SOLTERIA

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Ausencia de compromiso matrimonial, por falta de madurez para adquirirlo o por opción de celibato, al considerar más conveniente el estar “suelto” (soltero) o sólo en la vida.

Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogí­a Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006

Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa

Estado del no casado. En el principio, después de crear a Adán, †œJehová Dios pasó a decir: †˜No es bueno que el hombre continúe solo. Voy a hacerle una ayudante, como complemento de él†™†. (Gé 2:18, 21-24.) A partir de entonces, el matrimonio se convirtió en el estado normal de vida, y las excepciones eran escasas y por razones especiales. (Véase MATRIMONIO.)
Uno de estos casos especiales fue el de Jeremí­as. Dios ordenó a este profeta que permaneciera soltero y no engendrara hijos, pues aquella nación se iba a encontrar en circunstancias desesperadas, en las que un conquistador cruel e inmisericorde matarí­a atrozmente a los niños. (Jer 16:1-4.) La hija de Jefté fue otra excepción, pues por respeto al voto de su padre, permaneció soltera voluntariamente en el servicio de tiempo completo en la casa de Jehová. (Jue 11:34-40.)
El apóstol Pablo habló de los beneficios de la solterí­a, siempre que no se estuviese bajo presión excesiva, †˜encendido de pasión†™ y, por lo tanto, en peligro de cometer fornicación. El proceder de la solterí­a es †œmejor† en el sentido de que permite servir a Dios †œsin distracción†. (1Co 7:1, 2, 8, 9, 29-38; 9:5.) No se comenta si las cuatro hijas de Felipe el evangelizador se casaron más tarde, pero cuando Lucas escribió Hechos dijo que eran †œví­rgenes, que profetizaban†. (Hch 21:8, 9.)
Cristo Jesús, al igual que Jeremí­as, permaneció sin casarse. En una conversación con sus discí­pulos en cuanto a si se tení­a que preferir la solterí­a más bien que el matrimonio, dijo: †œNo todos hacen lugar para el dicho, sino únicamente los que tienen el don. […] Y hay eunucos que a sí­ mismos se han hecho eunucos por causa del reino de los cielos. Quien pueda hacer lugar para ello, haga lugar para ello†. (Mt 19:10-12.)
Por consiguiente, la solterí­a es un don cuya ventaja básica es la libertad que proporciona al que lo posee. Aquí­ Jesús utilizó lenguaje figurado. Los hombres no †˜hacen lugar para ello†™ haciéndose eunucos de manera literal, sino en sus corazones, decidiendo de manera voluntaria mantenerse solteros, bien por toda la vida o por un perí­odo de tiempo, y manteniendo esa decisión con autodominio.
Sin embargo, la enseñanza y la práctica del celibato obligatorio por parte de ciertos grupos religiosos no tiene apoyo en las Escrituras. Al contrario, está escrito: †œEn perí­odos posteriores algunos se apartarán de la fe, […] prohibirán casarse†. (1Ti 4:1-3.) Muchos de los apóstoles, o, más bien, la mayor parte de ellos, eran hombres casados. (1Co 9:5.) Lo que hace que los que tienen el don de la solterí­a no se casen no es necesariamente un voto de celibato, sino su deseo y disposición de aplicarse al servicio de Dios en estado de solterí­a.

Fuente: Diccionario de la Biblia