¡Voz de Dios, y no de hombre!
Predicas Cristianas | Estudios Biblicos
2 Pedro 1:19
Antes que nada, me declaro cristiano. Soy cristiano por convicción y por conversión. Soy cristiano porque he creído lo que La Biblia me ha revelado acerca de mi propia condición de pecado y de condenación. He creído así mismo en el testimonio que las Santas Escrituras me han dado acerca de el Único Camino de salvación, Mi Señor Jesucristo. Se que hoy día el termino cristiano ha dejado de tener el significado y la fuerza que en otros tiempos tenía. Se y entiendo que hoy día son millones los que no obstante pertenecer a sectas como los mormones o los católicos (aunque hay muchos más), sostienen y afirman ser cristianos también. ¡triste la generación en la cual no hay diferencia entre un cristiano y un pagano! ¡triste la generación en la cual al tramposo, al idolatra, o al rebelde contra Dios, se le llama cristiano! ¡Horrible contemplar una generación cristiana, SIN CRISTO!
Sin embargo, como lo he afirmado otras veces, se que dentro de no mucho tiempo ser cristiano volverá a significar persecución, cárcel, martirio. Prefiero los sufrimientos y desprecios del mártir, que los aplausos y los placeres del pagano. Prefiero ser un cristiano perseguido, que un cristiano paganizado.
Ahora bien, también declaro ser cristiano, porque respondí a la predicación evangélica. Una predicación evangélica basada en La Biblia. De manera, pues que soy cristiano porque creo en Cristo y vivo a Cristo, y soy evangélico, porque creo en el mensaje del evangelio. Pero, la base de todo esto, es ¡Mi fe en La Biblia!
He llegado a conocer y entender, que por un poco más de cuatrocientos años, los creyentes hispanoamericanos hemos basado nuestra fe y nuestra vida en la BIBLIA REINA- VALERA. Toda la obra evangélica, los esfuerzos misioneros, las iglesias establecidas, la predicación proclamada, las almas que se han salvado, en todos estos años, están basados en la fe de que la Biblia Reina-Valera Es La Palabra de Dios. La Palabra de Dios por la cual hemos llegado a ser salvos. Precisamente de esto se trata, de que para nosotros los hispanoamericanos La Biblia Reina-Valera ES, La Palabra de Dios. ¿Podríamos acaso basar nuestra salvación y destino eterno en otro libro que no fuera este? ¿Podría acaso otro libro silenciar la voz de nuestras conciencias culpables por nuestro pecado, y traer paz a la misma? ¿Podría otro libro llevarnos a estar en paz verdadera con Nuestro Dios ofendido? ¿Podríamos acaso hallar en otro libro la descripción tan sublime de La Persona y obra de Cristo tal y cual la encontramos en La Biblia?
Cuando leo y estudio la Biblia (Reina-Valera), tengo no solo la sensación, sino la convicción profunda, de que estoy ante La Palabra de Dios, y por tanto, se que ESTOY OBLIGADO MORAL Y ESPIRITUALMENTE con este Libro. Pero, ¿Porque hago tanta insistencia en La Biblia Reina-Valera? Pues una razón muy sencilla, hace unos años un individuo llamado Peter Ruckman, empezó a enseñar que “la única Palabra de Dios” , o que el único libro que podía ser considerado como Palabra de Dios, era la versión King James, o Rey Jacobo. La versión oficial en ingles de La Biblia. Que no había ninguna otra versión de la Biblia, en ningún otro idioma, que pudiera ser considerada como tal, sino sólo, la versión en ingles de La Biblia. Y no sólo esto, sino que de los Estado Unidos, han salido hombres, no solo norteamericanos, sino latinoamericanos, que están diseminando esta herejía en nuestro continente. Uno de estos hombres se llama Humberto Gómez. El mismo, ha editado su propia versión de La Biblia, se le conoce como Biblia Reina Valera- Gómez. ¡La arrogancia es obvia y grosera!
Este pastor apostata, y su maestro Peter Ruckman, sugieren con su falsa enseñanza, que por espacio de cuatrocientos años, los hispanoamericanos, hemos carecido de “la verdadera” Palabra de Dios. Que los “únicos”, que si han tenido la “verdadera” Palabra de Dios han sido los anglosajones o angloparlantes ¡¿Increíble verdad?! Por supuesto, que lo que se aplica a los hispanoamericanos, podría también aplicarse a los demás pueblos. ¡Si lo que estos individuos afirman fuera cierto, entonces, en nuestro caso, los que pertenecemos al continente suramericano, estamos perdidos en nuestros pecados. Hemos basado nuestra vida y nuestra fe en un libro que en realidad no era la Palabra de Dios, y no sólo esto, sino que todos los que por espacio de cuatrocientos años vivieron y murieron creyendo lo que decía la Biblia Reina- Valera, vivieron y murieron una mentira! ¡Es más, los millones de mártires del protestantismo, entregaron sus cuerpos a las llamas y sufrieron las más terribles torturas a manos del papismo católico, en vano! ¡Horribles, espantosas las implicaciones, si el ruckmanismo (como se conoce esta secta), tiene razón!
Es por esto, que comencé esta reflexión haciendo alusión a mi fe cristiana evangélica, porque si lo anterior es cierto, entonces yo he estado viviendo un engaño, y he conducido al engaño a muchos, porque les he enseñado que la Biblia (Reina-Valera) es la Palabra de Dios, y que podíamos fundamentar nuestras vidas, y nuestro futuro eterno en este Libro. (Ver 1a a los Corintios 15:12-19) no siendo así.
¡Estas son las funestas implicaciones de esta nueva herejía! Porque eso es lo que es, solo una herejía más. Pero, ¡Cristianos! ¡No podemos seguir durmiendo y siendo indiferentes a los ataques que La Palabra de Dios sufre a manos de los apostatas de estos últimos tiempos! ¡Si, yo se que la Biblia como La Palabra de Dios, “permanecerá para siempre”! ¡También se que La Palabra de Dios ha resistido las embestidas que por siglos ha enfrentado, y que sus adversarios no han logrado ni lograrán nada contra ella! ¡Sin embargo, la indiferencia y la frialdad espiritual de estos tiempos, en el seno de lo que hoy llamamos Iglesia de Cristo, ha sido también el resultado del abandono no sólo de la fe bíblica, sino de el uso de “biblias” que no son sino PERVERSIONES, de la ÚNICA Palabra de Dios! Una de estas perversiones de la Palabra de Dios, es LA NUEVA VERSIÓN INTERNACIONAL. Dicha versión no sólo ha añadido y quitado versos como sus editores y escritores han querido y preferido , sino que para su edición se solicito como consultora honorífica a Virginia Ramey Mollenkott, ¡Una activista lesbiana declarada anti-fundamentalista! Y esta es la versión que muchos misioneros norteamericanos están introduciendo en nuestro continente, en nuestras iglesias y usando como base de su obra. ¡¿Puede esta perversión de Biblia ser considerada la Palabra de Dios?! ¡¿Podemos basar nuestra fe y vivir nuestras vidas en un libro de inspiración inmoral como la nueva versión internacional?! ¡NO, MIL VECES NO!
¡No se trata solamente de poner la biblia en un lenguaje en el cual la generación de turno pueda entender! ¡Se trata suprema mente, de llevarles la palabra de Dios! ¡Porque solo la palabra de Dios puede salvar al hombre! ¡Solo la revelación de Dios al hombre puede convencer al hombre de su pecado! ¡El hombre necesita a Cristo, y solo podemos hallarlo en la palabra de Dios, la biblia! ¡Y Dios en su amor, en su misericordia y gracia ha preservado la palabra suya para que nos llegue no solo a nosotros los hispano parlantes, sino a los anglosajones, a los africanos, a los asiáticos, al mundo entero! ¡de tal manera que en el día del juicio nadie pueda justificarse delante de él (romanos 3.9-19) aludiendo “escasez de la palabra de Dios!
¡Cristianos, paganos, sencillamente porque Dios es justo, y el no hace acepción de personas! ¡Por estas y muchísimas razones más, soy deudor a los reformadores, soy deudor a Casiodoro de Reina y a Cipriano de Valera; soy deudor a Francisco de Enzinas, a Juan Pérez de Pineda, a “Julianillo Hernández! ¡Soy deudor a todos aquellos que sufrieron persecución, torturas, la hoguera, la expatriación, la ignominia…..para que yo pudiera tener en mis manos este santo libro de Dios, la biblia!
¡Por tanto, “no me avergüenzo” (Romanos 1:16) de seguir predicando, enseñando, y señalando el camino de la salvación y el Cordero de Dios, tal y como los presentan la Biblia Reina-Valera! Porque esta Biblia, que hemos creído y vivido por todos estos cuatrocientos años ¡SI ES LA VOZ DE DIOS Y NO LA DEL HOMBRE! ¡Hermanos, no confundamos la voz de Dios, con el eco mentiroso de los hombres! (Hechos 12:20-25).
¡A Dios se la gloria y la honra por todos los siglos AMEN!
Continuando leemos: “…Y hablaron mal entre los hijos de Israel, de la tierra que habían reconocido, diciendo: La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra que traga a sus moradores; y todo el pueblo que vimos en medio de ella son hombres de grande estatura. 33 También vimos allí gigantes, hijos de Anac, raza de los gigantes, y éramos nosotros, a nuestro parecer, como langostas; y así les parecíamos a ellos…” Como podemos apreciar, ellos se fijaron en que la tierra contenía un gran número de habitantes, ciudades con murallas fortificadas y gigantes que habitan en ella. Les pregunto, ¿existe esto en nuestra vida hoy? Les puedo decir con toda confianza que sí. Existen muchas personas que hacen igual que estos hombres en este instante. Existen muchas personas que en vez de concentrarse en las promesas de Dios, se concentran en las situaciones y quitan su mirada de Dios; una vez que hacemos esto entonces nuestra fe flaquea y comenzamos a sucumbir en la tentación y la rebeldía.
Cuando hacemos como este pueblo, cuando comenzamos a confiar más en nuestra habilidad que en el poder de Dios, entonces no veremos la bendición que Dios nos envía, sino que solo veremos lo negativo. ¿Tendremos que conquistar ciudades fortificadas, y derrumbar murallas? ¿Tendremos que enfrentarnos a gigantes? La respuesta a ambas preguntas es si. Quizás algunos estén pensando que no existen ciudades fortificadas o murallas a nuestro alrededor, pero pensemos en lo que es una ciudad. Una ciudad es un lugar donde se habita, ¿verdad? Pero ahora examinemos nuestra vida y preguntémonos, ¿Cuál es tu dirección espiritual?, ¿Vives en el: 10 Avenida Pecado, ciudad: Desobediencia, provincia: Rebeldía?
Si al examinarnos encontramos que esa es nuestra dirección espiritual, entonces sepamos que el pecado, la desobediencia y la rebeldía causan que caigamos nuevamente en la esclavitud de este mundo. El pecado, la desobediencia y la rebeldía detienen las bendiciones que Dios desea enviarnos. Este pueblo no recibió las bendiciones de Dios de inmediato porque fijaron su vista en lo negativo. Fijaron su vista en las ciudades fortificadas y los gigantes. Ahora hagámonos dos preguntas; ¿Qué representan las ciudades fortificadas para nosotros? ¿Qué representa un gigante para nosotros?
¿Qué representan las ciudades fortificadas para nosotros? Las ciudades fortificadas son las poderosas instituciones religiosas, políticas, y sociales que tratan de ahogar la verdad de Dios. Las ciudades fortificadas son las poderosas instituciones religiosas, políticas, y sociales que tratan de adoctrinarnos para que veamos lo bueno como lo malo, y lo malo como lo bueno. Les digo en el día de hoy, existen numerosas ciudades fortificadas que como iglesia tenemos que derrumbar.
¿Qué representa un gigante para nosotros? Un gigante es todo aquello que aparenta invencible que trata de separarnos de la voluntad de Dios. ¿Qué gigante enfrenta la iglesia de hoy? Existen dos poderosos gigantes que como iglesia enfrentamos. El primer gigante es la duda o incredulidad. Si nos ponemos a pensar en lo que aconteció en este caso, veremos que esto fue exactamente lo que le sucedió a este pueblo, y lo que sucede con muchos de nosotros. Quiero que se fijen bien en un detalle muy importante; cuando estos hombres fueron enviados a reconocer la tierra, ellos no fueron enviados para ver si esta era la tierra o no. Dios sabía que esta era la tierra que Él tenía para este pueblo. Dios sabía que Él les daría la victoria sobre toda oposición, pero ellos dudaron, ellos no creyeron en la Palabra de Dios. Solamente hubo uno de ellos que dijo: “…Subamos luego, y tomemos posesión de ella; porque más podremos nosotros que ellos…” Caleb creyó sin dudar que Dios les entregaría la victoria. Desdichadamente muchos de nosotros hacemos igual que ese pueblo, muchos de nosotros al vernos confrontados con problemas o situaciones, al vernos cara a cara con esos gigantes que vienen a robarnos la paz que Dios nos ha dado, simplemente dudamos de Su poder. Pero hermanos recordemos que dudar o no creer no nos permitirá ver la grandeza de nuestro Dios y aumentara nuestras propias debilidades.
El segundo gigante que enfrentamos como iglesia es el temor. En el caso de este pueblo, el temor de las ciudades fortificadas, el temor de los habitantes, y el temor de los gigantes fue mucho mayor que la promesa de Dios. Este pueblo se vio como “langostas”, se vio mucho inferior a ellos, se vieron insignificantes. Nosotros en muchas ocasiones hacemos igual, en vez de ver los problemas o situaciones como insignificantes en los ojos de Dios, vemos los problemas y situaciones como gigantes que nos causan temor. Estos hombres llegaron a ver la tierra prometida, la tierra que fluía con leche y miel como la “…tierra que traga a sus moradores…” Esto es exactamente lo que el temor causa. El temor causa que veamos las cosas completamente opuestas a lo que son. El temor causa que no veamos las bendiciones. Tenemos que reconocer el temor por lo que es, un gigante que quiere alejarnos de Dios. Un gigante que quiere robarse las bendiciones que Él tiene para nosotros.
Para concluir. Les pregunto, ¿en qué dirección nos estamos moviendo? Cuándo examinamos nuestra vida, cuando examinamos nuestra iglesia, ¿estamos viendo gigantes o vemos el poder de Dios? Cuándo miramos hacia nuestro futuro, ¿estamos en camino hacia la tierra prometida o estamos en camino al desierto? No podemos permitir que nada ni nadie nos desvié o conduzca en dirección opuesta a Dios.
Tenemos que siempre recordar que Dios nos dio descanso, y alivio nuestras penas. Hermanos, no podemos permitirle al demonio que nos desvié de nuestro caminar, o que interrumpa nuestro progreso. Como iglesia tenemos que atacar esas ciudades, derrumbar esas murallas, y enfrentar esos gigantes. El pueblo de Dios en ese entonces tuvo a Moisés, quien fue un gran hombre de Dios, pero nosotros tenemos a Cristo, tenemos al que nunca nos abandona, y que siempre esta dispuesto a estrechar Sus manos y guiarnos en toda situación. Nunca te olvides: “…más podremos nosotros que ellos…”
[1] Éxodo 13:14
[2] Éxodo 13:21-22
[3] Éxodo 14:21-22
[4] Números 13:1-3
[5] Números 13:27
[6] Números 13:28-29
[7] Éxodo 3:7-8
[8] Mateo 5:14