SARDIS

Rev 3:1-6.


Sardis (gr. Sárdeis, “el sol”). Antigua capital del reino de Lidia. Estaba ubicada en la ladera del monte Tmolo y protegida en 2 de sus lados por el rí­o Pactolo, tributario del Hermo. La ciudad original fue edificada totalmente sobre la colina (fig, 449) y provista de fuertes muros protectores: más tarde se extendió hacia la llanura que se encuentra al pie. Aparece en la historia por 1ª vez en el s VII a.C., cuando era la capital del reino de Lidia, el paí­s donde se inventaron las monedas acuñadas, tan importantes para la economí­a mundial. En el 457 a.C. Ciro tomó la ciudad y se llevó prisionero a Creso, su rey, quien era fabulosamente rico. De allí­ en adelante se convirtió en la capital de una satrapí­a persa, desde donde los persas dirigí­an sus ataques contra los griegos. Más tarde, cambió de manos varias veces. Primero la tomó Alejandro, después Antí­oco el Grande, y en el 190 a.C. se la incorporó 1056 al reino de Pérgamo. Cuando este reino pasó a ser una posesión romana en el 133 a.C., Sardis formó parte de la provincia de Asia. Un terremoto la arrasó en el 17 d.C., pero la reconstruyeron con la ayuda del emperador Tiberio. Su destrucción final ocurrió en 1402, cuando la conquistaron los mongoles a las órdenes de Timur o Tamerián. Nada quedó de su antigua gloria, salvo algunas ruinas. Una aldea cercana todaví­a conserva el viejo nombre de la ciudad: Sart. Mapa XX, B-4. 449. Colina con las ruinas de la Sardis antigua. A partir de 1910 y hasta 1914 una expedición norteamericana realizó excavaciones en el lugar bajo la dirección de C. Butler, la que trajo a luz las impresionantes ruinas de un gran templo del s IV a.C. dedicado a Cibeles, la diosa madre, a quien se le daba localmente el nombre de Artemisa (la Diana de los romanos) en tiempos del NT. Todaví­a están en pie 2 de las columnas de este templo, de 20 m de altura (fig 450). Junto a ellas aparecen las ruinas de una pequeña iglesia cristiana del s IV d.C. Las excavaciones se reanudaron a partir de 1958 bajo la dirección de G. Haufmann de la Universidad de Harvard. Estaban patrocinadas por la Fundación Bollingen, la Facultad Norteamericana de Investigaciones Orientales, y las universidades de Harvard y Cornell. Esta nueva expedición ha desenterrado tumbas reales y privadas, e impresionantes estructuras del perí­odo romano, entre las cuales figuran 2 iglesias cristianas en lo que parece haber sido el barrio cristiano de la ciudad. Una de ellas se remonta al s IV d.C. Un edificio espectacular era una antigua sinagoga judí­a, la más grande que se haya encontrado. Tení­a unos 58 m de largo por 20,7 m de ancho, y posiblemente estuvo en uso desde el 200 hasta el 616 d.C. Entre los donantes que aparecen en las inscripciones figuran 9 consejeros de la ciudad, un contador y un ex procurador, lo que nos permite descubrir cuán importante era la comunidad judí­a de Sardis. Que existí­a una iglesia cristiana en esa ciudad antes de que terminara el s I d.C. lo evidencia la carta que Juan le escribió desde la isla de Patmos (Rev 1:11; 3:1-6). Para mayor información acerca de la importancia de Sardis como la sede de una de las 7 iglesias del Apocalipsis, véase CBA 7:102-104, 772, 773. Bib.: G. M. A. Hanfmann, Letters From Sardis [Cartas desde Sardis] (Cambridge, Mass., 1972). 450. Columnas del gran templo dedicado a Artemisa en Sardis; a la izquierda, ruinas de una iglesia cristiana.

Fuente: Diccionario Bíblico Evangélico

La principal ciudad de Lidia. Capital de Lidia bajo Creso, Sardis era famosa por las artes y artesaní­as y fue el primer centro en acuñar monedas de oro y plata. La captura de la gran ciudadela por el ataque sorpresa por Ciro y sus persas en 549 a. de J.C., y tres siglos más tarde por los romanos, pudo haber proporcionado las imágenes para la advertencia de Juan en Rev 3:3. El gran terremoto del 17 d. de J.C. arruinó a Sardis fí­sica y financieramente.

Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano

Sardis, (Sardeis) la antigua capital de Lidia en el Asia Menor occidental, se menciona en la Biblia sólo en Apocalipsis 1:11; 3:1, 4. Esta es una de las siete ciudades de Asia Menor a las cuales se les dirigieron cartas especí­ficas.
I. Localidad. La ciudad está ubicada 56 kms. al sur de Tiatira. Estaba construida al pie del monte Tmolus estando la acrópolis sobre dicho monte a ca. 244 mts. sobre la ciudad propiamente dicha. La acrópolis estaba rodeada por una triple pared, que permanece hasta el dí­a de hoy. La ciudad está ubicada a ca. 4 kms. al sur del rí­o Hermus. El rí­o Pactolo, que fluye en dirección de norte a sur a través de la ciudad, es tributario del Hermus. La moderna carretera pavimentada, la autopista Salihli, pasa en dirección noroeste a sureste a través de las ruinas de la ciudad.
Sardis es tal vez major conocida como la residencia y capital del rico rey Creso. Es aquí­ donde se ha encontrado la más antigua evidencia del uso de monedas. Algunos han sugerido que fue encontrado oro en las arenas del rí­o Pactolo, pero esto es de dudar, ya que no hay rastros de éste encontrados en el dí­a de hoy. Sin embargo, no hay razón para dudar de las fabulosas riquezas de Creso.
II. Historia de Sardis. W. M. Ramsay (The Letters to the Seven Churches of Asia, pág. 356) indica que el antiguo nombre de Sardis era Hyde, la primitiva capital del valle del Hermus, como fue identificada por Homero. Si esto es correcto, los comienzos de Sardis se remontarí­an al comienzo del reino lidio, ca. 1200 a. de J.C. El nombre Sardis (una forma plural en el griego) se encuentra en la literatura griega del tiempo de Esquilo y Tucí­dides en adelante.
La indicación más antigua de la importancia de Sardis en la historia del mundo es como capital y residencia del rey lidio, Creso. En el 546 a. de J.C. , su fortaleza sobre la acrópolis, la cual Creso consideraba inexpugnable, cayó en las manos de las fuerzas persas movilizadas bajo el liderazgo de Ciro el Grande. Herodoto describe su captura (posiblemente un poco exagerada) en su libro I. A través de los dos siglos siguientes, Sardis estuvo más o menos en los lí­mites entre el oriente y el occidente. Por aquí­ pasaron las fuerzas de Darí­o y Jerjes en sus varios intentos por conquistar a los griegos a principios del siglo V.
Alejandro el Grande concedió la independencia a Sardis cuando se rindió en el 334 a. de J.C. ; pero ésta duró muy poco, terminando en el 322 a. de J.C. , cuando Antí­gono capturó la ciudad. El juicio que hace Sardis de su papel durante este perí­odo se refleja en la presumida inscripción de sus monedas: †œSardis, la primera metrópoli de Asia y de Lidia y del helenismo†.
El control seléucida empezó en el 301 a. de J.C. y continuó hasta el siglo III. En el 190 a. de J.C. , Sardis llegó a ser parte del imperio de Pérgamo. Cuando los romanos tomaron esta área, Sardis llegó a ser parte de la provincia de Asia. Mucho de su esplendor fue destruido por un violento terremoto en el 17 d. de J.C. Para ayudar en este desastre el emperador Tiberio canceló los impuestos por cinco años y le concedió una donación de diez millones de sestercios.
Sardis reconquistó una posición de poder después del 295 d. de J.C. , como la capital de la provincia de Lidia. En la iglesia bizantina, Sardis ocupó una posición de liderazgo, ya que su obispo era el arzobispo Metropolitano de Lidia, el sexto en orden de dignidad de todos los obispos asiáticos y europeos sujetos al patriarca de Constantinopla (Ramsay, Letters, pág. 368). Un lí­der influyente del segundo siglo en la iglesia fue el obispo Melito quien residió en Sardis.
La mayorí­a de los grandes edificios del perí­odo bizantino fueron destruidos por la invasión sansánida ca. 615 d. de J.C. (Hanfmann, BASOR 170, abril 1963, pág. 48). La destrucción final de Sardis ocurrió en el 1402 d. de J.C. , cuando Tamerlán, el gran conquistador asiático, invadió el Asia Menor (E. G. Krealing, Bible Atlas; Rand McNally and Co. New York, 1956, pág. 470).
III. Excavaciones en Sardis. En la primera parte del siglo XX la ahora extinta Sociedad Americana para la Excavación de Sardis fue organizada bajo H. C. Butler de la Universidad de Princeton. Bajo su dirección, esta sociedad realizó excavaciones en Sardis desde 1910 hasta 1914 cuando la Primera Guerra Mundial les obligó a discontinuar este proyecto. Una de las operaciones mayores de esta expedición fue la de despejar el inmenso templo de Artemisa. Sólo dos columnas grandes de este templo eran visibles, pero el trabajo de la expedición reveló un inmenso complejo de edificaciones que cubrí­a un área de 100 por 50 mts. Los restos que quedaron indican que éste fue un templo impresionante del perí­odo romano. La diosa nativa de Sardis era Cibeles, quien fue más tarde identificada como Artemisa. Durante el perí­odo cristiano, fue construido un templo en la esquina sudoriental del templo de Artemisa.
Otra operación importante de estas primeras excavaciones fue la apertura de más de mil tumbas. Aunque estas excavaciones nunca se reiniciaron por esta sociedad (un intento en 1922 tuvo que ser abandonado a causa de la guerra entre Turquí­a y Grecia), sus publicaciones incluyen unos siete tomos completos que aparecieron bajo el tí­tulo general de Sardis (Leiden, 1922 y sigtes.).
