ARCA

v. Pacto, Propiciatorio
Gen 6:14 hazte un a de madera de gofer; harás
Gen 7:1 dijo .. Entra tú y toda tu casa en el a
Gen 8:4 reposó el a .. sobre los montes de Ararat
Gen 8:16 sal del a tú, y tu mujer, y tus hijos
Exo 25:10 harán .. un a de madera de acacia
Exo 37:1 hizo .. Bezaleel el a de madera de acacia
Exo 40:3 y pondrás en él el a del testimonio, y la
Num 10:33 el a del pacto .. fue delante de ellos
Jos 3:3 cuando veáis el a del pacto de Jehová
Jos 6:11 hizo que el a de Jehová diera una vuelta
Jos 8:33 estaba de pie a uno y otro lado del a
Jdg 20:27 el a del pacto de Dios estaba allí
1Sa 4:3 traigamos a nosotros de Silo el a del
1Sa 4:11 el a de Dios fue tomada, y muertos los
1Sa 5:7 no quede con nosotros el a del Dios de
1Sa 6:11 pusieron el a de Jehová sobre el carro
1Sa 6:19 habían mirado dentro del a de Jehová
1Sa 7:1 llevaron el a .. en casa de Abinadab
1Sa 14:18 Saúl dijo a Ahías: Trae el a de Dios
2Sa 6:2 para hacer pasar de allí el a de Dios
2Sa 15:29 Sadoc y Abiatar volvieron el a de Dios
1Ki 8:1 traer el a del .. de la ciudad de David
2Ki 12:9 Joiada tomó un a e hizo en la tapa un
1Ch 13:3 traigamos el a de nuestro Dios a
1Ch 15:2 el a de Dios no debe ser llevada sino
1Ch 16:1 trajeron el a de Dios, y la pusieron
2Ch 5:2 que trajesen el a del pacto de Jehová
2Ch 6:11 y en ella he puesto el a, en la cual está
2Ch 24:8 mandó, pues, el rey que hiciesen un a
Jer 3:16 no se dirá más: A del pacto de Jehová
Mat 24:38; Luk 17:27 día que Noé entró en el a
Mar 12:41; Luk 21:1 pueblo echaba dinero en el a
Heb 9:4 el a del pacto cubierta de oro por todas
Heb 11:7 por la fe Noé .. con temor preparó el a
1Pe 3:20 mientras se preparaba el a, en la cual
Rev 11:19 el a de su pacto se veía en el templo


cuando la tierra se llenó de violencias de los hombres, Yahvéh dispuso destruirlos con el diluvio, y quiso que sólo se salvase Noé, varón justo, junto con su familia. Le ordenó, entonces, hacer un a. en la cual debí­a entrar con los suyos, así­ como los animales puros e impuros, por parejas, a fin de que salvaran del castigo. El arca debí­a ser de madera resinosa, cañiza, calafateada por dentro y por fuera con betún, y cuyas medidas fueran trescientos codos de longitud, cincuenta de anchura y treinta de altura Gn 6 y 7. El arca de Noé tení­a una sola puerta, que Yahvéh cerró una vez entraron todos en ella, pasaje este que se ha tomado como sí­mbolo de la puerta por donde se entra a la salvación y que algún dí­a también se cerrará, como en la parábola de la diez ví­rgenes Mt 25, 1-13; el bautismo salva, como se salvaron los del arca a través del agua 1 P 3, 20-22. El arca de Noé, una vez amainaron las aguas, se posó en los montes de ® Ararat.

Diccionario Bí­blico Digital, Grupo C Service & Design Ltda., Colombia, 2003

Fuente: Diccionario Bíblico Digital

(heb., tevah, cofre, barco que flota; en la Biblia la palabra heb. siempre tiene el segundo significado). Se usa para denominar el barco que Dios le indicó a Noé que construyera para salvarse él y su familia del diluvio (Gen 6:14-16; Mat 24:38; Luk 17:27; Heb 11:7; 1Pe 3:20). Después que Noé abandonara el arca (Gen 8:18-19) no se sabe qué pasó con ella, a pesar de muchas tradiciones y expediciones. La misma palabra heb. es usada para el cesto de juncos en que fue puesto el infante Moisés (Exo 2:2-5).

Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano

– De Noé. Figura de la única iglesia de Cristo. Quien no está en él, se condena, se ahoga, Gen 6:8, 1Pe 3:20-21, Mat 24:37, Heb 11:7.

– De la Alianza: Contení­a el maná, la vara de Aarón, y las tablas de la alianza: (Heb 9:4). Era sí­mbolo de la Eucaristí­a, donde está, no el maná, sino el mismo Cuerpo de Cristo, con el Sacerdote, simbolizado por la vara del Sacerdote Aarón; y la ley, simbolizando que se debe tomar en gracia bajo la Ley del Senor. Ex. 16,25; Isa 3:3.

Diccionario Bí­blico Cristiano
Dr. J. Dominguez

http://biblia.com/diccionario/

Fuente: Diccionario Bíblico Cristiano

(-> ecologí­a, templo, Noé). Hay en la historia de Israel dos arcas simbólicas fundamentales, cuyo sentido puede vincularse. Ambas expresan la presencia de Dios y abren un camino de salvación para los hombres.

(1) El arca de Noé se llama tebah y no †˜aron como el arca de la alianza, pero está vinculada al pacto de Dios (cf. Gn 6,18) y constituye una simbolización dramática de la alianza de Dios con los hombres. Pues bien, en este contexto, lo novedoso y grande es que Dios haya tenido compasión de Noé (que eso significa el nombre), enseñándole a construir un arca-tebah, una gran casa flotante o barco en el que hombres y animales puedan oponerse al riesgo de su destrucción, haciendo así­ la travesí­a del diluvio. Hombres y animales han sido compañeros desde el comienzo de la travesí­a de la vida y juntos han compartido un riesgo, que ha surgido en gran parte por razón de la violencia humana. Por eso han de ser compañeros en la salvación. Esto significa que los hombres deben abrir un espacio en su arca no sólo para ellos (o para algunos privilegiados de entre ellos), sino para los mismos animales, como espacio de existencia compartida para todos los vivientes. El arca es un paradigma ecológico, de solidaridad y salvación universal. Una humanidad en la que sólo quisieran permanecer unos pocos, una humanidad que sólo quisiera salvarse a sí­ misma se destruirí­a. En otro tiempo, según el sí­mbolo de Gn 6-7, en el arca se salvaron sólo algunos hombres y animales. En el arca de la futura humanidad, conforme al testimonio de Cristo, tiene que haber espacio para todos.

