Si usted estuviera a punto de comenzar la construcción de un templo para Dios en la actualidad, ¿por dónde comenzaría? ¿Por el púlpito o con el bautisterio? Probablemente antes pondría el fundamento. Generalmente así se hace, pero Zorobabel y Jesúa tuvieron otra idea.
EDIFICACIÓN DEL ALTAR DEL DIOS DE ISRAEL (3:1–2)
Trasfondo histórico
Desde el comienzo de la relación entre Dios y Abram, los altares fueron de gran importancia en la vida de él y sus descendientes (Génesis 12:7 y 13:4). Después de recibir la promesa de la tierra para su descendencia, el patriarca “edificó allí un altar a Jehová” (Génesis 12:7). Al llegar a ese mismo lugar después de su estancia en Egipto, “invocó allí Abram el nombre de Jehová” (Génesis 13:4). Es evidente que los altares se asociaban con la adoración a Dios.
Al finalizar la entrega de los diez mandamientos, el Señor ordenó lo siguiente referente a los altares: “Altarde tierra harás para mí, y sacrificarás sobre él tus holocaustos y tus ofrendas de paz, tus ovejas y tus vacas; en todo lugar donde yo hiciere que esté la memoria de mi nombre…” (Éxodo 20:24).
En la revelación que Dios le dio a Moisés acerca del tabernáculo, se incluyeron instrucciones específicas acerca del altar de bronce (Éxodo 27:1–8): sobre ese altar se presentarían los sacrificios.
Salomón también hizo un altar de bronce para el templo (2 Crónicas 4:1). La destrucción del templo por Nabucodonosor en 586 a.C. incluyó ese altar (2 Crónicas 36:19).
Siendo que los sacrificios habían de hacerse sobre el altar de Jerusalén (Deuteronomio 12:4–7 y 2 Crónicas 6:5–6), los judíos estuvieron privados de ese privilegio durante el cautiverio. Con razón el remanente fiel que regresó con Zorobabel y Jesúa estaba muy deseoso de hacer el altar y renovar los sacrificios. Probablemente eso explica el hecho de edificar el altar antes de poner los cimientos del templo (Esdras 3:2).
Parece que el templo de Salomón fue edificado primero y después se hizo el altar (2 Crónicas 3:1 y 4:1). Evidentemente, mientras se construía el templo de Salomón, los judíos seguían adorando en el tabernáculo que estaba en Sión (2 Crónicas 5:1–5).
La fecha 3:1 y 6
En el capítulo anterior se hizo referencia al hecho de que los que regresaron habitaron en sus ciudades (2:70). En 3:1 se hace constar que ya estaban “establecidosen las ciudades”. No se presentan fechas para explicar cuánto tiempo duró el proceso de establecerse. No se sabe tampoco cuándo salieron de Persia, ni cuánto tiempo tardaron en llegar a Jerusalén. Sabemos que Esdras y sus acompañantes hicieron el viaje en cuatro meses (Esdras 7:8–9).
La referencia al séptimo mes de 3:1, puede tener varios significados. Puede referirse al séptimo mes después de salir de Babilonia o al séptimo mes después de llegar a Jerusalén. Lo que sí es seguro es que coincide con el séptimo mes del calendario usado por los judíos. El séptimo mes, que corresponde a parte de septiembre y octubre, siempre había sido de gran importancia en la vida religiosa de los israelitas.
TRES FIESTAS RELIGIOSAS SIEMPRE
SE CELEBRABAN EN EL SÉPTIMO MES:
LA FIESTA DE LAS TROMPETAS
EN EL PRIMER DÍA (NÚMEROS 29:1–6);
EL DÍA DE LA EXPIACIÓN (LEVÍTICO 23:26–32);
LA FIESTA DE LOS TABERNÁCULOS (LEVÍTICO 23:33–44)
Parece que los judíos no querían perderse de ninguno de esos días tan especiales. Por eso, comenzaron a ofrecer holocaustos a Jehová el primer día del séptimo mes (3:6).
¡PENSEMOS! |
¿Con qué se asociaba el altar en la vida de los judíos? ¿Qué papel jugaba el altar de bronce en el tabernáculo ye en el templo? ¿En qué año y por quién fueron destruidos el templo y el altar? ¿Cuáles eran las tres fiestas que se llevaban a cabo históricamente en el séptimo mes en la vida de los judíos? |
¿En qué fecha se edificó el altar mencionado en Esdras? |
Los participantes 3:1–2
Evidentemente todos participaron en edificar el altar y hacer sacrificios al Señor. El primer versículo dice que “sejuntó el pueblo como un solo hombre en Jerusalén”. Los israelitas estaban ansiosos de consagrarse de nuevo a Dios. Recordaban que habían sido entregados al cautiverio por sus pecados, y no querían correr el riesgo de una repetición de semejante castigo.
Es interesante que el nombre de Jesúa el sumo sacerdote, surge primero en la referencia a la edificación del altar. Era un trabajo netamente religioso y él era el líder espiritual (3:2a). Casi siempre se menciona a Zorobabel primero, porque él era el líder general y el gobernador, pero este momento pertenecía a Jesúa y sus hermanos los sacerdotes, aunque Zorobabel sí estuvo presente y participó en ese acto de tanta importancia en la vida nacional (3:2b).
Los motivos 3:3–5
Ya se ha hecho mención de su deseo ardiente de reanudar una relación correcta con Jehová. Parece que querían acatar las instrucciones de la ley de Moisés en cuanto a los sacrificios (3:2c–6a). También estaban motivados por el “miedode los pueblos de las tierras” (3:3b). Si bien es cierto que Ciro tenía la política de repatriar a sus cautivos, los asirios los arrancaban de sus países y los asimilaban en otras culturas. Fue así que Palestina había sido poblada de gente de otras partes que desconocía a Jehová y la religión de los judíos (2 Reyes 17:24–25). Por consiguiente, eran hostiles a los judíos, y éstos tenían razón en tenerles miedo. El remanente quería disfrutar del amparo y protección de Dios mientras llevaba a cabo su proyecto de edificar templo a Jehová.
Hicieron bien en levantar el altar, pero hacía falta algo: “…los cimientos del templo de Jehová no se habían echado todavía” (Esdras 3:6).
¡PENSEMOS! |
¿Quién dirigió la edificación del altar? ¿Quiénes participaron? ¿Qué motivos tenían los judíos? ¿Por qué tenían miedo de los pueblos de las tierras? Según 2 Reyes 17:24–25, ¿de dónde habían venido esos pueblos? ¿Cómo concluye Esdras 3:6? |
COMIENZO DE LA CONSTRUCCIÓN DEL TEMPLO (3:7–13)
Los arreglos 3:7
Los dirigentes adelantaron dinero a los albañiles y carpinteros así como comida, bebida y aceite a los sidonios y tiros. Además, contrataron la compra de madera de cedro que debía traerse por mar desde el Líbano a Jope (3:7). Los arreglos hechos en esta ocasión son muy parecidos a los que hizo Salomón en 966 a.C. para la adquisición de materiales para el templo original (2 Crónicas 2:1–16). Hay varias referencias bíblicas a los cedros del Líbano (Salmos 104:16, Cantares 5:15 e Isaías 14:8). Los gastos para la adquisición de esos materiales fueron sufragados por las ofrendas del pueblo (2:68–69) y por el rey Ciro (6:3–4).
Fecha y delegación de la dirección de la obra 3:8
El trabajo comenzó en el segundo mes (mayo-junio) del segundo año de la llegada a la casa de Dios en Jerusalén, precisamente 70 años después de la primera deportación realizada en 605 a.C. (3:8a). Salomón empezó la construcción del primer templo en el mismo mes 430 años antes (2 Crónicas 3:1–2). Tardaron siete meses después de la edificación del altar, porque tuvieron que organizarse y conseguir los materiales para la construcción del templo.
Zorobabel se menciona primero en esta ocasión, pero inmediatamente después de su nombre se registra el hecho de que también cooperó Jesúa juntamente con sus hermanos (3:8b). Delegaron la supervisión del trabajo a los levitas de veinte años para arriba (3:8c), y la responsabilidad cayó sobre tres familias de levitas, las de Jesúa, Cadmiel y Henadad (3:9).
Alabanza espontánea 3:10–11
La colocación de los cimientos fue acompañada de alabanzas de parte de los sacerdotes y los levitas hijos de Asaf. Los primeros tocaron trompetas, y éstos, címbalos (3:10). Este acto de adoración se hizo siguiendo la ordenanza dada por David rey de Israel (1 Crónicas 6:31; 16:4–5 y 25:1). El cántico que entonaron: “Porque él es bueno, porque para siempre es su misericordia sobre Israel” (3:11a) viene de Salmos 136:1. Todo el pueblo se involucraba en la expresión de júbilo al Señor (3:11b). El regocijo demostrado aquí se expresó en forma casi exacta en el tiempo de Salomón, pero hasta la dedicación del templo completo (2 Crónicas 5:11–14).
Reacciones mixtas 3:12–13
Entre las casi cincuenta mil personas que regresaron para edificar el templo, había algunas que recordaban el primer templo con toda su majestuosidad. Viendo echar los cimientos del nuevo templo, lloraban en alta voz (3:12a). Probablemente su llanto se debía al hecho de que ese templo era más pequeño y menos lujoso. Otros daban grandes voces de alegría (3:12b). Era difícil distinguir los gritos de alegría de la voz del lloro (3:13a). El ruido se oía de lejos porque el pueblo clamaba con gran júbilo (3:13b).
¡PENSEMOS! |
¿De dónde fue traído el cedro para la construcción del templo? ¿En qué fecha comenzó el trabajo? ¿A quiénes fue delegada la supervisión? Describe la alabanza elevada a Jehová cuando los albañiles echaban los cimientos. ¿Cuáles fueron las reacciones del pueblo al ver que se colocaban los cimientos? ¿Por qué lloraron algunos? |
Collins, A. (1997). Estudios Bı́blicos ELA: La soberanı́a divina en acción (Esdras y Ester) (15). Puebla, Pue., México: Ediciones Las Américas, A. C.