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Una persona «marcada»

Una persona «marcada»

por Enrique Zapata

Continuamos con la serie dedicada a la formación del liderazgo juvenil. En la primera parte, para que el líder, como siervo de Dios, pueda desarrollar personas para presentarlas perfectas en Cristo, se dieron principios básicos para que desarrolle su tarea formadora. En esta segunda entrega el autor ofrece una serie de rasgos que el líder debe tener como fruto de la acción del Espíritu en su vida.


Formando líderes espirituales, Parte II


Pablo define con todo género de detalles las «normas y las características» de los líderes espirituales. Uno podría preguntarse: Bueno, ¿pero por qué razón los requisitos son tan detallados y las demandas son tan exigentes? La respuesta es simple, porque esta es una función trascendental. El célebre escritor Eugenio ONeal poniendo palabras a uno de sus personajes, dice lo siguiente: «No se puede construir un templo de mármol con una mezcla para hacer adobes». En otras palabras, para hacer un edificio de calidad, se necesitan ingredientes de calidad.

En primer lugar, usted es una «persona marcada». Quisiera compartir con usted una serie de marcas que yo mismo le he estado pidiendo al Señor que produzca en mi vida.


1. Es una persona de empuje interiorUn líder debe ser sensible, pero a la vez debe ser un «hueso duro de roer». La clave del liderazgo es la capacidad de resistir. En todos los grupos humanos y empresas, vemos la siguiente situación:

«Un grupo de personas se pone de acuerdo en hacer una determinada tarea, dedicarse y aplicarse con todo esfuerzo para una misión. Vemos que todas arrancan desde el mismo punto de partida, pero luego, algunas encuentran una feroz oposición, problemas de diversas naturalezas y pronto esto las saca del derrotero. Otras siguen después de haber sufrido la misma oposición inicial, avanzan un poco más y pronto se dan cuenta de que ellas mismos padecen muchas deficiencias, por lo que también deciden abandonar la empresa. Vemos que otras avanzan hacia sus metas y objetivos, hacen un trabajo bastante aceptable, pero repetidamente sufren un duro revés y caen víctimas de su propio orgullo, lo cual pronto les hace ser ineficaces. La única que logra llegar a la meta es la que tiene «empuje interno». Todas estas mismas dificultades y tropiezos que han encarado los demás compañeros que han desertado, también las tuvo que confrontar esta persona. La diferencia es que ella siguió adelante.»

La mayor parte de la gente así lo hace, especialmente en la obra cristiana. Su problema consiste en que están dependiendo indebidamente en el liderazgo de alguien, de otras personas, y no tienen una visión o han perdido de vista su objetivo. A veces vemos que la mayor parte de los hombres y mujeres que quieren trabajar en la obra cristiana son más bien corredores de 100 metros. Hay muchos corredores de 100 metros, muchos «sprinters» que buscan metas cortas y fáciles que puedan lograrse a corto plazo. Pero recordemos que la obra que busca la evangelización mundial, es en realidad una maratón a campo traviesa.



2. Es una persona que tiene «una vida privada dinámica»Muéstrenme ustedes a una persona dinámica en público y yo les mostraré a una dinámica en lo privado. Una vida privada dinámica, tiene que ver principalmente con la vida familiar, con el nivel de relaciones que sostiene en la intimidad del hogar. Una pregunta clave que puede plantearse podría ser: ¿Realmente disfruto de mi vida familiar? ¿Existe verdadero respeto y admiración, o un callado resentimiento y desaprobación? Yo creo que una de las declaraciones más estimulantes para un líder, es aquella que pudiera decir su esposa o su esposo, más o menos así:

«Después de veinte años de vivir con este hombre —o esta mujer—, puedo decir que es verdaderamente un hombre —o una mujer— de Dios.»

Necesitamos «tiempo a solas» para recuperar energías emocionales y espirituales. Esto no es una opción, es una necesidad fundamental; no es algo optativo es un imperativo. Todos queremos y anhelamos estar siempre al frente, trabajar al máximo, hacer tareas importantes y especiales, estar rodeados de gente, pero debemos recordar tal como nos lo dice un principio del mundo de los negocios: «Que el hombre dinámico conoce el tiempo de descanso y la importancia del cambio de paso y ritmo en su vida. La importancia de cambiar de ritmo en sus actividades.»



