ESTACION

Estación (heb. môêd, êth; gr. kairós, jrónos). Cada una de las 4 divisiones del año, determinadas por los equinoccios de primavera y otoño y los solsticios de verano e invierno. Los hebreos usaban otro término, teqff>h (“cí­rculo” para aludir a las 4 épocas del año y sus respectivos trimestres; sin embargo, no hay seguridad de que la Biblia use la palabra teqff>h con ese sentido. Las estaciones de Palestina son principalmente 2: la lluviosa o húmeda (“invierno” [heb. jôref ]; desde el otoño hasta la primavera) y la seca (“verano” [heb. qayits]; véase la tabla correspondiente en Fiesta). La gente del paí­s espera ansiosamente la primera lluvia del otoño, llamada “lluvia temprana” (Jer 5:24; Jl. 2:23; Jam 5:7), para que humedezca el suelo reseco a fin de poder arar y sembrar antes de que vengan las lluvias copiosas del invierno. “La lluvia tardí­a”, que cae hacia fines de la estación lluviosa, ayuda a madurar el grano inmediatamente antes de la cosecha de la cebada en la primavera (Deu 11:14). Esta es la estación del pasto verde y de las flores, que pronto se secan como consecuencia del calor abrasador del verano. Desde mayo hasta octubre prácticamente no cae lluvia, incluso en la región montañosa de Jerusalén. En la mayor parte de los arroyos el agua se agota hasta que vuelven las lluvias del otoño. El Jordán tiene una estación durante la cual se sale de madre, y ello ocurre en primavera, lo que depende no sólo del í­ndice local de lluvias, sino del derretimiento de la nieve en el monte Hermón, que le da origen. La primavera y el verano eran los meses cuando se montaban las más importantes campañas militares (1Ch 20:1) entre los imperios rivales y las ciudades-estados (que continuamente eran los territorios de Siria y Palestina), aunque en ocasiones no vacilaban en pelear también durante la estación lluviosa. Encontramos referencias en la Biblia no sólo a las estaciones relacionadas con la agricultura, sino también con las estrellas (posiblemente las constelaciones del zodiaco; Job 28:32), el sol y la luna como los cuerpos celestes que ejercen influencia sobre aquéllas (Gen 1:14-16; Psa 104:19), a los momentos de calor y de frí­o (Gen 8:22), a la incongruencia de “la nieve en verano” y “la lluvia en la siega” (Pro 26:1), y a la época de veda para la navegación, que comenzaba en el otoño (Act 27:9,12). Véanse Año; Palestina (VIII); Zodí­aco.

Fuente: Diccionario Bíblico Evangélico