SEGUIMOS OYENDO, GUARDANDO Y PRACTICANDO

Juan, el apóstol, siendo discípulo y además amigo de Jesús fue desterrado al final de sus días a la isla de Patmos. Muchos no entienden este extremo que permitió Jesús. Un discípulo que no sufre, no llega a ser amigo.

Las iglesias verdaderas están compuestas por discípulos.

Los hermanos que son “cola” no disciernen lo que sucede en el corazón de Jesús.

Jesús quiso dejarles claro a los suyos que Él era la vida; y los discípulos tienen muy claro quien es el que da la vida.

El Maestro pudo decir claramente que sólo el Padre estaba por encima de Él. Jesús estaba bajo la autoridad del Padre. Y todo lo creado estaba bajo el dominio de su Poder.

Dice las escrituras: “El que se opone a la autoridad puesta por Dios, se opone a Dios mismo”.

“El principio de la sabiduría es el temor a Dios”. El gran Yo Soy puede atribuirse ser dueño de la Verdad. El que pierde el temor a Jehová, se ha salido de la autoridad.

El amor de Dios hace que los discípulos le conozcan. El que no tiene fe, se pasa toda la vida sufriendo y padeciendo.

La mente pura recibida del Espíritu Santo no puede convivir con la mente del viejo hombre.

Mateo 27:55,56

27:55 Estaban allí muchas mujeres mirando de lejos, las cuales habían seguido a Jesús desde Galilea, sirviéndole,

27:56 entre las cuales estaban María Magdalena, María la madre de Jacobo y de José, y la madre de los hijos de Zebedeo.

A Jesús no le seguían pocas mujeres, sino muchas que buscaban ser sus discípulas. Debemos vestirnos de Cristo y los demás verán a Jesús en nosotros.

Hay que saberse proteger de los que se levantan para contradecir la verdad del evangelio.

Guardarse es de sabios, pues aun los escogidos serán engañados y arrastrados por vientos de doctrinas extrañas.
Sin oración profunda (no caigamos en vanalizar este concepto)  no oiremos la voz de Dios. Cuando Jesús le dijo a Pedro: “Pedro boga mar adentro” Él le obedeció sin preguntar como sucedería la pesca. Pedro no le llevaba la contraria a su Maestro.

Jesús nos ha enviado al Espíritu Santo y no podemos oponernos a sus decisiones.

De entre todas estas discípulas que seguían a Jesús, son destacadas tres. También destaca un discípulo que le seguía en secreto (José de Arimatea).

Dice la escritura que José de Arimatea había sido su discípulo. Pero su cargo en la sociedad, seguramente le obligó a dejar de seguir físicamente a Jesús, pero si le servía con sus bienes.

Marcos 8:29

8:29 Entonces él les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy? Respondiendo Pedro, le dijo: Tú eres el Cristo.

Los discípulos guardan la palabra de Jesús hasta sus últimas consecuencias.

Si no hay revelación no seremos revestidos de Jesús. ¿Quién irá de Gloria en Gloria? Solo aquellos que son llevados por el Espíritu y regresan en el Poder del Espíritu.

Seamos sensatos y honrados con lo que Dios nos ha regalado. Que sea un regalo no quiere decir que a Él le fuese fácil conseguirlo.