EUNUCO

v. Oficial
Isa 56:3 ni diga el e: He aquí yo soy árbol seco
Dan 1:3 dijo el rey a Aspenaz, jefe de sus e, que
Mat 19:12 hay e que a sí mismos se hicieron e por
Act 8:27 etíope, e, funcionario de Candace reina


Eunuco (heb. sârîs; gr. eunoújos). Persona castrada. Antiguamente se empleaban eunucos en los paí­ses orientales, no sólo como ayudas de cámara, sino también como oficiales de la corte, tanto en altos cargos como en los menores. Como la mayorí­a de los funcionarios de la corte en cargos confidenciales muy cerca de la casa del rey eran castrados, el término llegó a ser sinónimo de “oficial” o “funcionario”, y ocasionalmente habrí­a sido usado para hombres que estaban en la plenitud de su virilidad. Por otro lado, no hay pruebas de que un miembro casado de la corte como Potifar (Gen 39:1) no fuera un eunuco. Si lo fue, se podrí­a explicar fácilmente el intento de su esposa de seducir a José. El capitán de la guardia de faraón y su principal panadero y copero eran eunucos (37:36; 40:2,7). Sârîs se traduce de diversas maneras, pero en el AT está en cada uno de los pasajes que se citan a continuación. En la Biblia también se mencionan los sârîsîm, servidores í­ntimos no sólo de los reyes de Asiria (2Ki 18:17, NBE), Babilonia (2Ki 20:18; Isa 39:7; Jer 39:3,13, NBE; Dan 1:3, 7; etc.) y Persia (Est 1:10, 12, 15; etc.), sino también de los reyes y las reinas de Israel y de Judá (2Ki 23:11, Natán-melec). Se los menciona al servicio del rey David (1Ch 28:1, BJ), de Acab, Jezabel y de su hijo Joram (1Ki 22:9, BJ; 2Ki 8:6, BJ; 9:32), de Joaquí­n (2Ki 24:15, BJ; Jer 29:2, BJ) y de Sedecí­as (2Ki 25:19, BJ). La ley mosaica los excluí­a de “la congregación de Jehová” (Deu 23:1), por lo que quizá muchos de los eunucos fueran extranjeros (Jer 38:7). Sin embargo, Isaí­as les dijo que podí­an tener un lugar y un nombre en la casa de Jehová si eran fieles en la realización de sus deberes religiosos (ls. 56:3-5). Algunos comentadores piensan que tal vez Daniel y seguramente Nehemí­as eran eunucos. El único eunuco mencionado 416 en el NT fue el tesorero de la reina de Etiopí­a, aceptado en la iglesia cristiana por bautismo (Act 8:27-39). Cristo usó la palabra en un contexto (Mat 9:12) que ilustra que el estado de celibato es deseable en ciertas condiciones. Véase Camarero.

Fuente: Diccionario Bíblico Evangélico

griego eunè, lecho, ekhein, guardar. El e. era el hombre castrado encargado del cuidado del harén, costumbre ésta pagana, puesto que entre los israelitas la Ley la prohibí­a y quien sufriera esta mutilación no era admitido en la asamblea de Yahvéh, Dt 23, 2; Lv 21, 20; sin embargo en el libro de la Sabidurí­a y en el del profeta Isaí­as, se lee que el e. por su fidelidad al Señor, recibirá la herencia celestial, Sb 3, 14; Is 56, 3-5. En algunos casos, se emplea en las versiones de la Biblia este término para significar alguien cercano a un soberano, como en el caso de Putifar, con respecto al faraón, Gn 37, 36; 39, 1. Igual sucede con algún cargo militar, como en 2 R 25, 19. En el libro de Ester, se mencionan los eunucos al servicio del harén del rey, Est 1, 10; 2, 3/14/15.

En el N. T. ser e. no excluye de la promesa del Reino de los Cielos, según la promesa en Isaí­as, atrás mencionada, el e. de la reina etí­ope Candace fue bautizado por el apóstol Felipe, Hch 8, 26-39. Jesús dice que hay tres clases de eunucos: los que lo son por naturaleza, los mutilados y los que se hacen tales por el Reino de los cielos, es decir, los que se mantienen célibes y castos, Mt 19, 12.

