea todo el salmo 103. ¿Qué propósito principal encuentra en él? ¿Cuál es su tema sobresaliente? ¿Cuáles de los temas de los salmos de alabanza general están presentes?
¿Cómo comienzan los vv. 1–2 y termina el v. 22c? ¿A quién habla el salmista? ¿Qué le llama a hacer? ¿Qué significa “bendice” en estos versículos? ¿Los vv. 1–2 contienen alabanza?

El autor encierra todo el salmo entre dos llamados a sí mismo a bendecir a Jehová (vv. 1–2, 22c).

PARALELISMO EN SALMO 103:1

A. Bendice alma mía a Jehová
B. y bendiga todo mi ser su santo nombre

Cuando Dios nos bendice, nos concede algún favor. Nosotros, en cambio, podemos bendecir a Dios de una sola manera: alabándole. La frase “alma mía” no implica que el salmista se dirigía solamente a una parte de su ser. Más bien, en hebreo esta frase se usaba para hablar con uno mismo. Como aclara el paralelo, el salmista quería alabar a Dios con todo su “ser interior” (así dice el hebreo literalmente) y, por supuesto, usaría su cuerpo también para pronunciar y escribir el salmo.

Entonces, los primeros dos versículos y la última oración revelan el propósito del salmo: alabar a Jehová. Sin embargo, estos llamados no contienen alabanza, porque no cuentan ninguna virtud divina. Son más bien una introducción y una conclusión que encierran la alabanza en el resto del salmo. De la misma manera expresiones como “Alabado sea Dios” o “Te alabo, oh Señor” pueden expresar nuestro deseo de magnificar a Jehová, pero no lo alabamos hasta que anunciamos lo que él es y ha hecho.

Salmos 103:3–18

¡PENSEMOS!
¿Por qué motivos alaba el salmista a Jehová en los vv. 3–5? ¿Qué relación tienen estos versículos con el v. 2b? ¿Dónde comienza la alabanza?
¿Por qué motivo principal alaba el salmista a Jehová en los vv. 7–14? Según los vv. 11 y 13, ¿quiénes reciben esta bendición? ¿La necesitan ellos?
¿Con qué se compara al ser humano en los vv. 15–16? ¿Cuál es el punto principal de la comparación? ¿Qué contraste se hace entre los vv. 15–16 y el v. 17? Según los vv. 17–18, ¿quiénes reciben las bendiciones del v. 17?

A partir del v. 3, el salmista comienza a cumplir con la exhortación del v. 2. Enumera varios de los beneficios divinos: su perdón y sanidad (v. 3), su liberación y misericordia (v. 4), su provisión y fortaleza (v. 5). Estos versículos no contienen el vocablo “alabar”, pero son alabanza, pues cuentan lo que Dios ha hecho. El sujeto de todos los verbos menos el último, es Jehová. También nosotros alabamos a Dios cuando relatamos lo que él ha hecho.

Los vv. 6–14 siguen magnificando a Jehová, pero ahora desglosan dos de sus beneficios ya mencionados: su misericordia (vv. 4, 8, 11) y su perdón (vv. 3, 8–12). Realmente, éste es una manifestación específica de aquélla. Dios es misericordioso con los necesitados (v. 6), y lo es plenamente frente a nuestra necesidad más grande: el perdón de nuestros pecados. En vez de castigarnos conforme a lo que merecemos (vv. 8–10), el Señor se compadece de nosotros (vv. 13–14) y aleja de nosotros nuestra transgresión (vv. 11–12). Notemos de nuevo que esta alabanza no utiliza la palabra “alabar”, sino una serie de oraciones que declaran lo que el Señor es y ha hecho.

El v. 17 recalca que la misericordia divina es constante e inagotable. Como tal, difiere radicalmente de la inconstancia humana (vv. 15–16).

Sin embargo, no todos los seres humanos se benefician de esta misericordia perdonadora, sino solamente los que temen a Dios (vv. 11, 13, 17), es decir, los que temen desobedecerlo (v. 18; ver Éxodo 20:6, 20). ¿Implica esto que ganamos el perdón por medio de nuestra obediencia? No puede ser, porque en ese caso, no tendríamos necesidad de ser perdonados. Además, el v. 10 claramente dice que no merecemos el perdón.

Más bien, el salmo subraya una de las más importantes verdades bíblicas: los que confían en Dios para ser perdonados tendrán una conducta consecuente. El Nuevo Testamento aclara que Dios nos perdona en respuesta a la fe que tenemos en la muerte de Cristo por nosotros, y que también nos transforma a través de su Espíritu Santo. De manera que, “si andamos en luz, como él está en luz…la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado” (1 Juan 1:7), pero “el que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él” (1 Juan 2:4).

Salmos 103:19–22

¡PENSEMOS!
¿Por qué motivo alaba el salmista a Jehová en el v. 19? ¿Qué relactión hay entre este motivo y la alabanza de los vv. 6–18?
¿A quiénes llaman los vv. 20–22 a bendecir a Jehová? ¿Qué significa “bendecid” aqui? ¿Cómo ilustran estos versículos el motivo de alabanza del v. 19?

Después de hablar tanto acerca del perdón y la misericordia de Jehová (vv. 6–18), de repente el salmista cambia radicalmente el motivo de la alabanza. Ahora habla del gobierno de Dios, establecido en los cielos y sobre todo el universo (v. 19).

MOTIVOS PRINCIPALES DE ALABANZA A DIOS EN SALMOS 103

Su misericordia perdonadora

(vv. 6–18)

Su reino soberano

(vv. 19–22)

La magnitud de la autoridad de Jehová se ilustra en los vv. 20–22. Aun los ángeles, “poderosos en fortaleza”, son sus siervos obedientes y deben rendirle loor (vv. 20–21). ¡Cuánto más todo el resto de la creación, incluyendo el salmista mismo! (v. 22)

¿Por qué, después de hablar tan extensamente de la compasión y perdón de Dios (vv. 6–18), el salmo concluye con un cambio abrupto de tema? ¿Hay alguna relación entre la misericordia de Jehová y su majestad? Buscaremos una respuesta a esta pregunta cuando antlicemos el salmo 113 en el próximo capítulo.

¡PENSEMOS!
¿Ha recibido usted el perdón de Dios por todos sus pecados? ¿Lo merece? (ver Romanos 6:23) ¿Qué has hecho Dios para perdonarle (2 Corintios 5:21)? ¿A quién lo contará usted? ¿Se da cuenta que al hacerlo, usted estará alabando a Dios? Estará dando a conocer algunas de sus virtudes.
Escriba un breve salmo de alabanza a Dios por su misericordia y perdón. Puede usar el Salmo 103 como modelo. Comience y concluya con un llamado a alabar a Dios. Escriba tres o cuatro oraciones contando lo que Dios ha hecho en su vida al darle su perdón. Evite el uso de las palabras “gracias” “agradecer”. ¿A quién leerá su salmo para alabar al Señor?

Williams, G. (1995). Estudios Bı́blicos ELA: Alabanza y clamor a Dios (Salmos) (14). Puebla, Pue., México: Ediciones Las Américas, A. C.