En 1958, el Museo de Arte Fogg de la Universidad de Harvard y de la Universidad Cornell, en cooperación con las Escuelas Americanas de Investigación Oriental, lanzaron un nuevo proyecto de excavaciones en Sardis, bajo la dirección de George M. A. Hanfmann de Harvard. Todos los veranos desde 1958 se han llevado a cabo extensas excavaciones. Hanfmann en BASOR ha informado extensamente cada temporada de trabajo (véase BIBLIOGRAFIA).
Las áreas excavadas y bajo excavación se hallan a los dos lados de la autopista Salihli y principalmente al oriente del rí­o Pactolo. Algún trabajo de restauración fue hecho en 1960 en el templo de Artemisa. Este templo helénico habí­a sido reconstruido, posiblemente después del terremoto del 17 d. de J.C. En 1961, se llevaron a cabo investigaciones en la esquina sudoriental del templo de Artemisa. El templo fue parcialmente reparado y restaurado. Esta estructura parece haber estado en uso a mediados del siglo IV después de Cristo en forma continua hasta aproximadamente el 615 d. de J.C. Los excavadores dicen que este pequeño templo †œes un documento social, histórico y arquitectónico de considerable valor† (Hanfmann, BASOR ).
Las excavaciones de 1962 al norte de la autopista Salihli y al oriente del rí­o Pactolo descubrieron las ruinas de una sinagoga judí­a. Inscripciones fragmentarias hebreas, jarrones inscritos, pisos de mosaico y sí­mbolos judí­os (que incluyen una menorah) se encontraron en las ruinas. Más excavación en el área en 1963, reveló una estructura extensa e impresionante. Los restos de las lajas y pilares de mármol y las puertas masivas, indican una estructura de mayor importancia. Se sugiere que esta sinagoga fue construida en la primera mitad del tercer siglo de nuestra era. †œLos dispersos pisos de mosaico, los acabados dinteles y las evidencias de remodelación en todo el edificio testifican de una historia compleja durante los siglos IV, V y VI d. de J.C. , con una remodelación mayor en el siglo IV, seguida por un creciente abandono† (Hanfmann, BASOR 170, abril 1963, pág. 48.) La sinagoga estaba flanqueada por tiendas bizantinas a lo largo de la muralla del sur. Estas estaban en lí­nea con una hilera de negocios bizantinos junto a la muralla del sur del gimnasio ubicado al occidente de la sinagoga. Estas últimas estructuras fueron parte de un complejo más grande de arquitectura de mármol ornamentado.
Las excavaciones de 1960, 1961 y 1962 en la acrópolis dieron señales de restos bizantinos y lidios, así­ como un nivel helénico en el lado norte de la elevación. Otras excavaciones extensas al sur de la moderna autopista han descubierto niveles de ocupación lidios, persas, helénicos, romanos y bizantinos. Estos fueron encontrados en varias tumbas, cuevas funerarias y restos de edificios. Esto indicarí­a prácticamente una ocupación continua de Sardis desde el antiguo perí­odo hasta aproximadamente el siglo VII después de Cristo. Las presentaciones informativas preliminares de BASOR aluden al descubrimiento de un número de objetos únicos de importancia a muchas áreas de estudio.
IV. Evaluación. Dado que las excavaciones en Sardis no se han completado todaví­a, es imposible hacer conclusiones finales concernientes a Sardis y su historia arqueológica. Sin embargo, la evidencia de las excavaciones actuales hace necesario reconsiderar algunas de las conclusiones de Ramsay concernientes a la ciudad. Su calificativo de †œuna ciudad de muerte† para la Sardis del siglo I es difí­cilmente apropiado en todos los aspectos. Por la información del Apocalipsis esta frase parecerí­a dar una descripción adecuada de la condición espiritual de la ciudad. Sin embargo, su estrella continuó brillando, algunas veces tenuemente, hasta el siglo VII. El hecho de que ella tuviera un papel de liderazgo en la iglesia primitiva (véase arriba) probablemente indica que habí­a quienes †œoyeron lo que el Espí­ritu dice a las iglesias† (Ap. 3:6). Algunos aparentemente despertaron, se arrepintieron y fortalecieron lo que quedaba (Ap. 3:2, 3). La amenaza †œvendré como un ladrón† (Ap. 3:3) sin duda les recordó de la historia de la ciudad, ya que su ciudad habí­a caí­do dos veces cuando el pueblo no habí­a estado alerta. El tamaño de la sinagoga que ha sido descubierta indicarí­a una población judí­a más o menos grande en la primera parte de la era cristiana. Esto fue probablemente una fuente de conflicto y dificultad para la iglesia primitiva en Sardis.
El relato bí­blico nos dice muy poco en cuanto a Sardis. Pero los resultados de la investigación arqueológica aquí­ han proporcionado un trasfondo casi completo para el mensaje bí­blico.
BIBLIOGRAFIA: H. C. Butler, et al., Sardis, Volumes Iff., Leyden, 1922 ff. W. M. Ramsay, The Letters to the Seven Churches of Asia, Hodder and Stoughton, London, 1904. G. M. A. Hanfmann, †œExcavations at Sardis, 1958†, BASOR 154 April 1959, págs. 5–35; †œExcavations at Sardis, 1959†, BASOR 157, February 1960, págs. 8–43; †œThe Third Campaign at Sardis, 1960†, BASOR 162, April 1961, págs. 8–49; †œThe Fourth Campaign at Sardis, (1961)†, BASOR 166, April 1962, págs. 1–57; †œThe Fifth Campaign at Sardis (1962)†, BASOR 170, April 1963, págs. 1–65.

