cuando el apóstol Pablo visitó la ciudad de Atenas, dijo un discurso en el Areópago, con el cual elogió a los ciudadanos por su respeto a la divinidad. Pablo había encontrado en uno de los monumentos griegos grabada la inscripción: †œAl D. desconocido†, y el Apóstol les dijo que lo adoraban sin conocer, eso les iba a anunciar, Hch 17, 23. Era común entre los pueblos idólatras de la antigüedad, erigir altares †œAl D. desconocido†, pensando que pudiera existir alguna divinidad de cuya existencia no supieran y pudiera esto acarrearles males de la misma.
Diccionario Bíblico Digital, Grupo C Service & Design Ltda., Colombia, 2003
Fuente: Diccionario Bíblico Digital
Parte de una inscripción que figuraba sobre un altar que vio el apóstol Pablo cuando estuvo en Atenas. Los atenienses expresaron su temor por las deidades edificando muchos templos y altares. Llegaron hasta el punto de deificar cosas abstractas, erigiendo altares a la Gloria, la Modestia, la Fuerza, la Persuasión y la Piedad. Quizás por temor a omitir algún dios y caer en su disfavor, los hombres de Atenas habían erigido un altar con las palabras inscritas: †œA un Dios Desconocido†. Al comienzo de su discurso a los estoicos, epicúreos y otros que se habían reunido en el Areópago (Colina de Marte), Pablo, con tacto, dirigió su atención a este altar †œA un Dios Desconocido†, diciendo que era a este Dios, hasta ese entonces desconocido para ellos, a quien él predicaba. (Hch 17:18, 19, 22-34.)
Los escritores griegos Filóstrato (170 [?]-245 E.C.) y Pausanias (siglo II E.C.) atestiguan de la existencia de altares de esta naturaleza en Grecia. Pausanias habla de †œaltares de los dioses llamados desconocidos† (Descripción de Grecia, traducción de Antonio Tovar, Orbis, 1986, ítica, cap. I, sec. 4) y Filóstrato escribe en su obra Vida de Apolonio de Tiana (VI, III): †œHay más moderación en hablar bien de todos los dioses y especialmente en Atenas, en donde incluso en honor de dioses desconocidos se alzan altares†.
Fuente: Diccionario de la Biblia