3. Es una persona con «templanza y autocontrol»La pregunta que surge ahora es: ¿Se encuentra usted en dominio eficaz y real; gobierna todas y cada una de las áreas de su vida —su tiempo, su dinero, sus recursos, su ánimo, su desánimo, etcétera?

Si no puede contestar esta pregunta, antes de seguir adelante con la intención de ayudar a otras personas, tómese un tiempo a solas con Dios y dígale: «Señor, cuánto necesito tu control; cuánto necesito una fresca medida de tu Espíritu Santo.»

Debemos estar en control de cada área de nuestra vida. Si uno visita los campos misioneros del mundo, se da cuenta, especialmente en las civilizaciones y culturas primitivas, que allí la vida se reduce a lo que en realidad es ESENCIAL. Pero cuando uno vive en una gran ciudad, en un medio urbano, en una sociedad altamente tecnificada y desarrollada, se lleva mucho exceso de equipaje. Esta sobrecarga nos impide estar en el dominio y control de todas las áreas y situaciones de nuestra vida. El autor de la Carta a los Hebreos, en los primeros versículos del capítulo 12, nos exhorta en cuanto a esto:

«Por cuanto un número tan inmenso de hombres de fe nos contemplan desde las graderías, despojémonos de cualquier cosa que nos reste agilidad o nos detenga, especialmente de esos pecados que con tanta facilidad se nos enredan en los pies y nos hacen caer, y corramos con paciencia la carrera en que Dios nos ha permitido competir.»

En otras palabras, aquí se nos amonesta a correr la carrera «livianos», sin cargas innecesarias, sin complicaciones que no nos ayuden en el cumplimiento de nuestras metas y objetivos espirituales. Especialmente esta amonestación es para aquellos que vivimos en una sociedad tecnificada e hiperdesarrollada. Creo que esto de «desembarazarse de todo aquello que nos atrasa», especialmente los que vivimos en lugares desarrollados, tiene que ver con el uso del tiempo.



4. Es una persona de «ejemplo consistente»Podríamos llamarle a esta característica, el «modelar». Un prestigiado profesor de pedagogía de la Universidad de Stanford, ha afirmado recientemente, después de haber hecho exhaustivos estudios en este campo, que cualquier tipo de enseñanza y aprendizaje puede ser logrado mediante «el modelar», así como también puede ser logrado por experiencia directa. Esto es exactamente lo que nos da a entender y lo que nos enseña el Nuevo Testamento. Aprendemos siguiendo el ejemplo de los hombres que allí aparecen, sus vidas son un modelo. La Palabra de Dios, está llena de relaciones que ejemplifican este tipo de enseñanza-aprendizaje. Josué tuvo a un Moisés que fue un modelo en su vida y que le llevó hasta la condición que lo posibilitó ser un general del pueblo de Dios.

Eliseo tuvo a Elías. Hay un pasaje que en su relato nos revela un detalle muy extraordinario en la vida de Eliseo y Elías, ellos caminaban largas distancias juntos, conversando uno con el otro. Cuánto me gusta leer ese diálogo entre Elías y Eliseo. Y en el Nuevo Testamento, los discípulos tuvieron a Jesús mismo. También vemos que Pablo tuvo a Bernabé quien lo dirigió. En cierta ciudad las puertas de la Sinagoga estaban cerradas para Pablo, y precisamente fue Bernabé quien tomó la iniciativa para animar a Pablo a hablar dentro de la misma.

Vemos que Bernabé permanece poco tiempo junto a Pablo. En realidad, hasta se separa de él para lograr realizar un ministerio y empezar a modelar la vida de otro hombre, la de Juan Marcos, un muchacho que estaba dando sus primeros pasos con poco éxito aparentemente y necesitaba una mayor orientación.

¿Cuántos «pablos» y «juan marcos» ha producido usted en su ministerio?

De manera que, esta tarea de ser un ejemplo y ser consistente en ello, es verdaderamente un ministerio. Una buena manera de ver y evaluar nuestros ministerios es observar a cuántos hombres hemos logrado «formar»mediante nuestro ejemplo consistente.



