¡Una Navidad combativa!
por Juan Stam
Juan de Patmos nos presenta en el capítulo 12 del Apocalipsis su versión del relato de la Navidad. Es una Navidad extraordinaria, muy sombría. Es el lado oscuro de la Navidad, que nos advierte contra el peligro de sentimentalizar demasiado el nacimiento del niño Jesús.
¿Feliz Navidad? ¡No mucho!¡Una Navidad combativa!
Juan de Patmos nos presenta en el capítulo 12 del Apocalipsis su versión del relato de la Navidad. Es una Navidad extraordinaria, muy sombría. Es el lado oscuro de la Navidad, que nos advierte contra el peligro de sentimentalizar demasiado el nacimiento del niño Jesús.
No cabe duda de que Navidad es felicidad; sólo un scrooge (1) podría ser triste y amargo en estas fechas, pero jamás un cristiano. Nosotros cantamos alegres «Oh santísimo, felicísimo, grato tiempo de Navidad». Pero a veces romantizamos demasiado el suceso: «en la faz del Señor brilla un límpido rayo de luz», declara un himno navideño, y según otro:
Allá en el pesebre, do nace Jesús,la cuna de paja nos vierte gran luz;Estrellas lejanas del cielo al mirarSe inclinan gozosas su lumbre a prestar.
La vaca mugiendodespierta al Señor,Mas no llora el niño,pues es puro amor….
Según un villancico popular, los reyes del oriente vienen a ver «Al niño Dios que sonríe /Entre una mula y un buey, /Aunque todo el mundo sabe /Que es de los reyes el Rey». La tradición navideña nos presenta un niñito muy sublime pero poco humano y poco creíble.
El capítulo 12 del Apocalipsis da una perspectiva muy diferente sobre la Navidad. Este pasaje navideño no aparece en el leccionario eclesiástico para la época, ni es nada probable que sea texto para sermones de la ocasión. Aquí no conseguimos nada de «Navidad, Navidad, hoy es Navidad; es un día de alegría y felicidad», (2) sino más bien un día de amenaza, peligro y lucha. Mientras en los evangelios y en nuestros himnos, los pastores y los sabios del oriente buscan al niño para adorarlo, en el Apocalipsis el dragón lo espera para devorárselo. El infanticidio que ordenó Herodes unos dos años después del nacimiento, relatado por Mateo, está presente en capítulo 12 aun antes de nacer el esperado niño.
En el trasfondo de la versión del Apocalipsis se vislumbra un mensaje que es también político: nos es nacido un Salvador, y no es el emperador, hijo de Zeus y Latona, sino Jesús de Nazaret; nace el Rey, con autoridad sobre las naciones, y no se llama ni Nerón ni Domiciano. Precisamente en eso está la radicalidad de la Navidad apocalíptica, y por eso su nacimiento desató una tormenta de conflicto y represión. Su nacimiento trajo no sólo alegría, sino también lucha, dura lid contra las fuerzas de maldad, arduo combate por «el reino de Dios y su justicia».
En la Navidad más que en cualquier otra época del año, debemos recordar que vivimos en un mundo de pecado, de injusticia, de pobreza y opresión. De esto nos recuerda el cantoautor nicaragüense, Carlos Mejía Godoy, con su villancico centroamericano «Feliz Navidad»:
Cuando desempaques tus regalos,niño de lujosa vecindad,piensa en tantos niños que no sabenpara qué es Navidad;Piensa en el muchacho limpiabotas
Que su Noche Buena pasaráen la banqueta dura y fríadel atrio de la catedral.
Feliz navidad, feliz Navidad,en justicia y libertad.Feliz Navidad, feliz Navidad,un mundo mejor,sin miseria y opresión.
Esa metralleta de jugueteque te trae este año Santa Claus,es el aguinaldo cariñosoque nos manda el tio Sam.
Hoy necesitamos más escuelas,más cultura, más educación;son más importantes cien maestrosque un blindado batallón.
Cuando estés sentado ahí en tu mesa,donde abundan vino y caviar,piensa que en la cárcel hay hermanosque por vos luchando están.
Ellos no tendrán este diciembreni pavo relleno ni champán,Pero brindarán desde su celdacon la copa de su ideal.
Tiene que venir pronto ese díacuando ya no sea la Navidadsólo privilegio de los ricossino de toda la humanidad.Pedro, Avenancia, Jorge y MinchoVamos a cantar el villancicode nuestra liberación.
Feliz navidad, feliz Navidad,en justicia y libertad,Feliz Navidad, feliz Navidad,un mundo mejor,sin miseria y opresión.
Claro, Navidad es felicidad, pero debe ser también compromiso y lucha. La Navidad nunca será completa mientras tantas personas no compartan la alegría que celebramos y la vida que Cristo vino a darnos a todos. Una Navidad auténtica es, por necesidad, conflictiva. Por eso, no basta con sólo desear «feliz Navidad». Habrá que decir alguna vez «¡te deseo una Navidad incómoda, inquieta, de lucha! Que el Niño te conceda una Navidad combativa!»
Se tomó de juanstam.com, ©2007. Todos los derechos reservados. Se usa con permiso del autor. Editado por DesarrolloCristiano.com. Juan Stam (75), oriundo de Paterson, Nueva Jersey, es uno de los teólogos evangélicos «latinoamericanos» más pertinentes de la actualidad. Aunque es estadounidense de nacimiento, se nacionalizó costarricense como parte de un proceso de identificación con América Latina que lleva más de cincuenta años. Está casado con Doris Emanuelson (71), su compañera de camino, nacida en Bridgeport, Connecticut.
NOTAS:
(1) Un scrooge de Ebenezer Scrooge que es el protagonista de la novela de 1843 Cuento de Navidad de Charles Dickens. Es un hombre de corazón duro, egoísta y al que le disgusta la Navidad, los niños o cualquier cosa que parezca provocar felicidad. Su segundo nombre ha pasado a convertirse en inglés en sinónimo de avaro y misántropo, en referencia a los rasgos más característicos del personaje.(2) De hecho, tampoco es fácil imaginar a María, en medio de los dolores de parto, cantando «Oh santísimo, felicísimo, grato tiempo de navidad».