(2) El Arca de la Alianza (†œaron berit: cf. Ex 25,10-22, Nm 10,33) es una de las instituciones y sí­mbolos más importantes de la historia de Israel. En muchos pueblos han existido arcas sagradas que contienen documentos o testimonios religiosos de diverso tipo. En Israel hay un arca de la alianza, que actúa como relicario (†˜aron) y sirve como lugar y signo de presencia de Dios, (a) Descripción. Aparece citada en textos antiguos, como en 1 Sm 4-6, 2 Sm 6 y 1 Re 8,1-11. Un texto más tardí­o del Pentateuco la describe de esta forma: “Harán también un arca de madera de acacia; su longitud será de dos codos y medio, su anchura de codo y medio, y su altura de codo y medio. La recubrirás de oro puro por dentro y por fuera, y pondrás encima y alrededor de ella una cornisa de oro… Harás un propiciatorio de oro fino, cuya longitud será de dos codos y medio, y su anchura de codo y medio. Harás también dos querubines de oro; los harás labrados a martillo en los dos extremos del propiciatorio… Los querubines extenderán por encima las alas, cubriendo con ellas el propiciatorio; estarán uno frente al otro, con sus rostros mirando hacia el propiciatorio. Después pondrás el propiciatorio encima del Arca, y en el Arca pondrás las tablas de la alianza que yo te daré. Allí­ me manifestaré a ti, y hablaré contigo desde encima del propiciatorio, de entre los dos querubi nes que están sobre el Arca del testimonio, todo lo que yo te mande para los hijos de Israel” (Ex 25,10-22). El arca era signo del Dios israelita, “entronizado sobre querubines” (1 Sm 4,2-4), y la tradición de Israel supone que serví­a para contener objetos sagrados del culto de Yahvé y de la alianza de las tribus de Israel, (b) Arca militar. Ella era también un sí­mbolo guerrero, de manera que los sacerdotes la llevaban a la batalla como insignia totémica suprema de los federados de Israel, como signo de presencia de Dios y portadora de triunfo para los israelitas, que se pensaban invencibles mientras la tení­an en su posesión. A pesar de eso, ella vino a caer en manos de los filisteos, que la guardaron con terror sagrado, hasta que David la recuperó y la entronizó en su ciudad de Jerusalén (cf. 2 Sm 4-7) y Salomón la introdujo después en el templo (cf. 1 Re 8,6-12). La tradición del arca está ligada al paso del Jordán y a la conquista, histórica o simbólica, de Jericó (Jos 1-6), apareciendo como signo de presencia de un Dios que camina con su pueblo. El Dios de los israelitas más antiguos no necesitaba templos, ni edificios estables, sino que caminaba con sus fieles, pudiendo ser llevado en un arca, lugar de su presencia y signo de su trascendencia. (c) Arca propiciatoria y querubines. En un momento determinado se colocó sobre el arca una cubierta sagrada que se llamaba propiciatorio, de manera que vino a convertirse en el signo supremo de la presencia y del perdón de Dios. Esa cubierta era una tablilla de oro fino que tapaba el arca por arriba y que sostení­a a dos querubines que son una expresión de la santidad de Dios. El Dios de Israel no se identificaba con los querubines, pero se expresaba por medio de ellos, como presencia sagrada que sobrevuela y sostiene la vida de los fieles. Dios no es tampoco el propiciatorio o placa sagrada, pero los israelitas descubren allí­ su presencia y celebran su perdón. Dios no es tampoco el arca, pero el interior del arca es como el espacio de su presencia entre los hombres. Finalmente, como expresión suprema de la presencia de Dios se colocan en el arca las tablas de la alianza, en las que se contienen los mandamientos de Dios y los compromisos de fidelidad del pueblo, (d) El fin del arca. El arca del templo antiguo de Jerusalén quedó destruida en la conquista de Jerusalén por Nabucodonosor (587 a.C.), como evoca Jr 3,16 (¡el pueblo se lamenta por la pérdida del arca!) y no volvió a reconstruirse. En el segundo Templo (construido hacia el 515 a.C.) no habí­a ya arca, a pesar de las referencias quizá sólo simbólicas que Lv 16 hace al propiciatorio, que solí­a estar vinculado con el arca (cf. Lv 16,2.13-15). En el nuevo templo ideal de Ez 41,3 no parece que exista ya lugar para el arca. Por otra parte, Flavio Josefo afirma que el santuario interior del templo estaba totalmente vací­o (BJ 5,5,5). Conforme a una leyenda de 2 Mac 2,4-8, Jeremí­as habí­a escondido el arca en un lugar secreto, que no se conocerí­a hasta la revelación final de Dios. En esa lí­nea, el arca recibió una gran importancia simbólica y así­ la recuerda el Nuevo Testamento en algunos textos muy significativos como Heb 9,4 y sobre todo en Ap 11,19, donde ella aparece en medio de los rasgos teofánicos de la tormenta, como anunciando que a través de la Mujer y de su Hijo (Ap 12) se realizará la obra creadora de Dios.

Cf. R. DE VAUX, Instituciones del Antiguo Testamento, Herder, Barcelona 1985, 392398.

PIKAZA, Javier, Diccionario de la Biblia. Historia y Palabra, Verbo Divino, Navarra 2007

Fuente: Diccionario de la Biblia Historia y Palabra

1. El arca de Noé fue la provisión que permitió a los antepasados de toda la humanidad sobrevivir al diluvio global en 2370-2369 a. E.C. (Véanse DILUVIO; NOE.) Jehová le dio a Noé instrucciones detalladas en cuanto a su tamaño, forma, sistema de iluminación y ventilación, así­ como sobre los materiales que se deberí­an usar para su construcción. (Gé 6:14-16.)

