El Mesías “juzgará…a los pobres” (Isaías 11:4). ¿Qué significa esto? ¿Los condenará? ¿Por qué juzgará a los pobres en particular? ¿Merecen ellos atención especial? ¿Qué responsabilidad tiene nuestro gobierno hacia ellos? ¿Qué relación hay entre justicia social y prosperidad? ¿Qué responsabilidad tiene usted hacia los débiles que están bajo su autoridad? Nuestro estudio de los salmos reales proporcionará respuestas a estas preguntas.
¿QUÉ SON LOS SALMOS REALES?
Llamamos “reales” a los salmos que claramente hablan acerca del rey. Algunos suplican y alaban a Dios por el dominio que el rey ejerce sobre sus enemigos (Salmos 2, 18, 20, 21, 101, 144). Otros, celebran su matrimonio (cap. 45), o hablan de la justicia de su gobierno (72, 101) y otros más claman a Jehová por él en base al pacto davídico (Salmos 89, 132).
SALMO 72: UN SALMO REAL
Salmos 72:1–4
¡PENSEMOS! |
¿Por quién se ora en el v. 1? ¿Qué pide? Según el v. 4, ¿qué grupos debe juzgar? ¿Cuál debe ser la consecuencia del juicio para estos grupos? Según el v. 3, ¿qué resultado se espera para la nación? |
El título del salmo puede traducirse “para Salomón” o “de Salomón”. En cualquiera de los casos, probablemente el ”rey” del v. 1 originalmente fue el famoso hijo de David, y posteriormente el salmo se aplicó a los monarcas descendientes de él. A todos ellos se les podría llamar “rey” e “hijo del rey”. Estos títulos no se refieren a dos personas, sino a una sola (ver el singular “él juzgará” en el v. 2).
El v. 1 revela que el salmo 72 es una oración. En la Versión Reina Valera 1960 los demás versículos parecen ser predicciones. Sin embargo, sería mejor traducir todos los verbos, salvo los de los vv. 12–14, como plegarias a Dios (ver la Versión Popular).
La primera petición es que el rey sea justo. Necesita la justicia de Dios (v. 1) para juzgar al pueblo de Dios (v. 2). Una de las atribuciones del rey era dirimir los pleitos entre sus súbditos (2 Samuel 14:4–11; 15:2–4; 1 Reyes 3:16–28). Pero el verbo “juzgar” también se usa para referirse al gobierno en general (1 Samuel 8:5). De manera que el v. 2 ruega que la justicia caracterice a los fallos jurídicos del rey y también a toda su administración.
A la par de la justicia, la oración pide prosperidad nacional (v. 3). El vocablo que se traduce como “paz” en el Antiguo Testamento es shalom. En realidad, la paz es sólo uno de los beneficios que la palabra implica. También significa “bienestar completo”: salud, larga vida, prosperidad económica, libertad y felicidad. ¿En qué sentido esperaba el autor que los montes llevaran bienestar al pueblo? El salmo nos deja con esta duda hasta el v. 16, donde da la respuesta.
DOS PETICIONES
- JUSTICIA
- PROSPERIDAD
Había dos grupos en particular que el rey debía juzgar: a los afligidos y los hijos del menesteroso por un lado, y a los opresores por el otro (v. 4). A éstos los debía aplastar, y a aquéllos, salvar. El salmo no habla de la salvación eterna, sino de liberación de los que son explotados. ¿Por qué el gobernante debe prestar atención especial a los menesterosos y a los opresores? ¿Debe mostrar favoritismo al pobre? Estas preguntas también quedan pendientes por el momento, hasta que llegamos a los vv. 12–14.
