¿Se puede confiar en lo incierto?
por Desarrollo Cristiano
Las personas buscan en diferentes maneras de cómo salir adelante en medio de los problemas.
¿Qué podemos hacer? ¿Cómo podemos animarles a salir de ese atolladero?
Los siguientes lineamientos nos van a ayudar (note que son citas antiguotestamentarias):
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«Quién confía en las riquezas caerá», (Pr. 11.28).
- Caerá indica que el resultado es la ruina.
- La ruina no necesariamente es material, mas bien el énfasis está en la decadencia de la persona.
- «Los que confían en los bienes ninguno de ellos podrá ni dará a Dios rescate» (Sal 49.6-7) Las riquezas tienen sus límites, hágase lo que se haga a Dios no lo compra nadie. Note como lo expresa la versión DHH: «Ellos confían en sus riquezas y se jactan de sus muchos bienes, pero nadie puede salvarse a sí mismo ni pagarle a Dios porque le salve la vida.»
- «He aquí el hombre que confío en la multitud de sus riquezas, y se mantuvo en su maldad» (Sal 52.7) La dependencia exclusiva de las riquezas lleva y mantiene en la maldad.
- Job le protesta a sus amigos, les indica que él no ha puesto su seguridad en el «oro» (Job 31.24)
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El intento de apoyarse en lo material lleva al fracaso.
- «Porque su esperanza es apenas como un hilo, y su confianza, como una tela de araña. Si se apoya en su casa, ella no permanecerá en pie; si se agarra a ella, no resistirá. De la confianza de su hogar es arrancado y es conducido al rey de los espantos.» (Job 8.14-15; 18.14)
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Ni en las ciudades fortificadas ni en las murallas se puede confiar.
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En ocasiones, las personas procuran confiar en el poderío de su «edificio», el que tiene o espera tener. Algunas personas tienen cuidado de estar encerrados en la fortaleza que han construido, llámese casa, edificio, quinta; o algún negocio o empresa, hasta un lugar de ministerio, o la iglesia misma como edificación.
- «Comerá tu mies y tu pan, comerá a tus hijos y a tus hijas; comerá tus ovejas y tus vacas, comerá tus viñas y tus higueras, y a espada convertirá en nada tus ciudades fortificadas en que confías.» (Jer 5.17)
- «Pondrá sitio a todas tus ciudades, hasta que caigan en toda tu tierra los muros altos y fortificados en que tú confías. Sitiará, pues, todas tus ciudades y toda la tierra que Jehová, tu Dios, te haya dado.» (Dt 28.52, el énfasis es nuestro)
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En ocasiones, las personas procuran confiar en el poderío de su «edificio», el que tiene o espera tener. Algunas personas tienen cuidado de estar encerrados en la fortaleza que han construido, llámese casa, edificio, quinta; o algún negocio o empresa, hasta un lugar de ministerio, o la iglesia misma como edificación.
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No se puede confiar en el hombre.
- «Confiar en gente traicionera cuando se tienen problemas, es peor que comer con dolor de muelas o caminar con una pierna rota.» (Pr 25.19, BLS véase Jr 17.5)
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Ni puede sentirse seguro con el gobierno.
- «No pongan su confianza en hombres importantes, en simples hombres que no pueden salvar.» (Sal 146.3, DHH; véase Sal 118.8-9; Is 2.22; 31.3) «Hombres importantes» literal es príncipes.
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Ni en los amigos, porque puede que se equivoquen.
- «Hay que desconfiar hasta del amigo; ni siquiera en el hermano se puede confiar, pues los hermanos se engañan entre sí y los amigos se calumnian unos a otros.» (Jr 9.4, DHH; véase Miq 7.5; Sal 41.9-10)
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Ni confiar en:
- Su propia fuerza. (Is 30.12; Sal 62.10; Pr 21.22)
- En sí mismo. (Pr 28.26)
- En su justicia. (Ez 33.13)
- En su maldad. (Is 47.10)
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Porque no se puede confiar en las obras de los hombres.
- «Iguales a esos ídolos son quienes los hacen y quienes confían en ellos.» (Sal 115.8, BLS)
- «¡Pues iguales a esos ídolos son quienes los hacen y quienes creen en ellos!» (Sal 135.18, BLS)
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No se puede confiar en los ídolos
- «Los que confían en un ídolo, los que a unas estatuas dicen: Ustedes son nuestros dioses, se alejarán avergonzados. (Is 42.17, DHH)
- «¿De qué sirve una escultura en cuanto ha sido terminada? ¿De qué sirve una imagen que solo lleva a la mentira? Los ídolos no pueden hablar; ¿cómo, pues, podrá confiar en ellos el hombre que los fabrica?» (Hab 2.18, DHH)
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Algunas personas confían en el lugar en que se encuentra Dios (sea templo, iglesia, edificio), y no confían en él.
- «No confíen en esos que los engañan diciendo: ¡Aquí está el templo del Señor, aquí está el templo del Señor!» (Jr 7.4, DHH)
- «Por eso, lo mismo que hice con el santuario de Siló, lo voy a hacer con este templo dedicado a mí, el cual les di a ustedes y a sus antepasados y en el que ustedes confían.» (Jr 7.14, DHH)
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O en los líderes en lugar de Dios.
- «Ustedes confían en palabras engañosas que no les sirven de nada.» (Jr 7.8, DHH)
- «Ese es tu destino, Israel, eso has merecido que yo te haga. Yo, el Señor, lo afirmo. Pues te olvidaste de mí y pusiste tu confianza en falsos ídolos.» (Jr 13.25, DHH)
- «Entonces dijo Jeremías a Hananías: ¡Escucha, Hananías! El Señor no te ha enviado, y tú estás dando a este pueblo una falsa confianza.» (Jr 28.15, DHH)
- «Manda a decir a todos los que están en el destierro que yo, el Señor, les digo: Puesto que Semaías de Nehelam les ha hablado en mi nombre sin que yo lo haya enviado, y les ha inspirado a ustedes una falsa confianza.» (Jr 29.31, DHH)
- Vea la respuesta en el Sal 118.8-9
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