Diseño y tamaño. El arca (heb. te·váh; gr. ki·bo·tós) era rectangular, parecida a un cofre, con las esquinas cuadradas y el fondo plano. No necesitaba un fondo redondeado ni una proa en punta para cortar las aguas con rapidez, tampoco un mecanismo para dirigirla; tan solo era preciso que fuese hermética y flotase. Una embarcación de esta forma resulta muy estable, y no es fácil hacerla zozobrar; además, tiene alrededor de una tercera parte más de espacio para almacenamiento que los barcos de diseño convencional. Habí­a una puerta en uno de los lados del arca para embarcar y desembarcar la carga.
El tamaño del arca era de 300 codos de largo, 50 de ancho y 30 de alto. Haciendo un cálculo moderado de la longitud del codo, unos 44,5 cm. —algunos piensan que el antiguo codo se aproximaba a los 56 ó 61 cm.—, el arca medirí­a unos 134 m., por 22,5 m. y por 13,5 m., menos de la mitad del largo del transatlántico Queen Elizabeth 2. La proporción entre la longitud y la anchura (6 a 1) es la que se usa en la arquitectura naval moderna. Esto significa que el volumen bruto del arca serí­a de unos 40.000 m.3. Se calcula que una embarcación semejante tendrí­a un desplazamiento casi igual al del enorme Titanic de este siglo XX, de 269 m. de largo. Ninguna embarcación de tiempos antiguos se aproximó siquiera ligeramente al tamaño colosal de esta arca. Se reforzó su interior añadiéndole dos pisos, con lo que las tres cubiertas sumaban un total de más de 8.900 m.2 de superficie hábil.
Jehová le dijo a Noé: †œHarás un tsóhar [techo; o ventana] para el arca†. (Gé 6:16.) No está del todo claro qué era este tsó·har o cómo se construyó. Hay eruditos que opinan que el término está relacionado con luz, así­ que lo traducen por †œventana† (Val, VP), †œtragaluz† (NC), †œlucera† (CI). No obstante, otros relacionan el término tsó·har con una raí­z arábiga posterior cuyo significado es †œdorso (de la mano)†, †œdorsal (de un animal)†, †œcubierta (de un barco)†, es decir, en un sentido amplio, aquella parte opuesta al suelo o que no toca la superficie del agua, de ahí­ que opten por traducirlo †œtecho† (RH) o †œcubierta† (BJ). A Noé se le dijo que el tsó·har habrí­a de completarse †œhasta el punto de un codo hacia arriba†. (Gé 6:16.)
Por consiguiente, si el tsó·har habí­a de suministrar iluminación y ventilación adecuadas, no serí­a simplemente una claraboya de un codo cuadrado, sino un vano de un codo de alto que estarí­a próximo al techo y rodearí­a el arca por sus cuatro lados, de manera que proporcionarí­a una abertura de unos 140 m.2 de extensión en total. Por otra parte, aun si se dejó inmediatamente debajo del techo, o en cualquier otra parte, una abertura generosa que facilitara la ventilación, el techo pudo haber tenido una ligera inclinación. Respecto a esta posibilidad, James F. Armstrong hizo el siguiente comentario en la obra Vetus Testamentum (Leiden, 1960, pág. 333): †œ†˜La acabarás a un codo de elevación por la parte de arriba†™; esta es una expresión difí­cil de entender si se traduce tsó·har por †˜luz (equivalente a ventana)†™ o por †˜techo (plano)†™. No obstante, en caso de que se tratase de un tejado de dos aguas, el †˜codo de elevación†™ podrí­a referirse a la alzada de la cresta del tejado con relación a las paredes. En la jerga arquitectónica, este †˜codo de elevación†™ se referirí­a a la altura de los montantes maestros sobre los que se colocarí­a el caballete para el tejado […]. Según este razonamiento, el tejado del arca de Noé debió tener una pendiente de un 4% (1 codo de elevación y 25 codos de pendiente a ambos lados, desde el caballete hasta las paredes), una pendiente sumamente adecuada para que el agua se deslizase†.
Jehová especificó con qué material se deberí­a construir esta inmensa arca: †œHaz para ti un arca de madera de árbol resinoso [literalmente, †œárboles de gófer†]†. (Gé 6:14.) Algunos opinan que esta madera resinosa se obtuvo del ciprés o de algún árbol parecido. El ciprés crecí­a en abundancia en aquella parte del mundo, y tanto los fenicios como Alejandro Magno preferí­an su madera, en especial para la construcción de barcos —como también ocurre hoy dí­a—, pues es particularmente resistente al agua y a la putrefacción. Se sabe que algunas puertas y postes hechos de ciprés han durado mil cien años. Por otra parte, a Noé no se le dijo tan solo que calafateara las juntas, sino que †˜cubriera el arca por dentro y por fuera con alquitrán†™. (Véase BETÚN.)

