PIE

Deu 8:4 ni el p se te ha hinchado en estos 40 años
Deu 11:24; Jos 1:3 lugar que pisare .. vuestro p
Jos 3:15 los p de los sacerdotes .. fueron mojados
Jos 10:24 poned vuestros p sobre los cuellos de
Rth 3:4 descubrirás sus p, y te acostarás allí
1Sa 2:9 él guarda los p de sus santos, mas los
2Sa 4:4 Jonatán .. tenía un hijo lisiado de los p
2Sa 22:34; Psa 18:33; Hab 3:19 hace mis p como de
2Ch 16:12 Asa enfermó gravemente de los p, y
Neh 9:21 sus vestidos no .. ni se hincharon sus p
Job 18:8 porque red será echada a sus p, y sobre
Job 29:15 yo era ojos al ciego, y p al cojo
Psa 26:12 mi p ha estado en rectitud; en las
Psa 66:9 no permitió que nuestros p resbalasen
Psa 91:12 para que tu p no tropiece en piedra
Psa 119:59 mis .. y volví mis p a tus testimonios
Psa 119:105 lámpara es a mis p tu palabra, y
Psa 121:3 no dará tu p al resbaladero, ni se
Psa 122:2 nuestros p estuvieron dentro de tus
Pro 1:16; Pro 6:18; Isa 59:7 sus p corren hacia el mal
Pro 5:5 sus p descienden a la muerte; sus pasos
Pro 6:13 que guiña los ojos, que habla con los p
Ecc 5:1 fueres a la casa de Dios, guarda tu p
Son 7:1 ¡cuán heremosos son tus p en las sandalias
Isa 52:7 ¡cuán hermosos son .. los p del que trae
Eze 2:1 ponte sobre tus p, y hablaré contigo
Dan 2:33 sus p, en parte de hierro y en parte de
Nah 1:15 los p del que trae buenas nuevas, del
Mat 4:6 para que no tropieces con tu p en piedra
Mat 18:8; Mar 9:45 o tu p te es ocasión de caer
Mat 28:9 ellas .. abrazaron sus p, y le adoraron
Luk 7:38 a sus p .. a regar con lágrimas sus p
Luk 21:36 estar en p delante del Hijo del Hombre
Joh 11:2 la que .. le enjugó los p con sus cabellos
Joh 12:3 ungió los p de Jesús, y los enjugó con
Joh 13:5 comenzó a lavar los p de los discípulos
Act 5:9 he aquí a la puerta los p de los que han
Rom 3:15 sus p se apresuran para derramar sangre
Rom 10:15 hermosos son los p de los que anuncian
Rom 14:4 para su propio señor está en p, o cae
1Co 12:15 si dijere el p: Porque no soy mano
1Co 12:21 ni tampoco la cabeza a los p: No tengo
1Co 15:25 puesto a .. sus enemigos debajo de sus p
Eph 6:15 calzados los p con el apresto del evangelio
Jam 2:3 al pobre: Estate tú allí en p, o siéntate
Rev 1:15 y sus p semejantes al bronce bruñido
Rev 6:17 su ira .. ¿y quién podrá sostenerse en p?
Rev 20:12 vi a los muertos .. de p ante Dios; y los


Pie (heb. regel; gr. poús). Antiguamente, como todaví­a hoy, en las tierras del Oriente la reverencia se demostraba descalzándose (Exo 3:5; Jos 5:15). Los hebreos también se quitaban el calzado en momentos de gran desgracia y de duelo (2Sa 15:30). El respeto por otra persona se mostraba postrándose a sus pies (2Ki 4:37; Est 8:3; Mar 5:22; Rev 19:10). Los victoriosos los poní­an sobre los cuellos de los conquistados como un signo de dominio (Jos 10:24). El salmista declara que por cuanto sirvió fielmente a Dios sus pies estuvieron en “suelo llano” (Psa 26:12, BJ). Cuando a alguien lo alcanzaban los resultados de su maldad, o caí­a en pecado, figuradamente se decí­a que los suyos habí­an tropezado o resbalado (Deu 32:35; Psa 73:2, 3). La expresión “sentarse a los pies de un maestro” era literalmente cierta (cf Act 22:3). El profeta llamó a su pueblo a apartar sus pies del sábado (Isa 58:13), con lo que querí­a decir que debí­an dejar de profanar ese dí­a. En la última cena, Jesús lavó los pies de los discí­pulos, ocupando el lugar del siervo, que comúnmente lo hací­a para limpiar el polvo de los pies de los invitados que llegaban (Joh 13:4-14; cf Luk 7:44).