Diccionario Bí­blico Digital, Grupo C Service & Design Ltda., Colombia, 2003

Fuente: Diccionario Bíblico Digital

Varón castrado. Comenzando con el empleo de tales hombres como guardianes de los harenes reales, el término llegó a designar un oficial, ya sea fí­sicamente eunuco o no (p. ej., Gen 37:36; 2Ki 23:1; Isa 56:3; Jer 29:2). La ley mosaica prohibí­a que aquellos que estaban manchados por la castración entraran en la congregación (Deu 23:1), pero Isaí­as profetizó acerca de un dí­a cuando se quitarí­a esa incapacidad y se compensarí­a esa pérdida (Isa 56:3-5). El etí­ope (Act 8:27-39) era tesorero de la reina. Nuestro Señor usa el término y su verbo afí­n cuatro veces en Mat 19:12; los que nacen eunucos y los que son hechos eunucos por los hombres son fí­sicamente incapaces de engendrar hijos, mientras que otros permanecen castos para concentrarse en el reino de Cristo (comparar Rev 14:4).

Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano

(persona castrada).

– Eran custodios del harén real, y funcionarios de la corte, Dan 1:3, Hec 8:27.

– Algunos se hacen a si mismos “eunucos” por amor del Reino de los Cielos: (Mat 19:12). ¡y el que pueda entender, que entienda!, termina esa cita.

Diccionario Bí­blico Cristiano
Dr. J. Dominguez

http://biblia.com/diccionario/

Fuente: Diccionario Bíblico Cristiano

Personaje que hací­a diversas funciones en las cortes. Generalmente se usaba el nombre para un servidor de mucha confianza del rey. El uso de la palabra e. en los textos antiguos no significa necesariamente que la persona habí­a sido castrada. Pero esa era la práctica si en sus funciones estaba el cuidado del harén real. Lo mismo sucedí­a si el gobernante era una reina. La palabra e. viene del griego euné (lecho) y echo (guardar), o sea †œel guardí­an del lecho†. Así­, los tres e. servidores de †¢Jezabel que la mataron por orden de Jehú (2Re 9:32-33) posiblemente eran castrados. Jezabel era de Tiro y sus sirvientes eran extranjeros, pues a los judí­os no les estaba permitido castrarse (Deu 23:1). Otro extranjero, etí­ope, era †œe. de la casa real† en tiempos de Jeremí­as (Jer 38:7).

En el libro de Ester se mencionan muchos e., lo cual debe ser tomado con las precauciones antedichas (Est 1:10, Est 1:12, Est 1:15; Est 2:3, Est 2:14-15, Est 2:21; Est 4:4; etcétera). Igualmente en el libro de Daniel. Dios dice que aquellos e. †œque guarden mis dí­as de reposo y escojan lo que yo quiero, y abracen mi pacto, yo les daré lugar en mi casa y dentro de mis muros y nombre mejor que el de hijos e hijas† (Isa 56:4-5). Nótese el énfasis en la posición (lugar en mi casa). En el NT se relata la historia de un †œetí­ope, e., funcionario de Candace reina de los etí­opes† que se convirtió por la predicación de Felipe (Hch 8:26-39). El Señor Jesús habló de que habí­a “e. que a sí­ mismos se hicieron e. por causa del reino de los cielos” (Mat 19:12). Algunas personas interpretaron esto con sentido literal y se castraron, como fue el caso de Orí­genes, pero la Iglesia no aprobó esa práctica.

Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano

tip, LEYE COST FUNC

vet, (gr.: “guardián de los lechos”). El sentido propio es de chambelán. En Oriente, los hombres que ejercí­an esta función habí­an sido castrados, y ésta es la razón de que el término denote un castrado (Is. 56:3; Mt. 19:12). Según Josefo, la castración no era practicada por los judí­os, ni sobre los hombres ni sobre los animales (Ant. 5:8, 40), y la ley se oponí­a, desde su espí­ritu, a tal práctica en Israel (Dt. 23:1; Lv. 22:24). De hecho, se trataba de una bárbara costumbre que se tení­a en Oriente en el trato de los cautivos (Herodoto 3:49; 6:32), no solamente sobre los aún jóvenes, sino también, según parece, en la época misma de la pubertad. En ocasiones, el término eunuco en hebreo se traduce como “oficial” (Gn. 37:36; 40:2, 7, etc.), lo que es un eufemismo. Puede ser también que la designación de eunuco se usara para señalar un cargo habitualmente ocupado por un hombre mutilado. Por otra parte, queda el hecho de que habí­a eunucos casados, como, por ejemplo, Potifar (Gn. 39:1, 7). Los eunucos adquirí­an frecuentemente elevados cargos y una gran autoridad. Como ejemplo tenemos el jefe de la guardia de Faraón, y el copero y el panadero. Los eunucos ejercí­an ciertas funciones en la corte de Babilonia (Dn. 1:3); serví­an en presencia del rey de Persia, eran guardianes de las puertas del palacio (Est. 1:10; 2:21); un eunuco era el supervisor del harén real (Est. 2:3, 14); otro estaba al servicio de la reina (Est. 4:5). En la corte de Acab y en la de Joram su hijo habí­a también eunucos; Jezabel tení­a eunucos a su servicio (1 R. 22:9; 2 R. 8:6; 9:32). Aunque los eunucos estaban legalmente excluidos de la congregación de Jehová (Dt. 23:1), también los habí­a en Judá, así­ como en la corte de David (1 Cr. 28:1). En los dí­as postreros de la monarquí­a, habí­a también eunucos en la envilecida corte de los sucesores de Josí­as (2 R. 24:15; 25:19, y Jer. 29:2). Todos los eunucos en Judá, o la mayor parte de ellos, eran extranjeros (Jer. 38:7). El copero de Herodes el Grande era eunuco, lo mismo que el funcionario que le serví­a las comidas y que su chambelán. Habí­a un eunuco al servicio de Mariamne, la esposa favorita de Herodes el Grande (Ant. 15:7, 4; 16:8, 1). Candace, la reina de Etiopí­a, tení­a un eunuco como tesorero. Después de su conversión, fue admitido al bautismo (Hch. 8:27, 37; cp. Is. 56:3).

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado

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Persona masculina nacida con deficiencias en los órganos genitales o castrada desde los primeros años. Era práctica frecuente en el Oriente antiguo el tener este tipo de esclavos impotentes y estériles al cuidado del harén de las mujeres de un señor, aunque tal mutilación provocaba las consiguientes deformaciones.

En la Biblia aparecen con frecuencia este tipo de personajes, incluso ocupando puestos importantes en las cortes y ejércitos de los reyes (Esth. 1.10; 1 Rey. 22.9; 2 Rey. 25.19; Dan. 1. 3-7; Hech. 8.27) En la literatura no bí­blica se alude también con frecuencia a estas figuras y, por regla general, no se hace con menosprecio, sino como referencia normal a una situación social.

También se empleaba el término en sentido figurado, aludiendo a los que se mantení­an continentes por motivos ascéticos o piadosos. Así­ lo recordaba el Señor al alabar a los que “se hacen eunucos por el Reino”. (Mt. 19. 12)

En la interpretación bí­blica hay que entender los textos en medio de los hechos culturales del momento, sin que se pueda aceptar la mutilación fisiológica como un hecho laudable ante la Etica cristiana.

Orí­genes que, según la tradición, se castró por una interpretación rigorista y material del texto evangélico (Mt. 19.12), fue condenado por su comunidad cristiana y rechazado como desacarriado.

Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogí­a Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006

Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa

En la antigüedad era un hombre castrado, que estaba de guardián y al propio tiempo de servidor de las mujeres del rey (Est 1, 10; 2, 3. 14; Dan 1, 3-7), o simplemente un amigo del rey, aunque no estuviera castrado; tal es el caso de Putifar, que era llamado eunuco y estaba casado (Gén 37, 36; 39, 1). Hay eunucos de nacimiento (Mt 19, 12), impotentes para la vida sexual; los hay porque fueron castrados (Mt 19, 12), y hay, por fin, eunucos en sentido espiritual, hombres que, siendo perfectamente normales, renuncian al matrimonio y a la vida sexual por el reino de los cielos (Mt 19, 12). -> .