Amplia capacidad. La lista de ocupantes del arca era impresionante. Aparte de Noé, su esposa y sus tres hijos con sus respectivas esposas, tení­an que acomodarse en el arca criaturas vivientes †œde toda clase de carne, dos de cada una […]. Macho y hembra serán. De las criaturas voladoras según sus géneros y de los animales domésticos según sus géneros, de todos los animales movientes del suelo según sus géneros, dos de cada uno entrarán a donde ti allí­ para conservarlos vivos†. De las bestias y las aves limpias se tomarí­an siete de cada clase. También habrí­a que almacenar una gran cantidad y variedad de comida para alimentar a todas estas criaturas durante más de un año. (Gé 6:18-21; 7:2, 3.)
El que se seleccionaran animales de cada †œgénero† indicaba que existí­an fronteras o lí­mites bien definidos e inalterables establecidos por el Creador, dentro de los cuales las criaturas eran capaces de reproducirse †œsegún sus géneros†. Algunos especialistas han calculado que los centenares de miles de especies animales existentes hoy se podrí­an reducir a comparativamente unas pocas familias genéricas o †œgéneros†, como la equina y la bovina, por mencionar tan solo dos de ellas. Los lí­mites que Jehová puso, dentro de los cuales los animales se reproducí­an según su †œgénero†, eran totalmente infranqueables. Teniendo esto presente, algunos investigadores han afirmado que con que hubiese en el arca tan solo 43 †œgéneros† de mamí­feros, 74 †œgéneros† de aves y 10 †œgéneros† de reptiles, se podrí­an haber producido la variedad de especies conocidas en la actualidad. Otros estiman que tan solo se precisaban 72 †œgéneros† de cuadrúpedos y menos de 200 †œgéneros† de aves. La enorme variedad del género humano prueba que la gran diversidad de animales existente en la actualidad desciende de un número reducido de †œgéneros†. En efecto, de la familia de Noé han descendido las diferentes razas, con sus incontables variaciones en tamaño, color del cabello, de los ojos y de la piel.
Estos cálculos quizás les parezcan muy restrictivos a algunas personas, en especial porque, según ciertas fuentes, como la obra Historia Natural (edición de Fernando Carrogio, 1985, vol. 2, pág. 8), el número de especies animales se estima en 999.309 y, de acuerdo con esta misma fuente, para otros autores †œes superior en mucho al millón†. Sin embargo, se calcula que alrededor de un 60% de las especies animales clasificadas son insectos. Por otra parte, se estima en 24.000 el grupo correspondiente a los anfibios, reptiles, aves y mamí­feros, de los que 10.000 corresponderí­an a las aves; 9.000, a los reptiles y anfibios —muchos de ellos pudieron haber sobrevivido fuera del arca—, y tan solo 5.000 serí­an mamí­feros, entre los que se encuentran las ballenas y las marsopas, que también habrí­an permanecido fuera del arca. Otros eruditos calculan que solo hay unas 290 especies de mamí­feros terrestres mayores que la oveja y alrededor de 1.360 son más pequeñas que las ratas. (The Deluge Story in Stone, de B. C. Nelson, 1949, pág. 156; The Flood in the Light of the Bible, Geology, and Archaeology, de A. M. Rehwinkel, 1957, pág. 69.) De modo que, aun basando los cálculos en las cantidades más elevadas, el arca pudo haber acomodado con facilidad a una pareja de todos estos animales.
Cinco meses después del comienzo del Diluvio, †œel arca llegó a descansar sobre las montañas de Ararat†, probablemente no sobre la cima de la cumbre más elevada —por encima de los 5.160 m.—, sino sobre un terreno propicio donde todos los que se hallaban en el arca pudieran vivir en condiciones aceptables algunos meses más. Finalmente, un año y diez dí­as después del principio del Diluvio, la puerta se volvió a abrir y todos desembarcaron. (Gé 7:11; 8:4, 14.)
Los informes sobre el hallazgo de los restos del arca aún carecen de confirmación.

2. Pequeña cesta en la que Jokébed puso a su hijo de tres meses de edad, un niño †œbien parecido† a quien más tarde se llegó a conocer como Moisés. Se halló al niño en la cesta entre las cañas que habí­a junto a la margen del Nilo. La cesta o arca (heb. te·váh) estaba hecha de papiro e impermeabilizada con betún y pez. (Ex 2:2-4, 10, nota; 6:20.)

3. Cofre de madera de acacia en el que se guardó durante un tiempo el segundo juego de tablas de piedra que contení­an la Ley dada a Moisés en el monte Sinaí­, hasta que, meses más tarde, se construyó el arca del testimonio. (Dt 10:1-5.) La palabra hebrea ´aróhn, que en Deuteronomio 10:1-5 se traduce †œarca†, se transcribe en otros lugares †œataúd† (Gé 50:26) o †œcofre†. (2Re 12:9, 10, nota; 2Cr 24:8, 10, 11.)

4. Véase ARCA DEL PACTO.

Fuente: Diccionario de la Biblia

Fuente: Diccionario Vine Antiguo Testamento

1. gazofulakeion (gazofulavkeion, 1049), (de gaza, tesoro; fulake, guarda). Lo usa Flavio Josefo de una estancia especial en el patio de las mujeres en el templo, donde se guardaba el oro y la plata. Este es el lugar que parece ser mencionado en Joh 8:20; dos veces en Mc 12.41,43 y en Lucas 21.1. Se usa de los cofres en forma de trompeta, o de cuerno de carnero, en los que se echaban las ofrendas del pueblo para el templo. Habí­a trece de estos cofres, seis para tales dones en general, y siete para propósitos concretos. Véanse LUGAR, OFRENDAS.¶ 2. kibotos (kibwtov”, 2787), caja de madera, cofre. Se usa: (a) del arca de Noé (Mat 24:38; Luk 17:27; Heb 11:7; 1Pe 3:20); (b) el arca del pacto en el tabernáculo (Heb 9:4); (c) el arca vista en visión en el templo celestial (Rev 11:19).¶

Fuente: Diccionario Vine Nuevo testamento

La *presencia de Dios en Israel se manifiesta de diversas maneras. El arca es uno de sus signos visibles con doble tí­tulo: -en un escrito de 125 x 75x 75 cm. están contenidas las diez palabras escritas por el dedo de Dios sobre la piedra (Dt 10,1-5)-: este escrito, recubierto de una chapa de oro, el “propiciatorio”, lleva en su parte superior unos querubines, es el trono o el escabel de Yahveh (Sal 132,7; IPar 28,2). Asi Yahveh “sentado sobre los querubines” (ISa 4,4; Sal 80,2) guarda bajo sus pies su palabra.

El arca, albergada bajo la tienda, es como el santuario móvil que acompaña a Israel desde los origenes, a la partida del Sinaí­, hasta la construcción del *templo, en que será fijada. Desde ahora el templo pasa al primer plano y el arca pierde importancia, de modo que ya no se habla de ella en los textos; sin duda desaparece al mismo tiempo que él con ocasión de la cautividad. Parece ser que en el segundo templo el propiciatorio fue en el culto el sustituto del arca.

Por el arca manifiesta el Dios de la alianza que está presente en medio de su pueblo (I) por su acción, para guiarle y protegerle (II), para hacer conocer su palabra y escuchar la oración.