Fuente: Diccionario Bíblico Evangélico

Porque el pie del hombre entra en contacto con la tierra, se lo considera digno de menos honra que la mano o la cabeza. Pero en la iglesia cristiana el pie (es decir, el miembro más humilde) no debe sufrir un sentimiento de inferioridad ni de envidia (1Co 12:15) y el miembro dirigente más sobresaliente (la cabeza) no deberí­a decirle al pie: ¡No te necesito! (1Co 12:21). En el Oriente normalmente se quita el calzado antes de entrar en una casa y se manda al siervo más humilde que lave los pies de la visita.

Antes de entrar al tabernáculo en servicio divino los sacerdotes se lavaban los pies así­ como las manos en la fuente, justo afuera, para que no los acompañara ningún rastro de profanación al servicio (comparar Joh 13:10; Heb 10:22). Para humillar a un enemigo completamente, a veces se poní­a el pie en el cuello de los cautivos, como hicieron los capitanes de Josué (Jos 10:24).

Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano

Mat 22:44, Rev 22:8.

Diccionario Bí­blico Cristiano
Dr. J. Dominguez

http://biblia.com/diccionario/

Fuente: Diccionario Bíblico Cristiano

Debe tenerse en cuenta la significación de ciertos actos en los cuales se mencionan los p., de conformidad con las costumbres hebreas. Golpear el suelo con el p. era algo que se hací­a para expresar gran excitación, ya fuera por una causa alegre o triste (Eze 6:11; Eze 25:6). El andar descalzo era una señal de duelo (2Sa 15:30; 2Sa 19:24). Echarse a los p. de una persona era señal de humillación ante ella, rindiéndole homenaje (1Sa 25:24; Est 8:3). Besar los p. de alguien significaba gran respeto (Luc 7:38). Lamer el polvo de los pies de otra persona expresaba sumisión a ella (Isa 49:23). El vencedor poní­a su p. sobre la nuca de los enemigos (Jos 10:24; Sal 110:1). También se utilizaba la palabra para muchas metáforas. Así­, estar a los p. de alguien significaba ser su sirviente (Jue 4:10). O su alumno, porque éstos se sentaban en el suelo a escuchar la lección (Hch 22:3). Resbalar con los p. es ceder a la tentación (Job 12:5; Sal 17:5). Hollar con el p. significa destruir algo completamente (Isa 26:6; Lam 1:15). La expresión †œcubrir sus pies† es un eufemismo para hablar de †œhacer una necesidad fisiológica†. Saúl entró en una cueva †œpara cubrir sus pies† (1Sa 24:3), sin percatarse de que David y sus hombres estaban dentro de ella.

Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano

tip, COST TIPO

vet, Debido al polvo del camino, y a lo descubiertos que se llevaban los pies, sin calcetines ni medias, era preciso lavarse los pies con mucha frecuencia. A la llegada a una casa, el dueño de ella, o un siervo, lavaba los pies del visitante; como mí­nimo, se debí­a presentar agua para poderse lavar (Gn. 18:4; Lc. 7:44). Así­, lavar los pies vino a ser una expresión denotando el hecho de mostrar hospitalidad (1 Ti. 5:10). La prestación de este servicio de manera voluntaria denotaba una gran devoción; Jesús dio una gran lección de humildad al lavar los pies de Sus discí­pulos (Jn. 13:4-15). Para indicar un trabajo muy humilde se usaba la expresión “desatar las correas de las sandalias” (Mr. 1:7; Lc. 3:16; Jn. 1:27). Para expresar condena y separación, se sacudí­a el polvo de la ciudad de los pies de uno de una manera pública (Mt. 10:14; Hch. 13:51). Para expresar el cuidado de Dios sobre Su pueblo durante la peregrinación en el desierto, Moisés les dice: “Tu vestido nunca se envejeció sobre ti, ni el pie se te ha hinchado en estos cuarenta años” (Dt. 8:4; cfr. 29:5). Como expresión de dominio, se poní­a el pie sobre el cuello del vencido (Jos. 10:24, etc.). Son numerosas las expresiones que se usan en la Biblia con el término “pie”: “Cubrirse los pies” se usa eufemí­sticamente de “hacer las necesidades” (1 S. 24:3). “Hablar con los pies” denota la gran gesticulación con que hablan los orientales, y con la que dan a sus palabras un énfasis y matiz adicionales (Pr. 5:13). “sentado a los pies”, para denotar a un discí­pulo recibiendo enseñanza, (Dt. 33:3; heb. lit.: Lc. 10:39; Hch. 22:3). Hay frecuentes referencias a los pies en cuanto a la conducción por Dios de los Suyos (cfr. Sal. 91:12, que tiene además aplicación mesiánica; Sal. 121:3). Se hace referencia al andar moral en relación con Dios y los demás (Sal. 73:2; Jb. 23:11; 31:5). Aplicado a los que traen gratas nuevas, “los pies” son un sinónimo de “la llegada” (cfr. Is. 52:7).

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado

Aparte de su significación fí­sica como la extremidad inferior del cuerpo humano, tiene variadas significaciones simbólicas. El pie es sí­mbolo de autoridad y de poder (Sal 36, 12). El vencedor pone el pie sobre la nuca del vencido (dos 10, 24). Poner las cosas bajo los pies de uno es someterse a su poder (Mt 22, 44; Mc 12, 36; Lc 20, 43). El siervo, en señal de inferioridad y de súplica, se echa a los pies de su señor (Mt 18, 29; Mc 5, 22; 7, 25; Lc 8, 41; 17, 16; Jn 11, 32). Besar los pies es señal de humildad y de cariño (Lc 7, 38. 45). Sentarse a los pies de uno es adoptar la postura del discí­pulo frente al maestro (Lc 8, 35; 10, 39), es también signo de confianza (Lc 8, 35). Desatar las correas de las sandalias es un oficio de esclavos (Mc 1, 7). Lavar los pies a otros es señal de hospitalidad y de humildad (Jn 13, 5-14). Los judí­os se sacudí­an el polvo de los pies cuando regresaban de una región pagana a Palestina, para no contaminar a Israel con tierra pagana, impura. Los discí­pulos de Jesúsdeben hacer lo mismo con las ciudades que no quieren recibirles, es decir, la deben tratar como tierra impura, ciudad de gentiles (Mt 10, 14; Lc 9, 5; 10, 11).

E. M. N.

FERNANDEZ RAMOS, Felipe (Dir.), Diccionario de Jesús de Nazaret, Editorial Monte Carmelo, Burbos, 2001