E. M. N.

FERNANDEZ RAMOS, Felipe (Dir.), Diccionario de Jesús de Nazaret, Editorial Monte Carmelo, Burbos, 2001

Fuente: Diccionario de Jesús de Nazaret

Tanto la palabra hebrea sa·rí­s como la griega eu·nóu·kjos aplican en su sentido literal al varón castrado. En las cortes reales estos hombres eran servidores o guardianes de la reina, del harén y de otras mujeres. (Est 2:3, 12-15; 4:4-6, 9.) Debido a su proximidad a la casa real, era frecuente que los eunucos con buenas aptitudes llegasen a puestos de alto rango. En sentido amplio, el término también aplicaba a cualquier oficial que tuviera deberes en la corte del rey, sin que esto significase que fuera eunuco en sentido literal.
Bajo el pacto de la Ley no se permití­a que un eunuco llegara a ser parte de la congregación del pueblo de Dios. (Dt 23:1.) Por lo tanto, no hay indicios de que ningún israelita o residente forastero fuera hecho eunuco para servir en el palacio de los reyes israelitas. Bajo la Ley, los esclavos tení­an que ser circuncidados, no castrados; sin embargo, la costumbre de las naciones paganas orientales era hacer eunucos a algunos de los niños capturados en la guerra.
Se llama eunuco al oficial de la corte que estaba a cargo del tesoro de la reina de Etiopí­a a quien predicó Felipe. Este funcionario real era un prosélito de la religión judí­a que habí­a ido a Jerusalén a adorar a Dios. Pero como bajo la Ley no se aceptaba a personas castradas en la congregación de Israel, en este contexto el término eu·nóu·kjos no debe entenderse en sentido literal, sino como †œoficial de la corte†. (Hch 8:26-39; Dt 23:1.) Ebed-mélec, el etí­ope que rescató al profeta Jeremí­as de su encierro en una cisterna, era un eunuco de la corte del rey Sedequí­as. En esta ocasión también parece que el término se emplea en su sentido frecuente de †œoficial de la corte†. Ebed-mélec debe haber sido un hombre de autoridad, ya que intercedió ante el mismo rey Sedequí­as en favor de Jeremí­as y se le dio el mando sobre 30 hombres para poder rescatarlo. (Jer 38:7-13.)
De manera consoladora, Jehová predijo que llegarí­a un tiempo en el que aceptarí­a a los eunucos como sus siervos, y si le obedecí­an, recibirí­an un nombre mejor que hijos e hijas. Con la abolición de la Ley por medio de Jesucristo, todas las personas que ejercí­an fe, podí­an llegar a ser hijos espirituales de Dios, prescindiendo de su posición o condición anterior. De este modo desaparecieron las diferencias debidas a factores carnales. (Isa 56:4, 5; Jn 1:12; 1Co 7:24; 2Co 5:16.)
En Mateo 19:12 Jesús habló de tres clases de eunucos, al decir: †œPorque hay eunucos que nacieron así­ de la matriz de su madre, y hay eunucos que fueron hechos eunucos por los hombres, y hay eunucos que a sí­ mismos se han hecho eunucos por causa del reino de los cielos. Quien pueda hacer lugar para ello, haga lugar para ello†. Los que †œa sí­ mismos se han hecho eunucos† a causa del Reino son aquellos que ejercen autodominio para poder dedicarse por completo al servicio a Dios. El apóstol Pablo recomienda este derrotero como el †œmejor† para los cristianos que no se han †˜encendido de pasión†™, ya que pueden servir al Señor con más constancia y †œsin distracción†. (1Co 7:9, 29-38.) Tales †œeunucos† no son personas que se hayan castrado o emasculado, sino que, más bien, permanecen solteros voluntariamente. Por otra parte, la Biblia no recomienda ningún voto de celibato, y el †˜prohibir casarse†™ se condena como una de las señales de la apostasí­a. De hecho, algunos de los apóstoles eran hombres casados. (1Ti 4:1-3; 1Co 9:5; Mt 8:14; Mr 1:30; Lu 4:38; véase OFICIAL DE LA CORTE.)

Fuente: Diccionario de la Biblia

A. NOMBRE eunoucos (eujnou`co”, 2135) denota: (a) un hombre castrado, un eunuco (Mat 19:12); (b) en el tercer caso de este versí­culo, uno que está naturalmente incapacitado para, o que se abstiene voluntariamente de, el matrimonio; (c) uno de ellos en una posición de gran autoridad en una corte, un chambelán (Act 8:27-39).¶ B. Verbo eunouquizo (eujnoucivzw, 2134), hacer un eunuco (de A). Se usa en Mat 19:12, como (b) en A; y en la voz pasiva: “son hechos eunucos”, probablemente una alusión hecha por el Señor al hecho de que habí­a eunucos en las cortes de los Herodes, como bien lo sabrí­an sus oyentes.¶ EVANGELIO, EVANGELISTA, EVANGELIZAR A. NOMBRES 1. euangelistes (eujaggelisthv”, 2099), lit.: mensajero de lo bueno (eu, bien; angelos, mensajero). Denota un predicador del evangelio (Act 21:8; Eph 4:11), que pone en claro lo distintivo de esta función en las iglesias (2Ti 4:5).¶ Cf. euangelizo, proclamar las gratas nuevas, y euangelion, gratas nuevas, evangelio. Los misioneros son evangelistas, al ser esencialmente predicadores del evangelio. 2. euangelion (eujaggevlion, 2098) denotaba originalmente una recompensa por buenas nuevas; más tarde desapareció la idea de la recompensa, y la palabra vino a denotar las mismas buenas nuevas. En el NT denota las buenas nuevas del Reino de Dios y de la salvación a través de Cristo, que debe ser recibida por la fe, sobre la base de su muerte expiatoria, su sepultura, resurrección y ascensión (p.ej., Act 15:7; 20.24; 1Pe 4:17). Aparte de estas referencias y de las que se hallan en los Evangelios de Mateo y Marcos, y Rev 14:6, este término se halla solo en las Epí­stolas de Pablo. El apóstol lo usa para denotar dos cosas relacionadas, pero distintas: (a) de los hechos básicos de la muerte, sepultura y resurrección de Cristo (p.ej., 1Co 15:1-3); (b) de la interpretación de estos hechos (p.ej., Rom 2:16; Gl 1.7,11; 2.2); en (a) el evangelio se contempla históricamente, en (b) doctrinalmente, con referencia a la interpretación de los hechos, tal como queda en ocasiones indicado en el contexto. Las siguientes frases describen los sujetos o naturaleza o alcance del mensaje: es el evangelio de Dios (Mc 1.14; Rom 1:1; 15.16; 2Co 11:7; 1Th 2:2,9; 1Pe 4:17); Dios acerca de su Hijo (Rom 1:1-3); su Hijo (Rom 1:9); Jesucristo, el Hijo de Dios (Mc 1.1); nuestro Señor Jesús (2Th 1:8); Cristo (Rom 15:19, etc.); la gloria de Cristo (2Co 4:4); la gracia de Dios (Act 20:24); la gloria del Dios bendito (1Ti 1:11); vuestra salvación (Eph 1:13); paz (Eph 6:15). Cf. también “el evangelio del Reino” (Mat 4:23; 9.35; 24.14); “el evangelio eterno” (Rev 14:6). En Gl 2.14: “la verdad del evangelio” denota no el verdadero evangelio, sino su verdadera enseñanza, en contraste con las perversiones que se hacen de él. Las siguientes expresiones se usan en relación con el evangelio: (a) con respecto a su testimonio; (1) kerusso, predicarlo como heraldo (p.ej., Mat 4:23; Gl 2.2; véase PREDICAR); (2) laleo, hablar (1Th 2:2); (3) diamarturomai, testificar, exhaustivamente (Act 20:24); (4) euangelizo, predicar (p.ej., Act 5:42; 1Co 15:1,2; 2Co 11:7; Gl 1.9,16, véase B más abajo); (5) katangelo, “anunciar” (p.ej., 4.2); (6) douleuo eis, servir al (“ha servido”); (7) sunathleo en, laborar con en (Phi 4:3); (8) jierourgeo, ministrar (Rom 15:16); (9) pleroo, predicar plenamente (Rom 15:19); (10) sunkakopatheo, sufrir penalidades con (2Ti 1:8); (b) con respecto a su recepción u otros aspectos: (1) decomai, recibir (2Co 11:4); jupakouo, dar oí­do, u obedecer (Rom 10:16; 2Th 1:8); pisteuo en, creer en (Mc 1.15); metastrefo, pervertir (Gl 1.7). B. Verbo euangelizo (eujaggelivzw, 2097), traer o anunciar buenas nuevas (castellano, evangelizar). Se usa: (a) en la voz activa en Rev 10:7 “anunció”; 14.6: “predicar”; (b) en la voz pasiva, de las cosas que deben ser proclamadas como gratas nuevas (Luk 16:16; Gl 1.11; 1Pe 1:25); de las personas a las que les es hecha la proclamación (Mat 11:5; Luk 7:22; Heb 4:2,6; 1Pe 4:6); (c) en la voz media, especialmente del mensaje de la salvación, con un objeto personal, ya bien la Persona predicada (p.ej., Act 5:42; 11.20; Gl 1.16), o, con una preposición, de las personas evangelizadas (p.ej., Act 13:32 “os anunciamos el evangelio”; Rom 1:15; Gl 1.8); con un objeto impersonal (p.ej.: “la palabra”, Act 8:4; “el evangelio”, 8.12; “la Palabra del Señor”, 15.35; “el evangelio”, 1Co 15:1; 2Co 11:7; “la fe”, Gl 1.23; “paz”, Eph 2:17; “las inescrutables riquezas de Cristo”, 3.8). Véanse ANUNCIAR, DAR NUEVAS, PREDICAR, etc.

Fuente: Diccionario Vine Nuevo testamento

(heb. sārı̂s). La derivación de la palabra veterotestamentaria es incierta, pero se cree que proviene de un término as. que significa, “el que es cabeza (al rey)”. (Así Jensen [ZA 7, 1892, 174 A.1], y Zimmern [ZDMG 53, 1899, 116 A.2]; aceptado por S. R. Driver y L. Koehler en sus léxicos; véase además nota por este último en su Supplement, pp. 219.) Su significado primario es “funcionario de la corte”. En hebreo hay un significado secundario, a saber, “castrado” o “eunuco”. Por Herodoto sabemos que “en países orientales los eunucos son valorados por ser particularmente dignos de confianza en todo sentido” (8.105). Tales personas eran frecuentemente empleadas por los gobernantes orientales como funcionarios de la casa. Por ello, en oriente resulta difícil a veces saber cuál de los dos sentidos debe entenderse, o si debe entenderse que incluye ambos sentidos a la vez. A Potifar (Gn. 39.1), que era casado (v. 7), se lo menciona como un sārı̂s (LXX eunoujos): aquí el significado de “funcionario de la corte” quizá sea el más probable. En Is. 56.3 resulta obvio el significado de “castrado”. En Neh. 1.11, “yo servía de copero al rey”, algunas copias de la LXX tienen eunoujos; pero probablemente se trate de un error por oinojoos, como indica Rahlfs en Septuaginta (1, pp. 923). El “castrado” debía ser excluido de la asamblea del Señor (Dt. 23.1). No es necesario suponer, como parece hacerlo Josefo (Ant. 10.186), que Daniel y sus compañeros fueran “castrados”, por cuanto eran sin “tacha alguna” (véase Dn. 1.4).

En el NT se usa la palabra eunoujos, y puede provenir de eunēn ejō (‘guardar la cama’). Como su equivalente sārı̂s, no es necesario que signifique castrado, estrictamente. En Hch. 8.27 puede tratarse de ambos sentidos; en Mt. 19.12 el significado “castrado” está fuera de toda duda. En este último pasaje se mencionan tres clases de eunucos, a saber, eunucos de nacimiento, los que han sido hechos eunucos por los hombres, y los eunucos espirituales. La última clase incluye a todos aquellos que han sacrificado deseos legítimos y naturales por el bien del reino de los cielos. Se decía en la iglesia primitiva que Orígenes, haciendo una interpretación literal equivocada de dicho pasaje, se mutiló físicamente.

El judaísmo conocía sólo dos clases de eunucos: el operado por los hombres (sārı̂s ’āḏām), y el natural (sārı̂s ḥammâ), así la Misná (Zabim 2.1). Este último término, sārı̂s ḥammâ o “eunuco del sol” es explicado por Jastrow, Dictionary of Babylonian Talmud, etc., 1, pp. 476, con el significado de “eunuco desde el momento de ver el sol”, en otras palabras, eunuco de nacimiento. (* Camarero )

R.J.A.S.

Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico