También los pies
Juan 13:8
Tal vez muchas personas creerán que no hay mucho que hablar sobre los pies y su importancia en el cuerpo humano, a más de servirnos como herramientas para trasladarnos de un lugar a otro, quien así lo piense, está muy equivocado, pues hay mucho que decir en bien o en mal sobre los pies, existe un refrán que dice: “DIME CON QUIÉN ANDAS Y TE DIRÉ QUIÉN ERES” si usted piensa que ese refrán no tiene conexión alguna con los pies, se equivocó nuevamente, pues sí la hay, LAS ESCRITURAS dicen que no debemos unirnos con cierta clase de in-conversos, pues sus pies siempre los llevan al pecado, Proverbios 1:10 al 16—Isaías 59:4 al 8.
Es tan clara la advertencia de Dios hacia el hombre con respecto a cuidar hacia donde van nuestros pies, si van hacia el mal,el castigo es tremendo, pues el desobediente, jamás tendrá paz. Pero el que se aleja del impío y se encamina hacia el bien, EL SEÑOR JESÚS le dice que sus pies son hermosos, Isaías 52:7 a Dios no le interesa que sus pies sean deformes, mochos, negros, prietos o sean planos, en tanto que sean usados para hacer el bien, y se dirijan en la dirección correcta, son hermosos y llenos de paz, Romanos 10:15—Nahum 1:15, que maravillosa experiencia de quién predica la palabra de VERDAD, pero esto solo puede hacerlo quien se ha lavado los pies y esta calzado con el apresto del EVANGELIO DE LA PAZ, Efesios 6.15, pero para esto, primero debe quitarse el viejo calzado que esta manchado con todas las inmundicias que existen en este mundo; antes de recibir el ministerio del SEÑOR, Moisés recibió la orden: “QUITA EL CALZADO DE TUS PIES, PORQUE EL LUGAR QUE PISAS, SANTO ES”.
Es allí, en la zarza, o el altar de Dios donde EL SEÑOR JESUCRISTO nos lava los pies, y luego de esto entonces Dios guarda los pies de sus santos consagrados, 1a Samuel 2:9, es aquí cuando toma fuerza la promesa de Dios que dice: “YO ENTREGARÉ TODO LUGAR QUE PISARE LA PLANTA DE TUS PIES” Josué 12:3—Deuteronomio 11:24, Dios cuida y no permite que los pies de sus hijos resbalen ni tropiecen, Salmos 66:9–91:12–121:3, esto aún lo sabe el diablo y se lo dice a nuestro SEÑOR JESUCRISTO durante la tentación Mateo 4:6, además Dios alumbra el camino de sus siervos, Salmos 119:105.
Con todo y eso, nosotros también tenemos la obligación de cuidar nuestro pies, hace muchos años escuché el siguiente fragmento de una disertación sobre los pies, he aquí el mismo: “oh pies que me acompañaste desde el día que fui concebido, aún recuerdo que de niño los maltrataba mucho, no los amparaba del sol ni los cubría del frío, pero ellos nunca se quejaban.
Antes bien siempre me llevaban por donde yo los dirigía, cuantas veces los hice andar por largos trechos, por caminos lodosos, por pedregales, por arenales muy calientes, y al llegar al lugar que iba, ni gracias ni caricias para mis pobres pies, ni siquiera me daba por enterado que existían, pero esto lo vine a descubrir el fatídico día que sufrí un accidente, cuando un vehículo pasó sobre mis pies destrozándolos sin misericordia, los médicos tuvieron que amputarlos, hoy, los extraño mucho, y me lo reprocho constantemente, pues yo fui el culpable de esa pérdida al no tomar las precauciones al bajarme del vehículo, pues resbalé caí bajo las llantas del mismo. Hoy que quiero cuidarlos y acariciarlos, es demasiado tarde, pues ya no los tengo”
¿Cuán afortunados y felices debemos estar todos los que aún tenemos completos nuestros pies?, Recordemos que son uno de los medios que Dios utiliza para predicar su mensaje de amor a las almas.
Se dice que dos ranitas iban juntas caminando, cuando sin darse cuenta cayeron en un hueco muy profundo. Ellas saltaban y saltaban para salir pero no lo podían conseguir, en la parte superior del hueco habían muchas otras ranitas que les gritaban: no insistan, es imposible nadie ha salido de ese hueco. Miraban a su alrededor y efectivamente habían muchos esqueletos de ranas que habían muerto. Ellas seguían insistiendo hasta que una de ellas se rindió, dejó de saltar y poco a poco murió. La otra seguía saltando y entre más le manoteaban diciéndole que se rinda ella mas brincaba, uno de esos saltos fue tan fuerte que logró salir, y siguió corriendo, le gritaban que se detenga pero ella no les escucho. Era sorda. En realidad ella nunca escuchó las palabras de desánimo, ella pensaba que la estaban animando para que brincara.
5. Insistio. V 48 b
“¡pero él clamaba mucho más! Hijo de David, ¡ten misericordia de mí!” al igual que la ranita, Bartimeo no escuchaba a los que eran su obstáculo, el seguía insistiendo. Insiste con Dios ora sin cesar. En lo secular sigue insistiendo, los que hoy consiguieron el éxito son personas que nunca se dieron por vencidos. Sucedió algo maravilloso, Jesús se detuvo. V 49 a “Entonces Jesús, deteniéndose, mandó llamarle;” nuestro clamor constante hace que Jesús se detenga y ponga su mirada en nosotros
6. Dejó todo por Jesús. V 50 a
“El entonces, arrojando su capa,” La capa también era un impedimento para Bartimeo no lo dejaba avanzar. Qué cosas no te dejan avanzar en lo espiritual y en tu vida cotidiana. Cual puede ser tu capa, la pereza, el desánimo, la envidia, la amargura. Etc. Deja esa capa y podrás avanzar.
7. Busco a Jesús. V 50 b
“se levantó y vino a Jesús” hay muchos cristianos modernos que no se congregan, bajo el pretexto de que Dios está en todo lugar. Y se atreven a decir: si Dios me quiere sanar lo puede hacer aquí en mi casa. Proverbios 8:17 “Yo amo a los que me aman, Y me hallan los que temprano me buscan.” Jeremías 29: 13 “y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón.”
8. Escucho una voz de estímulo. V 49 b
“Ten confianza; levántate, te llama.” De ti depende a quien escuchas, hay personas que son sabias aprende de ellas. La vida de Bartimeo cambio. V 52 a “Y Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha salvado. Y en seguida recobró la vista,” dejó de ser ciego y se convirtió en un seguidor de Jesús. V 52 b “y seguía a Jesús en el camino.” Bartimeo dejó de ser un mendigo para convertirse en un príncipe, como lo somos todos los que seguimos a Jesucristo.
Fuente: www.centraldesermones.com