Fuente: Diccionario Bíblico Arqueológico

Ciudad de Lida, a cuya iglesia Jesús escribió la quinta carta en el Apocalipsis. Es “la iglesia muerta”, Rev 1:11, Rev 3:1-7.

Diccionario Bí­blico Cristiano
Dr. J. Dominguez

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Fuente: Diccionario Bíblico Cristiano

Ciudad en la Anatolia, hoy Turquí­a, sede de una iglesia cristiana a la cual se enví­a una de las siete cartas del Apocalipsis (Apo 3:1-6). Situada a unos 90 km de la costa, a orillas del rí­o Pactolo, en la convergencia de cinco importantes rutas, era famosa por su gran actividad comercial, al punto de que en S. se acuñaron las primeras monedas de Occidente.

Algunas tradiciones señalan a S. también como el lugar donde se aprendió el arte de teñir paños, y existió allí­ por mucho tiempo una importante industria en este ramo, lo cual podrí­a estar relacionado con la expresión sobre las †œvestiduras blancas† usada en la carta de Juan. También era muy famosa por la abundancia de oro. De allí­, precisamente, era Creso el legendario monarca de grandes riquezas que fue su último rey, vencido por los persas bajo Ciro el Grande. S. tení­a una acrópolis que se pensaba era inexpugnable, pues sus riscos se elevaban casi perpendicularmente y el acceso a la ciudad quedaba sólo por un lado fácil de defender. La abundancia de riquezas y la seguridad de su posición infundieron una exagerada confianza a los habitantes de S., que viví­an una vida muelle, llena de lujos y placeres. Ciro, y otros conquistadores después de él, tomaron la ciudad precisamente por esa despreocupación, ya que se habí­a dejado sin adecuada vigilancia los riscos que rodeaban la ciudad porque se consideraba que eran imposibles de escalar, pero los atacantes encontraron la forma de hacerlo en la oscuridad. Muchos toman esas historias para expresar que posiblemente la comunidad cristiana de S. estuvo influida por el carácter de los habitantes de la ciudad, llegando a poseer una confianza peligrosa en la apariencia de seguridad y prosperidad.
culto principal de S. era a la diosa Cibeles, de cuyo templo sólo quedan hoy dos grandes columnas, y a Artemisa. Existí­a una comunidad judí­a muy rica que llegarí­a a construir (en el siglo III d.C.) una imponente sinagoga, cuyas ruinas fueron descubiertas en el año 1962.

Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano

tip, CIUD IGLE

sit, a9, 368, 192

vet, Antigua capital del reino de Lidia, a unos 80 Km. al este de Esmirna, al pie del monte Tmolos. En el año 546 a.C. Ciro derrotó a Creso, apoderándose de su capital, que vino a ser un centro de la administración persa. Después del paso de griegos y romanos, y bajo el dominio de estos últimos, Sardis fue destruida por un temblor de tierra en el año 17 d.C. El emperador Tiberio la eximió de impuestos para facilitar su reconstrucción; tení­a un barrio judí­o (Ant. 14:10, 24), y bien pronto tuvo una comunidad cristiana (Ap. 1:11; 3:1, 4). En la actualidad es un pueblo; allí­ se hallan las ruinas de un gran templo dedicado a Artemisa, del siglo IV a.C., y vestigios de un templo de Zeus, y los muros de una iglesia cristiana del siglo IV. Su nombre actual es Sart.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado

Sardis está como a 80 kms. y medio al norte de Esmirna y era importante por ser la residencia de Creso. Era un sitio de gran belleza, y una de las ciudades más viejas e importantes del Asia Menor, y hasta 549 a. de J.C. la capital del reino de Lidia. Estaba en al ladera del norte del monte Tí­molus, y su acrópolis ocupaba una de las estribaciones del monte. Un rí­o a su base hací­a a la ciudad casi inexpugnable. La acrópolis fue escalada en dos ocasiones, en 549 a. de J.C. y 218 a. de J.C. por un soldado medo y un cretense, respectivamente (vea Apocalipsis 3:2 sig.). Los sátrapas persas moraban en Sardis. La ciudad fue quemada por los ionios en 501 a. de J.C., pero pronto fue reedificada. En 334 a. de J.C. se rindió a Alejandro, quien le dio su independencia, pero 12 años más tarde fue tomada por Antí­gono. Pasó a los seléucidas en 301 a. de J.C. y se libró otra vez en 190 a. de J.C. Fue destruida por un terremoto en 17 d. de J.C., y nunca se recobró completamente (vea Apocalipsis 3:2). Durante la era cristiana temprana era el hogar de un obispo. En los siglos 11 y 14 fue capturada por los sarracenos y fue completamente destruida por el cruel Tamerlán en 1402.
Entre las ruinas ahora está una pequeña aldea llamada Sert, una corrupción del nombre antiguo. El monte de la acrópolis es de 289 metros y medio de altura y los muros triples todaví­a la rodean. Dos de las muchas columnas del antes famoso templo de Sybele todaví­a quedan en pie. Las ruinas de una necrópolis han sido excavadas y de las cuales se han obtenido tres mil reliquias. Se supone que aquí­ se originó el método de teñir lana, y también muy temprano empezaron a usar monedas de oro y plata. Las referencias en la Biblia a este lugar se encuentran en
Apocalipsis 3:16. Algunas cosas en esta iglesia fueron condenadas y unas son encomendadas.

Fuente: Diccionario Geográfico de la Biblia

Antigua capital de Lidia (en la parte occidental de Asia Menor) y centro de adoración de una diosa asiática relacionada con írtemis o con Cibeles. Estaba ubicada al S. del rí­o Gediz (antes llamado Hermos), a unos 50 Km. al S. de Tiatira (en la actualidad Akhisar) y a unos 75 Km. al E. de Esmirna (en la actualidad Izmir). La acrópolis de la ciudad se erigí­a sobre un risco rocoso casi inaccesible. Aunque una cordillera limitaba su comunicación por la zona S., Sardis dominaba la ruta comercial que iba de E. a O. Su comercio, la gran fertilidad de la tierra y la manufactura de tejidos y alfombras de lana, contribuyeron de modo importante a la relevancia y riqueza de Sardis. La población de la ciudad posiblemente alcanzó en su momento los 50.000 habitantes.
En el siglo VI a. E.C., Ciro el Grande derrotó al último rey de Lidia, Creso, y por más de doscientos años Sardis se convirtió en la capital de la parte occidental del Imperio persa. En el año 334 a. E.C., la ciudad se rindió a Alejandro Magno sin ofrecer resistencia. Posteriormente, quedó bajo la gobernación de Pérgamo y, más tarde, de Roma. En el año 17 E.C. un gran terremoto casi arrasó Sardis, pero pudo reedificarse la ciudad gracias a la generosa ayuda de Roma.
El historiador judí­o Josefo indica que en el siglo I a. E.C. habí­a en Sardis (Sardes) una gran comunidad judí­a. (Antigüedades Judí­as, libro XIV, cap. X, sec. 24.) Para la última parte del siglo I E.C., la congregación cristiana que habí­a en Sardis necesitaba †˜despertarse†™ en sentido espiritual. Sin embargo, también habí­a algunos miembros de esta congregación que †˜no habí­an contaminado sus prendas exteriores de vestir†™. (Rev 3:1-6.)
Entre las notables ruinas de la antigua Sardis se encuentran el templo de la írtemis de los efesios (o Cibeles), un teatro romano, un estadio y una antigua sinagoga. (GRABADO, vol. 2, pág. 946.)

Fuente: Diccionario de la Biblia

(Véase el mapa que acompaña al art. “Colosas”). Ciudad en la provincia romana de Asia, en la parte occidental de lo que es actualmente la Turquía asiática. Fue capital del antiguo reino de Lidia, la mayor de las potencias extranjeras que encontraron los griegos en su primera colonización del Asia Menor. Su primitiva prosperidad, especialmente en el reinado de Creso, se convirtió en sinónimo de riqueza. Se dice que sus riquezas provenían en parte del oro que obtenía del Pactolo, arroyo que atravesaba la ciudad. La ciudad original fue una semiinexpungable ciudadela fortificada que dominaba al amplio valle del Hermo, casi completamente rodeada por escarpados acantilados de roca suelta, sumamente peligrosos para escalar. Su posición como centro de la supremacía lidia en el reinado de Creso terminó abruptamente cuando el rey persa Ciro rodeó la ciudad y tomó la ciudadela en 546 a.C., para lo cual aparentemente escaló los acantilados y entró por un punto débilmente defendido, bajo el manto de la oscuridad. Gracias a las mismas tácticas la ciudad cayó nuevamente en 214 a.C. en manos de Antíoco el Grande. Aunque se encontraba próxima a una importante ruta comercial en el valle del Hermo, bajo el dominio romano nunca recuperó la espectacular prominencia de siglos anteriores. En 26 d.C. su pretensión de ser el lugar de emplazamiento de un templo imperial fue rechazada, eligiéndose en cambio a su rival Esmirna. Actualmente sólo hay una pequeña aldea (Sart) cerca de donde estuvo la antigua ciudad.

La carta “al ángel de la iglesia de Sardis” (Ap. 3.1–6) sugiere que la primitiva comunidad cristiana de la ciudad estaba impregnada del mismo espíritu de la ciudad, que se contentaba con su reputación pasada sin registrar ningún avance posterior y que, al igual que la ciudad, no fue capaz de aprender las lecciones del pasado y mantenerse vigilante. El símbolo de las “vestiduras blancas” era rico en significado en una ciudad famosa por su comercio de lujosas telas: los pocos fieles que se mantienen vigilantes serán ataviados para participar en la triunfal venida de su Señor.

Las importantes excavaciones que actualmente se llevan a cabo han permitido sacar muchas cosas a la luz, entre ellas una espléndida sinagoga de épocas posteriores. Evidentemente Sardis fue durante siglos un centro importante de la diáspora judía, y probablemente haya sido la Sefarad de Abd. 20.

Bibliografía. C. F. Pfeiffer, “Sardis”, °DBA, pp. 570–573; S. Croatto, ”Sardes”, °EBDM, t(t). VI, cofs. 500–501.

W. M. Ramsay, The Letters to the Seven Churches of Asia, 1904, cap(s). 25, 26; D. G. Mitten, BA 29, 1966, pp. 38–68; G. M. A. Hanfmann, informes periódicos en BASOR; C. J. Hemer, NTS 19, 1972–3, pp. 94–97; id., Buried History 11, 1975, pp. 119–135.

E.M.B.G., C.J.H.

Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico