Sin temor al fracaso
¿Cuando aprenderemos que no hay situaciones sin esperanza, sino sólo personas que han perdido la esperanza al respecto? Lo que parece ser un problema insoluble en realidad es un reto entusiasmante. Los que inspiran a otros son los que ven puentes invisibles al final de callejones sin salida.
Hubo una reunión del gabinete en Londres durante los días más oscuros de la Segunda Guerra Mundial. Francia acababa de capitular. El primer ministro Churchill bosquejó la situación en los colores más vívidos. Muy literalmente, las diminutas islas británicas estaban solas. Caras lóbregas se quedaron mirándolo en estoico silencio. La desesperanza y pensamientos de rendición estaban escritos es sus expresiones. El visionario estadista momentáneamente guardó silencio, encendió un cigarro, mostró un esbozo de sonrisa, y con un guiño del ojo, respondió a esa desalentada compañía de oficiales: «Caballeros, hallo esto más bien inspirador.» . . . ¡Qué gran línea! Con razón la gente seguía al hombre. ¡El temor al fracaso nunca entró en su mente!
Lo que parece ser un problema insoluble en realidad es un reto entusiasmante.
Tomado del libro Sabiduría Para el Camino (Nashville: Grupo Nelson, 2009). Copyright © 2015 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.