DOS GRUPOS QUE DEBÍAN SER JUZGADOS (V. 4)
Grupo | Menesterosos | Opresores |
Juicio | Liberación del opresor | Destrucción |
Salmos 72:5–11
¡PENSEMOS! |
¿Por cuánto tiempo pide el salmo que dure la justicia y prosperidad del gobierno del rey (vv. 5–7)? ¿Hasta dónde ruega que se extienda su dominio (vv. 8–9)? |
Los vv. 1–4 presentan los temas principales del salmo. El resto los amplía. Los vv. 5–11 piden que los efectos del gobierno se hagan manifiestos para siempre (vv. 5–7) y hasta los fines de la tierra (vv. 8–11).
EXTENSIÓN DE LOS EFECTOS DEL REINO
Extensión temporal:
Extensión geográfica: |
Para siempre (vv. 5–7)
Todo el mundo (vv. 8–11) |
El salmista ruega a Dios que haga florecer la justicia y bienestar desde los días del rey hasta que el sol y la luna dejen de existir (vv. 5, 7). Desea que el gobernante sea de tanto beneficio para su pueblo como es la lluvia para la vegetación (v. 6).
La petición tocante a la extensión geográfica del imperio comienza con la tierra prometida (v. 8) y luego aumenta la esfera paso a paso (vv. 9–10) hasta abarcar el resto del mundo (v. 11). Los dos mares (v. 8), el Mediterráneo y el Muerto, eran los límites occidental y oriental de Canaán (Números 34:6, 12). Sus fronteras sur y norte eran el río de Egipto y el Eufrates (Génesis 15:18). En el v. 8, entonces, “la tierra” es aquella que Dios había prometido a Israel. El reino de Salomón casi llegó a ocupar todos esos “confines”.
El v. 9 extiende el dominio para incluir a los beduinos del desierto que vivían al oriente y sur de Israel, así como a todos sus enemigos. Luego, el círculo se expande de nuevo, alcanzando a los monarcas de Tarsis que moraban en el occidente más lejano (tal vez España), los de las costas del mar Mediterráneo, y los de Sabá y Seba en el sur de Arabia (v. 10). El deseo de este versículo se cumplió en alguna medida con Salomón (1 Reyes 10:1–10, 22; 2 Crónicas 9:21–24).
El clímax llega en el v. 11. Ningún rey de Israel, ni siquiera Salomón en su mejores épocas, llegó a ejercer un dominio realmente mundial. Sólo hay un verdadero Rey de reyes que dominará al mundo, en cuya presencia se doblará toda rodilla (Filipenses 2:9–11; Apocalipsis 19:16).
Salmos 72:12–14
¡PENSEMOS! |
Según los vv. 12–14, ¿a quiénes ayudará el rey justo? ¿Qué hará por ellos? |
Esta estrofa amplía el v. 4. Su primera palabra “porque”, relaciona las dos peticiones del salmo. Se puede rogar con confianza que el rey y su gobierno prosperen porque él defenderá a los pobres. Es al gobierno justo que Dios dará su shalom.
El v. 12 revela por qué el rey debe librar al menestero so. No es que deba siempre juzgar a su favor. La ley de Moisés, a la par de sus muchos mandamientos para hacer justicia a los desposeídos, deja bien claro que el juez debe ser imparcial, no mostrando preferencia al rico (la tentación más común), pero tampoco al pobre (Éxodo 23:3; Deuteronomio 16:19).
Más bien, la razón por la cual el rey debe librar al afligido es porque éste no tiene a nadie que le socorra (v. 12b). No se trata de mostrarle favoritismo, sino de asegurar que se le haga justicia. Los poderosos tienen medios para defenderse a sí mismos: dinero, contactos, conocimiento del sistema. En cambio, muchos pobres no saben cómo hacer valer sus derechos. Por lo tanto, son presa fácil de los opresores. En el v. 4, esta debilidad se recalca también con la expresión “hijos del menesteroso”. Si los menesterosos están desvalidos, ¡cuánto más sus pequeñuelos! El rey debe estar atento y accesible para oír el clamor de aquellos que están indefensos, y ser enérgico para defenderlos de las injusticias.
¿POR QUÉ DEFENDER AL POBRE?
PORQUE NO TIENE QUIEN LE SOCORRA
Llama la atención que el salmo dé esta responsabilidad al rey. Los de arriba tienden a interesarse poco en los problemas de los de abajo. Con frecuencia, los únicos que levantan la voz a favor de los desposeídos son los jóvenes revoltosos. La Biblia, en cambio, asigna este deber a los más poderosos de la sociedad (Proverbios 31:1, 8–9).
Los opresores suelen recurrir a la violencia. Matan para apoderarse de los bienes de sus víctimas, o para callar a quienes protestan por sus prácticas. A través de sus leyes y la administración de justicia, el gobierno debe proteger a los oprimidos por tales personas (vv. 13–14). El v. 14a no se refiere a la redención eterna. Más bien, el vocablo que se traduce como “almas” aquí significa “vida” (así está vertido en el v. 13). La sangre de los pobres será tan preciosa ante los ojos del rey, que la protegerá de ser derramada, y si no logra esto, no dejará impune a los asesinos (v. 14b). Al fin y al cabo, “aplastará al opresor” (v. 4).
Salmos 72:15–20
¡PENSEMOS! |
¿Qué bendiciones piden los vv. 15–17 para el rey y su pueblo? ¿Qué relaciones hay entre los vv. 18–19 con el resto del salmo? |
Los vv. 15–17 vuelven a pedir bienestar completo para el rey y su pueblo: larga vida (v. 15), riquezas (v. 15), oración a su favor (v. 15), cosechas abundantes (v. 16), crecimiento en la población (v. 16) y fama eterna (v. 17). En fin, se ruega que la dicha del monarca llegue a tal grado, que sea conocida entre todas las naciones (v. 17; “bienaventurado” significa “dichoso, feliz”).
La primera parte del v. 16 resuelve la duda que surgió cuando leímos el v. 3a. Pide que las cosechas abunden aun en las cumbres de los montes, donde la productividad agrícola es relativamente baja. Si los montes llevan bienestar al pueblo (v. 3a), ¡cuánto más los valles y llanuras!
En los tiempos bíblicos no existía el problema del exceso de población en las ciudades. Más bien, a veces hacía falta gente para defenderlas adecuadamente (Nehemías 11:1–2). La parte final del v. 16 ruega que el rey no tenga ese problema.
El salmista reconoce que el único que puede contestar su oración por el rey es Jehová (v. 18b). Cree que el Señor también desea responder, pues él es “Dios de Israel” (v. 18a). Ha escogido a Israel para hacer un pacto con ellos y darles su bendición.
Como Jehová está identificado con su pueblo, su fama será engrandecida juntamente con la de su rey (comp. v. 19 con v. 17). El deseo que se expresa en los vv. 18–19 de que Jehová sea alabado (“bendito” aquí significa “alabado”) no sólo es el final de este salmo, sino que juntamente con el v. 20, marca el final del Segundo Libro de los Salmos.
¡PENSEMOS! |
¡Qué relación hay entre el salmo 72 y 1 Timoteo 2:1–2? ¿Con qué frecuencia ora usted para que sus gobernantes sean justos y exitosos? ¿Qué más puede usted hacer para que sus gobernantes sean justos? Si fueran más justos, ¿Daría Dios a ellos y a su pueblo más prosperidad? |
¿Sobre quiénes ejerce autoridad usted (en la familia, el trabajo, la comunidad)? ¿Lo hace con justicia, o con favoritismo? Entre los que están bajo su autoridad, ¿quiénes son los más indefensos? ¿Cómo vela usted por sus derechos? Si es justo, ¿derramará Jehová sobre usted su shalom? |
Williams, G. (1995). Estudios Bı́blicos ELA: Alabanza y clamor a Dios (Salmos) (79). Puebla, Pue., México: Ediciones Las Américas, A. C.