Fuente: Diccionario de Jesús de Nazaret

La palabra hebrea ré·ghel y la griega pous se refieren básicamente a la parte inferior de la pierna, la parte del cuerpo sobre la que se sostienen los hombres o los animales. Los dos términos se utilizan tanto de forma literal como figurada.
En la antigüedad se viajaba principalmente a pie, como aún ocurre en la actualidad en muchas partes de la Tierra. Aunque algunas personas iban descalzas, normalmente se llevaban sandalias, que consistí­an en poco más que una suela. (Véase SANDALIA.) Cuando la persona entraba en una casa, tení­a que quitarse las sandalias. El lavar los pies a un invitado era una forma aceptada y casi obligatoria de mostrar hospitalidad. Esta tarea la efectuaba el amo de casa o un sirviente, o al menos se proporcionaba agua para tal fin. (Gé 18:4; 24:32; 1Sa 25:41; Lu 7:37, 38, 44.)
Cuando alguien estaba en suelo santo, tení­a que quitarse las sandalias, por lo que no hay duda de que los sacerdotes iban descalzos cuando realizaban tareas sagradas en el tabernáculo. (Ex 3:5; Jos 5:15.) Es por eso por lo que no estaban incluidas las sandalias en las instrucciones para la confección de la indumentaria sacerdotal. (Ex 28; véase POSTURAS Y ADEMANES.)

Cristo lava los pies de sus discí­pulos. Jesucristo dio a sus discí­pulos una lección de humildad y de presteza para servir a otros cuando él, su Maestro, les lavó los pies. (Jn 13:5-14; compárese con 1Ti 5:9, 10.) Jesús dijo en esa ocasión: †œEl que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, sino que está todo limpio†, refiriéndose al hecho de que incluso si una persona se habí­a bañado, sus pies se llenarí­an de polvo simplemente por andar un poco y por lo tanto tendrí­a que lavarlos más a menudo. En los dí­as del ministerio terrestre de Jesús, no se requerí­a que los sacerdotes y los levitas que estuvieran de guardia en el templo se bañasen de nuevo el mismo dí­a después de haberse sumergido en el agua muy de mañana; únicamente debí­an lavarse las manos y los pies. (Véase también Ex 30:19-21.) Cuando Jesús dijo: †œUstedes están limpios, pero no todos [refiriéndose a Judas]†, Jesús al parecer dio a esta acción una dimensión adicional espiritual. (Jn 13:10, 11.) En Efesios 5:25, 26 se dice que Jesús limpia a la congregación cristiana con el †œbaño de agua por medio de la palabra† de la verdad. Lógicamente, los seguidores fieles de Jesús no solo habrí­an de preocuparse humildemente por las necesidades fí­sicas de sus hermanos, sino mucho más por las espirituales. Por lo tanto, habrí­an de ayudarse unos a otros a mantenerse limpios no cayendo en las tentaciones y enredos diarios que podrí­an contaminar al cristiano en su camino por este mundo. (Heb 10:22; Gál 6:1; Heb 12:13; véase LAVAR LOS PIES.)

†œAndar.† Las palabras †œpie† y †œpies† se emplean a menudo para indicar las inclinaciones o la conducta de una persona, sean estas buenas o malas. (Sl 119:59, 101; Pr 1:16; 4:26; 5:5; 19:2; Ro 3:15.) La palabra †œandar† se utiliza con un significado similar, como en la declaración †œNoé andaba con el Dios verdadero†, que significa que procedí­a en armoní­a con los mandamientos y la voluntad divinos. (Gé 6:9; compárese con Ef 2:1, 2.) Dios dirige los pasos de sus siervos fieles en la senda justa mostrándoles el camino que deben seguir para evitar la caí­da en sentido espiritual o la trampa del mal, y en algunas ocasiones, salvaguardándolos para que no los atrape el enemigo. (1Sa 2:9; Sl 25:15; 119:105; 121:3; Lu 1:78, 79.) Por otra parte, hará que los inicuos pierdan el equilibrio y sean derrotados. (Dt 32:35; Sl 9:15.) Jehová nos aconseja que no nos unamos a las personas malas en su derrotero y que no entremos en un camino incorrecto. (Pr 1:10, 15; 4:27.) También aconseja que cuando alguien vaya a la casa de Dios, guarde sus pies y se acerque con corazón sincero para oí­r y aprender. (Ec 5:1.)

