Una Palabra para los “preocupones”
Una Palabra para los “preocupones”
“MARTA, MARTA, ESTÁS PREOCUPADA Y TE INQUIETAS POR DEMASIADAS COSAS” (Lucas 10:41 DHH)
La preocupación es como un ladrón; nos roba el gozo que Dios quiere que tengamos a diario. Se puede decir que todos los temores se resumen en dos: que no vamos a tener lo suficiente para nuestras necesidades o que vamos a perder lo que tenemos. Marta era una “preocupona” y esa actitud se hizo evidente cuando Jesús fue a comer a su casa. Ésta andaba muy atareada en la cocina mientras su hermana estaba sentada a los pies de Jesús. Frustrada, Marta le pidió al Maestro: “Señor, ¿no te preocupa nada que mi hermana me deje sola con todo el trabajo? Dile que me ayude” (Lucas 10:10). La preocupación nos hace olvidar quién es el siervo y quién el Señor. Destaquemos tres cosas de este episodio:
1) Marta estaba muy ocupada sirviendo, pero no estaba disfrutando de su servicio. No cabe duda de que quería agradar a Jesús; sin embargo, dejó que su trabajo para el Señor fuera más importante que su relación con Él. ¿Te ha pasado eso?
2) Satanás no tuvo que sacar a Marta de la cocina, lo que hizo fue robarle el propósito por el que se encontraba allí. Satanás no te enfrenta con la iglesia; sencillamente hace que te “mires el ombligo” continuamente. No te quita del ministerio; sólo te desanima para que pienses que trabajas demasiado y que nadie lo aprecia.
3) Dios valora tu actitud más que tus hechos. “En todo cuanto hagáis, evitad quejas…” (Filipenses 2:14 CST). Una mala actitud invalida el regalo que ofreces a Dios. Jesús dijo: “…Una cosa es necesaria, y María ha escogido la buena parte…” (Lucas 10:42). ¿Qué escogió María? Sentarse a los pies de Jesús.
Él prefiere la devoción callada de un corazón sincero a la actitud bulliciosa de alguien que se queja. ¡Reflexiona!