Un árbitro
Job anhela tener un árbitro que pudiera servir como intermediario para comunicarse con este Dios santo y poderoso. Desea tener a alguien que pudiera defender su caso. A Job le encantaría presentar su caso en la corte divina, pero no tiene un mediador. Lo que él está diciendo, en realidad, es esto: “Me encantaría venir y presentarme delante del Juez santo, de mi Dios, pero no puedo hacerlo. Él no es hombre para que pueda venir a mí, y yo no tengo en mí mismo lo que se necesita para presentarme delante de Él. Necesito un intermediario, un mediador. ¿Hay algún árbitro que esté disponible?”
¡Si Job hubiera vivido muchos siglos después! “Hay un mediador,” le escribe Pablo a su joven amigo Timoteo, refiriéndose a aquel que nos representa delante de Dios el Padre. No es otro que Jesucristo el Señor.
Esto es bueno y aceptable delante de Dios nuestro Salvador, quien quiere que todos los hombres sean salvos y que lleguen al conocimiento de la verdad. Porque hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, quien se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo (1 Timoteo 2:3-6).
Pablo habla de nuestro mediador, de nuestro árbitro. “Hay un solo mediador entre Dios y el hombre,” y Él es identificado específicamente como “Jesucristo hombre.” Cuando se trata de la vida eterna, no hay muchos mediadores. Sólo hay uno: Jesucristo. No tenga miedo de ser tan específico, Jesús no lo tuvo. Durante su ministerio terrenal, Él habló de sí mismo como “el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.” (Juan 14:6).
Cuando se trata de la persona de Cristo, Él es solo y único mediador entre Dios y la humanidad. ¡Él es el solo y único Salvador! Y por eso respondemos: “Oh Job, hay un mediador. No lo has conocido, pero algún día, Job, el mundo sabrá de Él.
¿Y usted amigo? ¿Conoció ya a mi Salvador?
Tomado del libro Buenos Días con Buenos Amigos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2007). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmundohispano.org). Copyright © 2010 por Charles R. Swindoll Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.