Se da a conocer el nombre de Dios
● Cerca de la ciudad de Quebec (Canadá) se encuentra la pintoresca isla de Orleans. Al recorrerla, es muy fácil percatarse de la religiosidad de sus antiguos pobladores. A lo largo de la carretera que circunda la isla se alzan numerosas capillas de valor histórico. Cada comunidad tiene su propia iglesia.
En el pueblo de Saint-Pierre se yergue la iglesia rural más antigua de Quebec, que data del año 1717. El edificio —hoy una galería de arte— contiene algo sorprendente. Sobre el altar está el Tetragrámaton, las cuatro letras hebreas que constituyen el nombre personal del Dios del que habla la Biblia: Jehová.
Actualmente es raro escuchar ese nombre en una iglesia católica, y verlo allí es todavía más raro. De hecho, una carta que el Vaticano escribió en 2008 señaló que, por directiva del Papa, el nombre propio de Dios “no ha de ser usado ni pronunciado” en celebraciones litúrgicas, cantos ni oraciones. Sin embargo, la Biblia deja claro que Jehová desea que su nombre “sea declarado en toda la tierra” (Éxodo 9:16).
Por todo el mundo, los testigos de Jehová saben que para agradar a Dios no basta con exhibir su nombre en el interior de un edificio. Así pues, año tras año dedican más de mil quinientos millones de horas a enseñar al prójimo, entre otras cosas, cómo se llama Dios y cuáles son sus propósitos. Además, le han dado a ese nombre el lugar que le corresponde en las Escrituras. La Biblia que ellos editan, la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras, es fiel a los textos originales, donde el nombre divino aparece unas siete mil veces. Hasta la fecha se han impreso más de 165.000.000 de ejemplares de dicha versión, disponible —entera o en parte— en 83 idiomas. Lo cierto es que, en cuanto a la utilización del nombre Jehová, en vez de preguntarnos si se justifica usarlo, deberíamos preguntarnos si se justifica no usarlo.
[Ilustración de la página 21]
La Traducción del Nuevo Mundo, en la que el nombre Jehová aparece unas siete mil veces, se ha editado —entera o en parte— en 83 idiomas
Fuente: ¡Despertad!