I. DIOS PRESENTE POR SU ACCIí“N.

El arca concreta la presencia operante de Dios durante el Exodo y la conquista de la tierra prometida. La más antigua notación (Núm 10,33) muestra a Yahveh en persona guiando así­ las marchas de su pueblo en el desierto; el desplazamiento del arca va acompañado de un cántico guerrero (Núm 10,35; ISa 4.5): el arca es el emblema de la *guerra santa, que atestigua la parte que el mismo Yahveh “valiente guerrero” (Ex 15, 3), toma en la realización de la promesa: paso del Jordán, toma de Jericó, lucha contra los filisteos. En el santuario de Silo aparece en relación con el arca la expresión Yahveh Sabaoth (I Sa 1,3; 4.4: 2Sa 6.2). De esta historia guerrera conserva el arca un carácter sagrado, a la vez temible y bienhechor. Se la identifica con Dios, dándole su *nombre (Núm 10.35; I Sa 4,7).
Es la “gloria de Israel” (ISa 4,22), la presencia del Dios santo en medio de su pueblo; exigencia de *santidad en quien quiere acercarse a ella (ISa 6,19s; 2Sa 6.1-11; el ritual sacerdotal), manifiesta la libertad de Dios, que no se deja atar por el pueblo. aun cuando continúa obrando en su favor (ISa 4-6).

La historia del arca llega a la vez a su coronamiento y a su término cuando David la hace entrar solemnemente en Jerusalén en medio del júbilo popular (2Sa 6,12-19: cf. Sal 24.7-10). donde halla su lugar de reposo (Sal 132) hasta que finalmente Salomón la instala en el templo (IRe 8). Hasta entonces el arca móvil estaba en cierto modo a la disposición de las tribus: después de la profecia de Natán, la *alianza pasa por la familia de David. que ha realizado la unidad del pueblo: Jerusalén y el templo van a heredar de los caracteres propios del arca.

II. DIOS PRESENTE POR SU PALABRA.

Desde los origenes es también el arca el lugar de la *palabra de Dios. Primero, porque contiene las dos tablas de la *ley, perpetúa en Israel el “testimonio” que da Dios de si mismo, la revelación que hace de su voluntad (Ex 31,18) y la respuesta que Israel dio a esta palabra (Dt 31, 26-27). Arca de alianza, arca del testimonio: estas expresiones designan al arca en relación con las cláusulas de la *alianza grabadas para las dos partes en las tablas.

Luego, en tiempos de *Moisés, durante las marchas del desierto, continúa Yahveh revelándose desde el arca; cuando Moisés quiere consultar a Yahveh, obtener de él una respuesta para el pueblo (Ex 25,22) o, viceversa, orar en favor del pueblo (Núm 14), entra en la tienda, y encima del arca le habla Yahveh y “conversa con él como con su amigo” (Ex 33,7-11; Núm 12,4-8).

En fin, después de Moisés, “delante” del arca va el fiel a encontrarse con Dios, sea para escuchar su palabra como Samuel (ISa 3), sea para orarle como Ana (ISa 1,9) o como David (2Sa 7,18). Una especie de “devoción” al arca, que pasará también al templo (oraciones de Salomón I Re 8,30, de Ezequí­as 2Re 19,14).

lIl. EL ARCA EN LA ESPERANZA DE ISRAEL Y EL NT.

Jeremí­as, después del 587, invita a no lamentar la desaparición del arca, pues la nueva *Jerusalén, venida a ser el centro de las *naciones, será también el trono de Yahveh (Jer 3,16-17) y en la nueva alianza la ley será inscrita en los corazones (31,31-34). Ezequiel utiliza la imaginerí­a del arca, sede móvil de Yahveh, para mostrar que la “*gloria” abandona el templo contaminado para trasladarse a los deportados en la cautividad: en adelante estará Dios presente en el *resto, la comunidad santa (Ez 9-11). El judaí­smo ha esperado, a lo que parece, una reaparición del arca al final de los tiempos (2Mac 2,4-8), lo cual tiene lugar en el Apocalipsis (Ap 11,19). El NT muestra, en efecto, que el arca ha hallado su *cumplimiento o realización en Cristo. Palabra de Dios que habita entre los hombres (Jn 1,14; Col 2,9), que opera para su salud (ITes 2,13), se hace su guí­a (Jn 8,12) y viene a ser el verdadero propiciatorio (Rm 3,25; cf. IJn 2.2; 4.10). -> Alianza – Iglesia – Palabra – Presencia de Dios – Testimonio – Templo.

LEON-DUFOUR, Xavier, Vocabulario de Teologí­a Bí­blica, Herder, Barcelona, 2001

Fuente: Vocabulario de las Epístolas Paulinas

Véase Tabernáculo.

Fuente: Diccionario de Teología

1. El arca de Noé (heb. tēḇâ, probablemente del egp. ḏb’.t, ‘arcón, ataúd’, Gn. 6–9; kibōtos, ‘caja, arcón’ en el NT) evidentemente tuvo por objeto ser nada más que un depósito flotante, que medía, si consideramos que el codo tenía unos 46 cm. (* Pesos y medidas), alrededor de 150 x 25 x 15 m (Gn. 6.15). Es posible leer qānı̂m, ‘juncos’, por qinnı̂m, ‘nidos’ en Gn. 6.14, sin interferir con el texto consonántico, lo que nos daría el sentido de que los componentes de madera de gofer estaban unidos y calafateados con juncos, y que luego se terminó toda la armazón con brea (* Asfalto). Si bien podemos tomar la declaración en 6.16 (literalmente, “la harás inferior, segundo y tercero”) en el sentido tradicional de describir tres pisos, también es posible entender que indica tres camadas de troncos atravesados, interpretarión que concordaría bien con una construcción de madera, juncos y brea. El arca tenía también una abertura (peṯah) en el costado, y una ṣōhar, término que no se ha podido comprender bien, pero que en la mayor parte de los casos se considera que significa una abertura para la luz, que corría en derredor de la barca un poco por debajo del techo.

El arca descansó “sobre los montes de *Ararat” (Gn. 8.4), o, según los babilonios, sobre el mte. Nisir (“Salvación”) en el NO de Persia. Todavía no se han podido confirmar los esfuerzos realizados para encontrar los restos del arca y comprobar su existencia mediante fragmentos de madera encontrados al E de Turquía (cf. J. A. Montgomery, The Quest for Noah’s Ark, 1972).

2. Quizás se pueda caracterizar el arca de Moisés (heb. tēbâ, Ex. 2.3–6) como una versión de la de Noé en miniatura, pero de tamaño suficiente como para contener a un niño pequeño. Estaba hecha de juncos (gōme’, * Papiros), y fue sellada con asfalto (ḥēmār) y brea (zefeṯ, * Asfalto), y dado que fue necesario abrirla (Ex. 2.6), parecería que estaba, probablemente, al igual que el arca de Noé, completamente cerrada.

Bibliografía.A. Heidel, The Gilgamesh Epic and Old Testament Parallels², 1949, pp. 232–237; F.. Ullendorf, VT 4, 1954, pp. 95–96.

T.C.M.

Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico

El arca era una caja en la que los cristianos primitivos guardaban la Eucaristía en sus hogares. San Cipriano (De lapsis, 26) habla de una mujer “que con manos indignas” intentó “abrir la caja en la que estaba el Santo (Cuerpo) del Señor”, pero no pudo hacerlo debido a un incendio que comenzó allí en el mismo momento que la tocó (Cum quaedam arcam suam in quo Domini sanctum fuit manibus immundis temptasset aperire, etc. ). Wilperto creía que en un fresco de la catacumba de Santos Pedro y Marcelino había una representación del arca eucarística. La escena representa a Cristo sentado, leyendo un rollo abierto; a su derecha hay tres ánforas, y a la izquierda una caja cuadrada llena de panes, símbolos de la Eucaristía. Significó también un receptáculo para las ofrendas de los cristianos para la Iglesia o los pobres (Tertuliano, Apol. 39; Liber Pontificalis, I, 154).

Bibliografía: KRAUS, Realencyclop., I, 73; HENRY in Dict. d’arch. chret., I, 2709.

Fuente: Hassett, Maurice. “Arca.” The Catholic Encyclopedia. Vol. 1. New York: Robert Appleton Company, 1907. 3 Mar. 2012
http://www.newadvent.org/cathen/01686d.htm

Traducido por Luz María Hernández Medina.

Fuente: Enciclopedia Católica