LADRILLO

Gen 11:3 dijeron unos a otros: Vamos, hagamos l
Exo 1:14 en hacer barro y l .. y en toda labor del
Isa 9:10 l cayeron, pero edificaremos de cantería


Ladrillo (heb. lebênâh). El arte de hacer ladrillos era común y muy desarrollado en Egipto (Exo 1:14; 5:7-19) y en Mesopotamia (Gen 1:3). Los primitivos hebreos estaban familiarizados con ladrillos hechos de arcilla, ya sea secados al sol o quemados en un horno, aunque algunas de sus casas eran de piedra. Los ladrillos de barro secados al sol se hací­an con paja o sin ella, y constituí­an el material más extensamente usado en la construcción de las paredes de las casas, los edificios públicos y las fortificaciones en toda Palestina. Evidentemente, los ladrillos cocidos rara vez se usaban en Palestina, aunque también se los empleaba en Mesopotamia (cf Gen 11:3) para formar las capas exteriores de las estructuras públicas y hacerlas más durables. Ilustraciones 692 y textos antiguos nos dan un cuadro bastante completo de la fabricación de ladrillos, que resulta coincidente con la descripción de Exo 5:7-19 Muchos ladrillos antiguos llevan estampado el nombre del rey durante cuyo reinado fueron fabricados, lo que nos da valiosas informaciones acerca de la edad de antiguos edificios y sus ruinas. Las casas* ordinarias generalmente se construí­an con ladrillos secados al sol (adobes), excepto en regiones como la montañosa de Palestina, donde la piedra era muy abundante (fig, 93, 297, 298). 297. Un ladrillo de Babilonia inscrito con nombre y los tí­tulos del rey Nabucodonosor. 298. Semitas y negros fabrican ladrillos. Representación encontrada en la tumba de Rekh-mi-Ra en Tebas.

Fuente: Diccionario Bíblico Evangélico

Pieza de barro cocido usada en la construcción. Originalmente se tomaba el barro, mezclado con paja, y se amasaba pisando y saltando sobre él (Nah 3:14), luego se poní­a en bloques, dejándolos secar al sol, produciéndose así­ piezas de adobe. El descubrimiento del uso del fuego para secar esos bloques revolucionó la industria de la construcción (Gen 11:3). El l. es aquel que ha sido tratado a fuego. Los israelitas en Egipto fabricaban l. para las grandes construcciones del Faraón (Exo 1:11-14; Exo 5:6-16). Este trabajo siguió siendo muy fuerte, porque cuando David venció a Rabá, a sus habitantes David †œlos hizo trabajar en los hornos de l.† (2Sa 12:31). Probablemente cerca de la torre de los Hornos, en Jerusalén, habí­an hornos para fabricar l. (Neh 3:11).

Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano

tip, UTEN

ver, EGIPTO, FARAí“N

vet, Masa de arcilla amasada en agua, rectangular, endurecida por cocción en un horno (Gn. 11:3) o por secado al sol (Herodoto 2:136). Si la arcilla se mezclaba con paja, los ladrillos se debí­an dejar secar al sol (Ex. 5:7). En Mesopotamia, el ladrillo era el principal material de construcción. La piedra era un material no disponible localmente, y se tení­a que hacer traer de muy lejos. Sólo era empleada para reforzar los suelos, las puertas, y para ornamentar los palacios en frisos y estatuas. En Babilonia, los ladrillos eran frecuentemente cocidos, en tanto que en Ní­nive, lo mismo que en Egipto, eran secados al sol. En este último paí­s, la fabricación de ladrillos, considerada como penosa y malsana, era dejada a los esclavos; los hebreos tuvieron esta tarea durante su esclavitud en Egipto (Ex. 1:14; Ex. 5). En la tumba de Rekhmire, gran visir de Tutmose III, se ven esclavos semitas ocupados en este trabajo. Ramsés II (alrededor del año 1290 a.C. en la cronologí­a comúnmente aceptada, 793-726 a.C. en la cronologí­a revisada; véanse EGIPTO y FARAí“N, Bibliografí­a, Courville, etc.) reconstruyó la ciudad de Zoan-Avaris (la Ramesés de Ex. 1:11), y los ladrillos están marcados con su nombre. Los israelitas aprendieron en Egipto la manera de hacer los ladrillos, y conservaron casi exactamente los mismos métodos. En muchos lugares del Oriente Medio se siguen fabricando los ladrillos mezclando la arcilla con paja y amasando en agua. Después de dar la forma de ladrillo mediante moldes, se dejan secar al sol.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado

Masa de arcilla o barro endurecido utilizada para la construcción. En las tierras bí­blicas se ha usado tanto el adobe como el ladrillo (heb. leve·náh) desde tiempos remotos. Los edificadores de la antigua Babel no hallaron piedra en las proximidades del lugar que escogieron para levantar su ciudad, de modo que usaron ladrillos en vez de piedra, y betún en lugar de argamasa. Al parecer, los cocieron en hornos, es decir, los endurecieron †œcon un procedimiento de quema†. (Gé 11:3.) En el antiguo Egipto, los israelitas esclavizados trabajaron en la fabricación de adobes. La situación se hizo más difí­cil cuando se les mandó que ellos mismos recogiesen la paja y aun así­ produjesen la misma cantidad de adobes. (Ex 5:7-19.) En la Tierra Prometida, los israelitas continuaron usando adobes para la construcción, aunque parece que preferí­an la piedra. (Isa 9:10.) A pesar de que en las montañas de Palestina abunda la piedra, en algunas zonas hay muy poca de buena calidad. Por consiguiente, en las tierras bajas, en ciudades como Jericó y Ezión-guéber, no solo usaron ladrillo para los muros de la ciudad, sino también para las viviendas. En algunos lugares de Siria y Palestina las casas se construyen actualmente en parte con piedras labradas y el resto con adobes, y se emplea la piedra labrada para los muros que quedan más expuestos a las tormentas invernales.
En el proceso de fabricación de ladrillos o de adobes, primero se quitaban del barro o la arcilla las sustancias extrañas, y después se mezclaba con paja cortada en trozos muy pequeños u otras materias vegetales. Este procedimiento queda corroborado por un comentario hallado en un documento del antiguo Egipto, el Papiro Anastasi, que dice: †œNo habí­a quien moldeara ladrillos ni habí­a paja en el vecindario†. (Life in Ancient Egypt, de A. Erman, 1894, pág. 117.) Aunque en Egipto también se han hallado ladrillos sin paja, parece más bien una excepción, que no permite suponer que cuando los israelitas tuvieron que conseguir paja para hacer adobes, los hicieran sin ella. Gracias a pruebas realizadas en años recientes se ha podido comprobar que la mezcla de paja con arcilla facilita la manipulación de la masa y triplica la resistencia del ladrillo o del adobe que se hace con ella.
Preparada la mezcla de barro o arcilla y paja, se humedecí­a con agua, se amasaba con los pies y luego se moldeaba a mano o se comprimí­a en moldes cuadriláteros de madera (heb. mal·bén; Na 3:14). Es posible que espolvorearan los moldes con tierra seca para sacarlos con facilidad. Mientras todaví­a estaba húmedo, solí­an sellarlo con la marca del monarca reinante. A continuación lo cocí­an en un horno o, en su defecto, se dejaba como adobe.
En Babilonia era común cocer los ladrillos en hornos, y estos ladrillos eran los que por lo general se empleaban en la construcción de las murallas de la ciudad y en las paredes y suelos de los palacios. A veces se empleaban adobes para el tabicaje o en la construcción de muros muy gruesos, alternándolos con ladrillos. En cambio, parece que en Egipto, Asiria y Palestina predominó el uso del adobe, si bien el ladrillo era de calidad superior, pues el primero tendí­a a deshacerse cuando habí­a inundaciones y a encogerse bajo el intenso calor del verano. Sin embargo, parece que en casos muy concretos dieron muy buen resultado, como en Ezión-guéber, cuyas edificaciones han permanecido en pie durante siglos. (Véase HORNO DE CALCINACIí“N.)
El uso generalizado del adobe explica por qué ha permanecido oculto durante siglos el emplazamiento de algunas ciudades antiguas. Los adobes desmoronados de las ciudades formaron montí­culos de tierra de aspecto muy parecido al del terreno circundante. En Palestina y Siria esos montí­culos con frecuencia contienen las ruinas de varias ciudades.
Los ladrillos o los adobes variaban considerablemente en forma y tamaño. La forma rectangular era la más común en Egipto, aunque para la construcción de los arcos se empleaba un ladrillo con forma de cuña. El ladrillo egipcio tení­a de 36 a 51 cm. de largo, de 15 a 23 cm. de ancho y de 10 a 18 cm. de alto. En Babilonia se han hallado ladrillos cuadrados, oblongos, triangulares y de cuña. Sin embargo, los ladrillos de épocas posteriores, como los del tiempo de Nabucodonosor, por lo general eran cuadrados y medí­an unos 30 cm. de lado.
El comentario que se hace en Isaí­as sobre hacer humo de sacrificio sobre los ladrillos, bien pudiera referirse al tipo de pavimento del lugar donde se ofrecí­an los sacrificios o a los ladrillos que se colocaban en los tejados. (Isa 65:3.)

Fuente: Diccionario de la Biblia

Bloque de barro o arcilla, generalmente rectangular, secado al sol o en el horno (“cocido”); es el material de construcción más común del mundo bíblico antiguo. Al principio se lo moldeaba a mano, pero pronto se lo comenzó a fabricar en moldes de madera, abiertos y rectangulares. Se mezclaba el barro con arena, paja desmenuzada, etc., luego se ubicaban los ladrillos en largas hileras y se déjaban a la intemperie para que se secaran; vease Petrie, Egyptian Architecture, 1938, pp. 3–13; Lucas, Ancient Egyptian Materials and Industries4, 1962, pp. 48–50. A menudo los ladrillos llevaban inscripciones estampadas: en Egipto, el nombre del faraón o del edificio donde se iban a usar; en Babilonia, también el nombre del rey y la dedicatoria; p. ej. Nabucodonosor, de quien se conocen cinco sellos diferentes. Para estos, y para las técnicas de fabricación de ladrillos empleadas por Nabucodonosor, véase R. Koldewey, Excavations at Babylon, 1914, pp. 75–82 y las ilustraciones.

El ladrillo secado al sol, o adobe, era el material de construcción que se usaba invariablemente en la Mesopotamia, donde a menudo se utilizaban ladrillos cocidos en horno para las fachadas y los pavimentos (cf. tamb. Gn. 11.3). En Egipto se empleaba habitualmente el adobe para todos los edificios, excepto los más importantes y permanentes (p. ej. los templos y tumbas de piedra); los ladrillos cocidos en horno casi no se conocen en épocas anteriores a los romanos. Se practicaban varias formas de trabazón.

Ex. 5.6–19 es una fiel ilustración de la forma en que se fabrican los ladrillos en el antiguo Egipto. Regularmente se utilizó la paja o el rastrojo en las dinastías 19ª y 20ª (ss. XIII-XII a.C.), ya que los ladrillos así fabricados eran mucho más resistentes. En un papiro de la época figura un informe de un funcionario sobre la produccón de sus obreros: “fabrican su cuota diaria de ladrillos”, mientras que otro se queja de que, “… en Qenqenento … no hay ni hombres para hacer ladrillos ni paja en el vecindario”; cf. R. A Caminos Late-Egyptian Miscellanies, 1954, pp. 106, 185. La paja no es en sí agente para ligar, sino que su descomposición química en la arcilla produce un ácido que (como el ácido glutámico o el galotánico) le da mayor plasticidad para su fabricación. Evidentemente este efecto (pero no, naturalmente, el proceso químico) era muy conocido. Véase A. A. McRae en Modern Science and Christian Faith, 1948, pp. 215–219, según E. G. Acheson, Transactions of the American Ceramic Society 6, 1904, pp. 31; mayores comentarios y referencias se encontrarán en Lucas, op. cit., pp. 49; y cf. tamb. C. F. Nims, BA 13, 1950, pp. 21–28.

En Palestina, también, los adobes constituían la norma; los muros de la ciudad y las viviendas a menudo se construían con ladrillos sobre una fundación de piedra.

Para la frase “quemando incienso sobre ladrillos” (Is. 65.3), cf. altares de ladrillos de barro de un período muy primitivo en Meguido, ANEP, pp. 229, fig(s). 729. (* Arquitectura; * Muros )

Bibliografía. K. A. Kitchen, “From the Brickfields of Egypt” TynB 27, 1976, pp. 137–147.

K.A.K.

Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico