CORNELIO

Act 10:1-48.


Cornelio (gr. Kornelios, “de un cuerno”; transliteración del lat. Cornelius, “que tiene cuernos”, un nombre romano muy común). Centurión de la compañí­a La Italiana en Cesarea (Act 10:1). Su devoción y su piedad fueron honradas por Dios con una visión que le indicaba que se pusiera en contacto con Pedro, y con el don del Espí­ritu Santo como señal de la aceptación divina de los gentiles. Pedro lo bautizó con su familia como aparentemente el primer gentil incircunciso oficialmente recibido en la iglesia cristiana (cp 10). Cornerina. Véase Sardio. Corneta. Véase Cuerno.

Fuente: Diccionario Bíblico Evangélico

centurión romano de la cohorte Itálica en Cesarea, en cuya casa se hospedó el apóstol Pedro. C., los de su casa y otros habitantes de la ciudad de Cesarea fueron los primeros gentiles en convertirse al cristianismo y en ser bautizados, Hch 10, 1-48.

Diccionario Bí­blico Digital, Grupo C Service & Design Ltda., Colombia, 2003

Fuente: Diccionario Bíblico Digital

(gr., kornelios, de un cuerno). Un centurión piadoso y temeroso de Dios de la compañí­a llamada la Italiana (Act 10:1-2). Estando estacionado en Cesarea, en obediencia a las instrucciones recibidas en una visión, envió por Pedro para saber cómo él y su familia podí­an ser salvos (Act 11:14). Cualquier duda de que Pedro estuviera actuando impropiamente al compartir el mensaje con este primer gentil convertido se disipa por la doble consideración de la visión preparatoria de Pedro (Act 10:9-16) y el subsecuente derramamiento del Espí­ritu Santo sobre la casa de Cornelio (Act 10:44-47). Sobre esta base, Pedro defendió su conducta ante sus crí­ticos en Jerusalén (Act 11:1-18).

Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano

(De un cuerno). Centurión romano en Cesárea. El primer gentil que se convirtió al cristianismo, y Pedro lo bautizó después de que tuviera el “Pentecostés de los Gentiles”, de Hec 10:44-48.

Diccionario Bí­blico Cristiano
Dr. J. Dominguez

http://biblia.com/diccionario/

Fuente: Diccionario Bíblico Cristiano

Militar romano, †œcenturión de la compañí­a llamada la Italiana, piadoso y temeroso de Dios con toda su casa†. Viví­a en †¢Cesarea, que era entonces el centro administrativo del gobierno romano. Por visión de Dios mandó a buscar a Pedro, que estaba en †¢Jope y que también habí­a sido prevenido por el Señor para su llamado. El apóstol fue a Cesarea. C. quiso adorarlo, pero Pedro se lo impidió. Tras escuchar la historia del centurión, Pedro predicó el evangelio y C. y su casa se convirtieron y fueron bautizados. La mayorí­a de los eruditos piensan que C. no era un prosélito judí­o completo, sino un simpatizante, pero que creí­a en Dios y oraba, y hací­a, además, muchas buenas obras.

Lucas hace el relato de su conversión poco después de narrar la de Pablo. Es evidente que ambas tienen una enorme importancia para el desarrollo de la predicación evangélica por todo el mundo. Con C. se abre la puerta a los gentiles en la iglesia de Dios. Muchos afirman que en esta ocasión Pedro, por medio de su sermón (Hch 10:34-44), usó las †¢llaves (Mat 16:19) del reino de los cielos para abrir esa puerta. Ya lo habí­a hecho para los judí­os con su mensaje en el dí­a de Pentecostés (Hch 2:14-41). El derramamiento del Espí­ritu Santo sorprendió a †œlos fieles de la circuncisión que habí­an venido con Pedro†. Ante ese sello de Dios, no podí­a †œalguno impedir el agua† para que estos gentiles fueran bautizados. †œCuando Pedro subió a Jerusalén, disputaban con él los que eran de la circuncisión† por el caso de C. Pero cuando el apóstol contó lo que habí­a pasado †œcallaron, y glorificaron a Dios† porque †œtambién a los gentiles ha dado Dios arrepentimiento para vida† (Hch. 10 y 11). Generalmente se piensa que el nombre †œla Italiana† utilizado para la compañí­a comandada por C. (Hch 10:1), se debí­a a que los soldados habí­an sido reclutados en Italia, pero hay algunos que opinan que la referencia es a †œItálica†, o sea, la colonia romana de Sevilla, España. De ser esta última tesis cierta, es posible que C. fuera español.

Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano

tip, BIOG HOMB HONT

vet, Un devoto centurión de Cesarea (Hch. 10). Era “temeroso de Dios”, o sea, era un prosélito del judaí­smo, celoso y caritativo. Sin embargo, no era salvo por sus buenas obras (Hch. 11:14). Dios le habló mediante una visión, e hizo llamar a Pedro, creyendo en el Señor por su predicación; recibió el Espí­ritu Santo, junto con los amigos que estaban con él, y fue bautizado. El descenso del Espí­ritu Santo sobre Cornelio es de inmensa importancia para la iglesia primitiva, por cuanto marcó la entrada de los gentiles en su seno (los samaritanos de Hch. 8 eran medio judí­os). En lo sucesivo el Espí­ritu era dado a todos aquellos que, fuera cual fuera su origen, oyeran con fe las buenas nuevas del Señor Jesucristo. Pero precisa a este respecto que Cornelio y sus amigos, en el momento de su conversión fueron bautizados con el Espí­ritu Santo como los discí­pulos en Pentecostés (Hch. 11:15-17); esto es, que, según 1 Co. 12:13,, fueron por ello unidos al cuerpo de Cristo, borrándose toda distinción anterior de raza, religión y situación social.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado

[017]

Nombre del Centurión romano de Cesarea, temeroso de Dios y primera autoridad romana de la que se narra su conversión al cristianismo (Hech. 10. 2-44). Es la figura que señala el paso del mundo romano a la fe cristiana, como el ministro de la Reina Candaces de Etiopí­a (Hech. 8. 26-40) significó el paso de la gentilidad de Oriente al mismo camino de salvación.

En el siglo III existió un Papa con este nombre entre el 251 y el 253.

Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogí­a Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006

Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa

Centurión u oficial del ejército que estaba al mando de cien soldados en la banda italiana. (Véase OFICIAL DEL EJERCITO.) Esta guarnición se hallaba destacada en Cesarea, donde Cornelio tení­a su casa. Su nombre romano tal vez indique que procedí­a de una familia noble de la ciudad imperial. Era un †œhombre devoto† que †œhací­a muchas dádivas de misericordia al pueblo y hací­a ruego a Dios continuamente […], varón justo y que [temí­a] a Dios, y acerca de quien [daban] buen informe toda la nación de los judí­os†. Fue a este hombre a quien se le apareció un ángel en una visión en el otoño de 36 E.C. y le dijo: †œTus oraciones y dádivas de misericordia han ascendido como recuerdo delante de Dios†. Después el ángel le indicó que llamase a Pedro, que se encontraba en Jope. (Hch 10:1-22.)
Cuando llegó Pedro, Cornelio le dijo al apóstol en presencia de †œsus parientes y […] sus amigos í­ntimos†: †œTodos estamos presentes delante de Dios para oí­r todas las cosas que Jehová te ha mandado decir†. (Hch 10:24, 33.) †œMientras Pedro todaví­a estaba hablando […], el espí­ritu santo cayó sobre todos los que oí­an la palabra.† Así­ fue como los que formaban parte de este grupo, del que Cornelio figura como el personaje más notable, llegaron a ser los primeros gentiles incircuncisos que recibieron †œla dádiva gratuita del espí­ritu santo†. (Hch 10:44, 45.) Inmediatamente después se les bautizó en agua. No se sabe nada más de la vida y actividad de Cornelio tras este suceso.

¿Por qué fue la conversión de Cornelio un acontecimiento particularmente notable?
Cornelio no era prosélito del judaí­smo, como algunos han afirmado, aunque estaba familiarizado con los escritos de los profetas, daba dones de misericordia a los judí­os, temí­a a Dios, oraba constantemente y usaba el nombre Jehová. Las Escrituras dan prueba concluyente de que este oficial del ejército era un gentil incircunciso en el más completo sentido de la palabra. Si Cornelio hubiese sido un prosélito, Pedro no habrí­a dicho que para él, un judí­o, era ilí­cito asociarse con este †œhombre de otra raza†, en vista de lo que estaba escrito en la Ley concerniente al residente forastero. (Le 19:33, 34; Hch 10:28.) De haber sido un prosélito, los otros seis judí­os que estaban con Pedro no se habrí­an quedado †œasombrados† al ver que se derramaba el espí­ritu santo †œsobre gente de las naciones†. (Hch 10:45; 11:12.) Además, ¿qué razón habrí­an tenido los †œapoyadores de la circuncisión† para discutir con Pedro este asunto si Cornelio hubiese sido prosélito? (Hch 11:2.)
En realidad, Cornelio constituí­a las primicias de los gentiles incircuncisos que llegaron a ser cristianos. Esto vino a demostrar que para ese tiempo ya no era necesario que los gentiles se hiciesen prosélitos judí­os, como el eunuco etí­ope, antes de ser aceptados en la congregación cristiana. †œCon certeza —exclamó Pedro en aquella ocasión histórica— percibo que Dios no es parcial, sino que, en toda nación, el que le teme y obra justicia le es acepto.† (Hch 10:34, 35.) Pedro fue el primero en abrir el Camino a los judí­os en el Pentecostés; del mismo modo, en esta ocasión fue el primero en llevar las buenas nuevas de salvación a los gentiles incircuncisos. Más tarde Santiago reconoció que habí­a sido la †œprimera vez† que Dios habí­a dirigido su atención a †œlas naciones†. (Hch 15:7, 14.)

Fuente: Diccionario de la Biblia

En Hch. 10.1ss un centurión romano de Cesarea en Palestina, de la clase de gentiles conocidos como “temerosos de Dios” por haberse unido a las prácticas religiosas judías, tales como la de dar limosnas y efectuar oraciones, por las que Cornelio recibe especial mención. Cornelio era un nomen común en el mundo romano desde la época en que Publio Cornelio Sulla emancipó 10.000 esclavos en el 82 a.C. y los enroló en su propia gens Cornelia. El Cornelio de Hechos resulta particularmente notable por ser el primer converso gentil al cristianismo. Cuando él, los de su casa, y sus amigos escucharon la predicación de Pedro, creyeron y recibieron el Espíritu Santo, tras lo cual fueron bautizados por orden de Pedro. La importancia de este acontecimiento en la opinión de Lucas recibe realce por su repetición (cf. Hch. 11.1–18; 15.7, 14). La “compañía llamada la Italiana”, a la que pertenecía Cornelio, era una compañía auxiliar formada por ciudadanos romanos, cuya presencia en Siria en el ss. I d.C. está demostrada por las inscripciones.

F.F.B.

Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico

(Kornelios)

Centurión de la cohorte itálica, cuya conversión y la de todos los de su casa, ocurrida en Cesarea, se narra en Hechos 10. El nombre romano Cornelio indica que o bien pertenecía a la distinguida gens Cornelia o era descendiente de uno de sus libertos, esto último parece lo más probable. La cohorte de la que era centurión era probablemente la Cohors II Italica civium Romanorum, que una recién descubierta inscripción prueba que estuvo estacionada en Siria antes del 69 d.C.
La descripción de Cornelio como “hombre religioso y temeroso de Dios (…) que daba muchas limosnas al pueblo” [es decir, a los judíos (cf. 10,22)] nos indica que era uno de esos gentiles habitual, pero incorrectamente, llamados “prosélitos de la puerta”, que adoraban al Dios único y verdadero y observaban algunas de las prescripciones de la Ley mosaica, pero que no pertenecían plenamente a la comunidad judía por la circuncisión. No era, pues, un prosélito en toda la extensión de la palabra (Hch. 10,28.34 ssq., 45; 11,3).

El bautismo de Cornelio es un evento importante en la historia de la Iglesia primitiva. Las puertas de la Iglesia, a la que hasta aquel momento sólo se había admitido a los circuncisos y observantes de la Ley de Moisés, se abrían ahora de par en par a gentiles incircuncisos sin la obligación de someterse a las leyes ceremoniales de los judíos. Esta novedad fue rechazada por la comunidad judeocristiana de Jerusalén (Hch. 11,2-3); pero cuando Pedro les contó las visiones que tanto Cornelio como él mismo habían recibido y cómo el Espíritu Santo había venido sobre los nuevos conversos, la oposición desapareció, salvo entre un pequeño grupo de extremistas. La cuestión quedó definitivamente zanjada en el Concilio de Jerusalén (Hechos 15).

De acuerdo a una tradición, Cornelio fue obispo de Cesarea; según otra, obispo de Escepsis en Misia.

Bibliografía: RAMSAY, Cornelius and the Italic Cohort in Expositor (1896), 194 ss.; Acta SS., 1 feb., 279 ss.; BARONIO, Annales ad an. 41, n. 2; P. G., I, 1049; CXIV, 1287; P. L., XXIII, 265.

Fuente: Bechtel, Florentine. “Cornelius.” The Catholic Encyclopedia. Vol. 4. New York: Robert Appleton Company, 1908.
http://www.newadvent.org/cathen/04375b.htm

Traducido por Alejandra G. Bonilla. rc

Fuente: Enciclopedia Católica