5. Es una persona de «gran capacidad y resistencia»La capacidad y resistencia de la que hablamos aquí no tiene nada que ver con resistirse a aceptar ideas, más bien, nos referimos a la capacidad y resistencia contra las dificultades y la oposición. Un ejemplo extraordinario de este concepto es Nehemías. Tuvo que sufrir mucha oposición. El enemigo hizo mucho esfuerzo para hacerlo desistir de su empresa. Nehemías entendió que no podría trabajar desde afuera para construir el muro de Jerusalén a causa de la presencia del enemigo. Entonces se dispuso trabajar desde adentro. Inclusive uno de sus propios hombres se acercó para decirle: «Oye, Nehemías, fíjate que he sabido que planean asesinarte. Deberías huir». Creo que Nehemías pudo intuir en esa amonestación una estratagema del enemigo y decidió poner gran resistencia ante tremenda oposición.

Hasta el día de hoy, los ingenieros en construcción se quedan admirados de la hazaña de Nehemías de construir esa muralla en tan corto tiempo, pues aunque no hubiera habido oposición siempre hubiera implicado una tarea suficientemente ardua. Quizás más portentosa que la obra misma de construir la muralla, fue la obra espiritual de haber logrado llevar al pueblo de Israel a realizar esta tarea en medio de la más terrible oposición. Eso es el ministerio. En pocas palabras, en eso consiste el ministerio cristiano.

Una persona que no es líder, inmediatamente dice: «Bueno, pero quizás tienen razón, nunca vamos a poder lograrlo», o bien se enoja, se enfurece y se pone a la defensiva. Pero el líder asume una actitud diferente, una actitud positiva; se ve estimulado a seguir adelante, a marchar, con capacidad y resistencia en medio de la oposición. Esa es una de las características y marcas del líder.

No podemos andar disculpándonos, ni tratando de explicar a todo el mundo lo que Dios nos ha llamado a hacer, porque de todas maneras no lo entenderían. Imagínense a Josué tratando de explicar a los intelectuales de aquel tiempo, su plan para tomar Jericó. Recordemos que tenemos una tarea que cumplir y debemos marchar adelante, a pesar de la oposición.

Una forma de oposición es la «presión». La capacidad y resistencia también tiene que estar presente en el líder, para poder vencer la presión a que está sometido. La presión viene hasta de los propios cristianos que están a nuestro lado.



6. Es un hombre con «actitud de servicio»En esto, Jesús mismo nos es el mejor ejemplo. La él mismo afirmó que él «no vino para ser servido, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos». Esa, precisamente, es la marca distintiva de todos los cristianos. Los cristianos no viven para obtener o conseguir cosas, sino viven para dar, para servir, para ministrar a otros. Así pues, servicio es el proceso mediante el cual el cristiano da, sirve y ministra, y para ello renuncia voluntariamente a todos sus derechos, y a la vez asume responsabilidades grandes. Su trabajo, pues, como líder cristiano, es servir, ministrar a las personas con las que vive. Efesios 5.21 dice:

«Someteos unos a otros en el temor de Dios.»

A propósito de esto, algunos han insistido en usar este versículo para demostrar que son las mujeres las que obran mal y no se someten, pero realmente no es ese el propósito del verso. En realidad la enseñanza aquí nos muestra claramente que la sumisión es el estilo de vida que sometemos al gobierno y a la dirección de Dios, inclusive tiene que ver con nuestra actitud de seguir a otros y de obedecer a otros. Por supuesto que nuestra sumisión a Cristo debe ser primordial, total y constante.

Cuando una persona empieza a criticar, a mostrarse insatisfecha, murmuradora ante una situación, por los reglamentos o por el orden establecido, esto es muy significativo. Esto me enseña a mí inmediatamente algo sobre esa persona. Me muestra que tiene dificultad en obedecer órdenes; además, que, mientras no aprenda el significado de la sumisión, no podrá ser un líder cristiano.

No podemos tratar de exaltar a Cristo, y al mismo tiempo exaltarnos a nosotros mismos. Proverbios 25.27 dice:

«Comer mucha miel no es bueno, ni el buscar la propia gloria ES GLORIA»



7. Es un hombre de «alto cociente de confiabilidad»En primer lugar la confianza del cristiano en sus realizaciones y en lo que puede hacer, reside más bien en Cristo que es su confianza. Debemos recordar que todo lo podemos en el que nos fortalece; también que en todo lo que Dios nos llame a hacer, él nos proveerá el equipo y los recursos necesarios para que lo hagamos.

Este concepto de confiabilidad, tiene que ver también con áreas de la vida íntima. Yo he aconsejado a multitud de cristianos que han llegado a contarme la historia de sus frustraciones, problemas en su vida emocional, íntima, sexual, y familiar; y todo por descuidos en lo que leen, en sus hábitos, en sus actitudes, han caído en las trampas de la lujuria, de la sensualidad, han sucumbido bajo el bombardeo constante que hay en el mundo externo.

Creo que esta es una área muy importante en la producción de discípulos y en la formación de líderes; no pretender ser personas perfectos, sino mostrar que somos personas en vía de desarrollo, en vía de construcción, pero que estamos moviéndonos en esa dirección. 1 Ti 4.15 dice:

«Usa esos dones, entrégate de lleno al cumplimiento de tu deber, para que todos vean tus progresos.»



8. Es un hombre con «actitud positiva»Esto es un verdadero y constante desafío y también puede ser un peligro. Los líderes siempre tendrán la tentación y la posibilidad de convertirse en personas negativas, pesimistas, apesaradas, tenebrosas. Es más, yo les digo, entre más tiempo estamos en el ministerio, más peligro tenemos de convertirnos en seres negativos.

Aun siendo maestro de un seminario, muchas veces me he sentido tan negativo con respecto a mis alumnos que he tenido que arrodillarme en mi cuarto antes de salir a impartir mis clases y pedirle al Señor perdón por mis actitudes.

Un líder debe saber cultivar un buen sentido del humor; especialmente debe saber reírse de sí mismo en el buen sentido, y desarrollar un fino sentido del humor; saber disfrutar, reír, hacer bromas con los amigos. Esto es sumamente importante. De lo contrario, bajo las presiones y los conflictos de la vida, nos convertimos muy pronto en seres neuróticos y somos un problema para todo el mundo.



9. Es una persona con «perceptiva»Es el individuo que ve hacia adelante y tiene una visión del futuro, pero está comprometido con su presente. Es un individuo orientado hacia el futuro, pero activando en el presente y comprometido con el día de hoy. Creo que la única forma de ser verdaderamente contemporáneos, es siendo hombres con visión del futuro. Por el contrario, un hombre que se casa estrictamente con el presente, muy pronto será «viudo». Este es el grave error del existencialismo en cualquiera de sus formas; y es para sorprenderse la cantidad cristianos existencialistas que hay. Piensan de esta manera:

«El pasado es irrelevante e intrascendente; el futuro es incierto, pues, ¿qué nos? queda; vivir para el presente, vivir el hoy.»

Pero eso no es verdad, especialmente en el caso de los cristianos. Porque usted y yo somos herederos de las edades y de los siglos; la razón por la cual Usted puede escuchar ahora este mensaje, recibir el impacto del evangelio en su vida y el beneficio de la presencia de Cristo es porque ha habido hombres que le han precedido, hombres fieles y obedientes, que han vivido antes que nosotros, y tuvieron visión, pensaron en el futuro por usted y por mí.

Una de las características del líder con perspectiva es que puede ver a través de las situaciones temporales y puede darse cuenta de donde se está librando la verdadera batalla. El error de muchos cristianos hoy, es el hecho de querer siempre pelear batallas que ya no existen. Por eso creo que Dios ha querido levantar obras distintas para manifestar sus propósitos.


Es interesante leer lo que Jesús dijo con referencia a esto en Lcucas12.56:

«Hipócritas, saben interpretar el aspecto del cielo y la tierra, pero no hacen caso de las señales que advierten las crisis que se avecina».

Estas personas que se creían y se decían muy doctos en interpretar las señales en el cielo, las épocas del año, los tiempos de la cosecha y una serie de cosas y situaciones, eran completamente incapaces de determinar y discernir la generación en que estaban viviendo. Como dijo un gran escritor y poeta: «No debemos hacer nuestros nidos en árboles destinados a ser derribados».

10. Es una persona «grandemente enseñable»«Ser «enseñable» es la capacidad humana de desarrollarse y crecer». El líder «enseña a su gente a ser enseñable».

Estar dispuesto a aprender y ser enseñado, es una marca para un futuro líder espiritual. Son personas enseñables, quieren aprender constantemente; están deseando conocer más, por eso es que Pedro nos dice: «Más bien crezcan en fortaleza espiritual, en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo: (2 Pe 3.18). Aquí aparece un interesante equilibrio: Debemos crecer en ambas cosas, en la gracia y fortaleza espiritual y a la vez, en el conocimiento de nuestro Señor. Esto se logra con una actitud enseñable y mediante una actitud dispuesta a aprender. El hombre de Dios es el que aprende de Dios, el que está dispuesto a ser enseñado precisamente por Dios. En verdad, solo cuando hemos aprendido de Dios podemos dar; de lo contrario no tendremos nada que decir, no tendremos ni siquiera un mensaje significativo que pasar a los demás.



11. Es un hombre «de fe»Esta es la característica del hombre que «le cree a Dios», un hombre que cree en Dios y le cree a Dios.2 de Reyes 6.16 dice:

«Él le dijo: No tengas miedo, porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos.»

Este pasaje narra el evento cuando el siervo de Eliseo se despierta cierta mañana y al salir de la casa descubre que están rodeados por el enemigo, los asirios. Ya están listos para atacar y todo aparenta que para ellos la muerte es inminente. Sin embargo, no se percata que también las huestes invisibles de Dios está preparada entre ellos y el enemigo para defenderlos. Frente al espectáculo que causa el ejército asirio, se aterroriza y corre llamando a su amo Eliseo para urgirlo a que vaya «a ver lo que está ocurriendo». Eliseo sale a verlo, pero también observa el ejército del cielo y ora para que esa visión real pueda ser apreciada por su siervo.

¿Qué le había pasado al siervo de Eliseo? Había visto «una parte de la realidad». No había podido ver las huestes de Dios dispuestas para defenderlos.

Esto es muy real en nuestra época. Quedamos tan completamente impresionados y apabullados por las circunstancias adversas, que fracasamos en ver las huestes de Dios, peleando por nosotros, defendiéndonos. Salmo 94.17–19 dice:

«Si no me ayudara Jehová, pronto moraría mi alma en el silencio.»

«La fe agrada a Dios pero siempre implica un riesgo; siempre estamos corriendo un riesgo desde el punto de vista humano. En la parábola de los Talentos que Jesús enseñó, es obvio que el reprendido fue aquel que no quiso «arriesgarse», el cual acabó perdiéndolo todo.

Cuando hablamos de fe, inmediatamente viene a nuestra mente el caso de Abraham, que justamente es llamado el «padre de la fe». Los relatos de su vida, ministerio y testimonio como hombre de fe se encuentran tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento. Este hombre pasó por una prueba extrema. Es decir, tuvo que pasar por una prueba de fe. Dios le pidió que tomara a su único hijo —el que representaba la semilla de las generaciones venideras que le habían sido prometidas, de descendientes que habrían de salir de él— y se lo entregara en sacrificio.

Abraham bien hubiera podido responder: «Señor, un momento; me estás pidiendo tú que mate la semilla, a mi único descendiente; entonces, ¿cómo vas a cumplir tu promesa? ¡Tienes que recapacitar! Es un error. ¡Me pones en un terrible dilema!

Pero Abraham se guiaba por un principio importante: «él no debía hacerse responsable por la «responsabilidad de Dios»». Él solo debía obedecer. Y no solo estuvo dispuesto a sacrificar a Issac, sino que también confiaba en que Dios podía levantarlo de entre los muertos (sin tener él ningún ejemplo de resurrección hasta ese momento).

Un líder es un hombre de fe sólida en la Palabra de Dios. No basa su fe en argumentos ni en la lógica. Que el Señor bendiga su vida no solo en este aspecto, sino en todos los que hemos tratado.


Para reflexión y discusión:

  • ¿Cuáles de estas características tiene usted y su equipo y necesita desarrollar más?
  • ¿Cuáles de estas características están ausentes en usted y en su equipo?
  • ¿Qué necesita hacer para formar las marcas que le hacen falta?

  • Le invitamos a consultar los otros artículos de esta serie:


    • Parte I, Una persona marcada
    • Parte III, ¿Espiritualidad real o ajuste carnal?
    • Parte IV, ¿Maduro o inmaduro?