Otros usos figurados. Otras expresiones que tienen un sentido figurado son: †˜lugar de descanso para la planta del pie†™, es decir, lugar de residencia (Gé 8:9; Dt 28:65); †œlo ancho de un pie†, para indicar la parcela de tierra más pequeña que alguien podrí­a poseer (Hch 7:5; Dt 2:5; compárese con Jos 1:3); †˜alzar el pie†™, para seguir o iniciar una lí­nea de conducta (Gé 41:44); †˜hacer cosa rara el pie en la casa del semejante†™, lo que significa no abusar de la hospitalidad (Pr 25:17); †˜andar descalzo†™, en humillación o duelo (a menudo se conducí­a a los cautivos descalzos) (Isa 20:2); †˜depositar algo a los pies de†™ una persona, como regalo u ofrenda (Hch 5:1, 2); †˜caer a los pies de alguien†™, en señal de homenaje (Mr 5:22); †˜sujetar debajo de los pies†™, como muestra de sometimiento (1Co 15:27; Heb 2:8); †˜pisotear o quebrantar bajo los pies†™, en señal de victoria (Mal 4:3; Ro 16:20); †˜colocar los pies sobre la cerviz de un enemigo†™, como sí­mbolo de haberlo subyugado o vencido (Jos 10:24); †˜lavar el pie en sangre†™, al ejecutar a los enemigos (Sl 68:22, 23), y †˜cubrir los pies†™, en el sentido de hacer del cuerpo (literalmente, †˜mantener escondidos los pies†™; Jue 3:24; 1Sa 24:3). La frase †˜mojar el pie en aceite†™ se usó proféticamente para prefigurar la porción pingüe que tendrí­a la tribu de Aser entre las otras tribus de Israel. (Dt 33:24.) Rut descubrió los pies de Boaz y se echó allí­ para darle a entender que debí­a tomar acción legal en lo que tení­a que ver con el matrimonio de cuñado. (Rut 3:4, 7, 8.)

Pies †œhermosos†. Jehová aprecia de manera especial los pies de aquellos que proclaman las buenas nuevas del Reino, y dice que son †œhermosos†. (Isa 52:7; Ro 10:15.) El cristiano debe tener sus pies calzados con el †œequipo de las buenas nuevas de la paz† para que pueda llevar apropiadamente las buenas nuevas. (Ef 6:15.) Al dar instrucciones a sus discí­pulos, Jesús les dijo que cuando rehusaran recibirlos o escuchar sus palabras en una casa o en una ciudad, deberí­an sacudir el polvo de sus pies, con lo que mostrarí­an que los dejaban expuestos a las consecuencias que habrí­an de sobrevenirles de una fuente superior, es decir, del cielo. (Mt 10:14.)

†˜Arranca tu pie.†™ Cuando Jesús dijo: †œSi tu mano o tu pie te está haciendo tropezar, córtalo y échalo de ti† no se referí­a a †œarrancarse el pie† de un modo literal, sino figurado. Quiso decir que en lugar de dejar que un miembro del cuerpo, como una mano o un pie, lleve a cometer un pecado imperdonable, deberí­a amortiguarse ese miembro del cuerpo de tal manera que fuera como si estuviera separado del cuerpo. (Mt 18:8; Mr 9:45; compárese con Col 3:5.)

En el †œcuerpo† cristiano. Cuando el apóstol Pablo compara a la congregación cristiana con el cuerpo humano, subraya la interdependencia de sus miembros con estas palabras: †œSi el pie dijera: †˜Porque no soy mano, no soy parte del cuerpo†™, no por esta razón deja de ser parte del cuerpo†. (1Co 12:15.)

El escabel de los pies de Jehová. Jehová se representa a sí­ mismo en su posición real sentado en un trono celestial y con la Tierra como el escabel de sus pies. (Isa 66:1.) Dice a Sión que embellecerá el lugar de su santuario, y añade: †œYo glorificaré el mismo lugar de mis pies†. (Isa 60:13, 14; véanse DEDO, I; TALí“N.)

Fuente: Diccionario de la Biblia