Biblia

Sorprendidos por su gloria

Sorprendidos por su gloria

por Christopher Shaw

La verdadera vida espiritual se vive con fidelidad en medio de la rutina de cada día.

Versículo: Lucas 2:1-21

2:1 Por aquellos días Augusto *César decretó que se levantara un censo en todo el imperio romano. 2:2 (Este primer censo se efectuó cuando Cirenio gobernaba en Siria.) 2:3 Así que iban todos a inscribirse, cada cual a su propio pueblo.2:4 También José, que era descendiente del rey David, subió de Nazaret, ciudad de Galilea, a Judea. Fue a Belén, la ciudad de David, 2:5 para inscribirse junto con María su esposa. Ella se encontraba encinta 2:6 y, mientras estaban allí, se le cumplió el tiempo. 2:7 Así que dio a luz a su hijo primogénito. Lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en la posada. 2:8 En esa misma región había unos pastores que pasaban la noche en el campo, turnándose para cuidar sus rebaños. 2:9 Sucedió que un ángel del Señor se les apareció. La gloria del Señor los envolvió en su luz, y se llenaron de temor. 2:10 Pero el ángel les dijo: «No tengan miedo. Miren que les traigo buenas *noticias que serán motivo de mucha alegría para todo el pueblo. 2:11 Hoy les ha nacido en la ciudad de David un Salvador, que es *Cristo el Señor. 2:12 Esto les servirá de señal: Encontrarán a un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.»2:13 De repente apareció una multitud de ángeles del cielo, que alababan a Dios y decían:2:14 «Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz a los que gozan de su buena voluntad.» 2:15 Cuando los ángeles se fueron al cielo, los pastores se dijeron unos a otros: «Vamos a Belén, a ver esto que ha pasado y que el Señor nos ha dado a conocer.»2:16 Así que fueron de prisa y encontraron a María y a José, y al niño que estaba acostado en el pesebre. 2:17 Cuando vieron al niño, contaron lo que les habían dicho acerca de él, 2:18 y cuantos lo oyeron se asombraron de lo que los pastores decían. 2:19 María, por su parte, guardaba todas estas cosas en su corazón y meditaba acerca de ellas. 2:20 Los pastores regresaron glorificando y alabando a Dios por lo que habían visto y oído, pues todo sucedió tal como se les había dicho. 2:21 Cuando se cumplieron los ocho días y fueron a circuncidarlo, lo llamaron Jesús, nombre que el ángel le había puesto antes de que fuera concebido.

Leer todo el capitulo

José y María se habían dirigido a Belén para inscribirse en el censo que realizaban las autoridades del gobierno romano. Durante su estadía María había comenzado con su trabajo de parto y debió refugiarse en un pesebre, pues no había en el pueblo ninguna habitación disponible. Mientras la pareja vivía estos momentos de profundo dramatismo, había, «en la misma región, pastores que estaban en el campo, cuidando sus rebaños durante las vigilias de la noche. Y un ángel del Señor se les presentó, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor, y tuvieron gran temor» (8, 9).La mayoría de las veces que Dios escogió manifestarse a alguien lo hizo en forma independiente del interés o la falta de interés de la persona. La experiencia de los pastores se presta para varias observaciones. En primer lugar es interesante notar lo que estaban haciendo: cuidando de sus rebaños durante las vigilias de la noche. Es decir, estaban ocupados en las tareas que les correspondían. Nuestra perspectiva evangélica de estos tiempos quisiera verlos postrados, clamando por una visitación de lo alto u ocupados en proclamar las grandezas del Señor. Pero ¡nada de esto! Estaban haciendo lo que hacían todos los días del año, cuidar sus ovejas. ¿Por que resaltamos este hecho? Porque es importante entender que no habían actuado de manera extraordinaria para merecer esta visitación de Dios. Es una verdad difícil de aceptar para nosotros, que creemos que indefectiblemente el Señor responde a nuestras expresiones de devoción con demostraciones de su poder y presencia en nuestro medio. La verdad que nos presentan las Escrituras es otra: La mayoría de las veces que Dios escogió manifestarse a alguien lo hizo en forma absolutamente soberana e independiente del interés o la falta de interés de la persona. En la gran mayoría de los casos él se presentó a personas que no estaban interesadas en su manifestación, un dato que debería llevarnos a pasar más tiempo ocupados en lo que hemos sido llamados a cumplir y menos tiempo ¡clamando para que él se manifieste en nuestro medio! El Señor vio algo que le agradó en los pastores pero, al igual que David, ellos no sabían que él había fijado sus ojos sobre ellos. Una segunda observación es que la manifestación de la gloria de Dios no produjo ningún éxtasis espiritual en ellos. Al contrario, la Palabra dice que fueron llenos de temor. Se asustaron, tuvieron miedo, porque lo que contemplaban era infinitamente más grande y poderoso que lo que jamás habían experimentado en la vida. Al igual que la multitud de otras personas, en las Escrituras, que fueron visitadas por el Señor, ellos no podían aguantar el resplandor de su gloria. Quizás esta sea una de las razones principales por las que esta clase de experiencias son tan poco comunes en la vida de los santos. No solamente son demasiado intensas para nuestra frágil condición humana, sino que podrían distraernos de la verdadera naturaleza de la vida espiritual, que se vive con fidelidad en medio de la rutina de cada día. Aún en la vida de Cristo mismo solamente conocemos de dos situaciones en que tuvo una visitación sobrenatural del Padre: en el bautismo y el monte de transfiguración. Un ángel inmediatamente apareció en medio de ellos. COMENTE: ¿Cuál era su intención? ¿Por qué fue necesario que apareciera?

©Copyright 2009, DesarrolloCristiano.com. Todos los derechos reservados.