SUMISION

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Equivalente a obediente, dependiente, responsable de su labor, pero vinculado a una tarea educadora de calidad, aunque de dependencia a la autoridad.

El término sumisión implica cierta humildad y la aceptación de alguien que se halla por encima y del cual el educador se siente enviado y subsidiario. Es la autoridad que reclama sencillez y entrega del propio juicio, pues no se ofrece a los educandos el propio mensaje, sino el recibido de Alguien superior que enví­a
Es lo contrario a rebelde, autónomo e independiente, que tan bien se lleva con la ciencia o con la cultura.

Es una buena cualidad del educador, sobre todo del que colabora en la educación cristiana. Pero no conviene identificarlo con el concepto paralelo de excesiva sujeción, subordinación o dependencia sin más. El educador tiene que ser lo suficiente libre para pensar por su cuenta y tiene que practicar una sumisión como virtud, no como pobreza.

Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogí­a Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006

Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa

(-> fe, amor, servicio). El cristianismo no es religión de sometimiento a Dios, como es quizá el islam, sino experiencia de amor a Dios y al prójimo. De todas formas, hay en el cristianismo un elemento de sumisión que está fundado en el comportamiento de Cristo, que no se rebeló de un modo violento contra la autoridad, sino que se sometió dejándose matar. En esa lí­nea se puede hablar de una sumisión polí­tica, “sométase toda persona a las autoridades constituidas…” (Rom 13,1), y de un sometimiento mutuo, de carácter personal y reversible, es decir, que va en las dos direcciones, desde la fe en el Cristo, dentro del matrimonio: someteos unos a otros, en el amor de Cristo” (Ef 5,1). En un momento dado, la misma tradición paulina ha podido invocar ese principio de sometimiento ya no reversible, ratificando así­ un orden social jerárquico en el que unos se encuentran sometidos a los otros, como suponen los códigos* domésticos de las cartas pastorales (patriarcalismo*). De todas formas, el Nuevo Testamento en su conjunto no es un texto de sumisión, sino todo lo contrario: texto de libertad y amor mutuo, como han destacado de forma impresionante los textos de Pablo (Gal, Rom) y los evangelios, especialmente el de Me. La sumisión como principio “teológico” ha entrado en el cristianismo posterior, desde fuentes contrarias al espí­ritu de la Biblia, como puede ser la Carta Primera de Clemente*.

PIKAZA, Javier, Diccionario de la Biblia. Historia y Palabra, Verbo Divino, Navarra 2007

Fuente: Diccionario de la Biblia Historia y Palabra

Acción de subordinar el juicio, decisión o afectos propios a los de otras personas, o de acatar y obedecer la ley o un sistema de cosas determinado. Algunos ejemplos de sumisión son: la de Jesucristo a su Padre (1Co 15:27, 28), de la congregación cristiana a Jesús (Ef 5:24) y a Dios (Heb 12:9; Snt 4:7), de los cristianos a los que llevan la delantera en la congregación (1Co 16:15, 16; Heb 13:17, nota; 1Pe 5:5), de las cristianas al orden establecido de enseñanza en la congregación (1Ti 2:11), de los esclavos a sus dueños (Tit 2:9; 1Pe 2:18), de las esposas a sus esposos (Ef 5:22; Col 3:18; Tit 2:5; 1Pe 3:1, 5), de los hijos a sus padres (1Ti 3:4; compárese con Lu 2:51; Ef 6:1) y de los súbditos a los gobernantes o a las autoridades superiores. (Ro 13:1, 5; Tit 3:1; 1Pe 2:13; véanse AUTORIDADES SUPERIORES; JEFATURA; OBEDIENCIA.)
La sumisión o sujeción de un cristiano a los humanos envuelve la conciencia y está determinada por su relación con Dios. Por lo tanto, cuando la sumisión implicara transigir o violar la ley divina, habrí­a que obedecer a Dios más bien que a los hombres. (Hch 5:29.) Por consiguiente, Pablo y Bernabé †˜no cedieron a manera de sumisión†™ ante los falsos hermanos, quienes, en contra del propósito revelado de Dios, abogaban por la circuncisión y la adherencia a la ley mosaica como requisitos para conseguir la salvación. (Gál 2:3-5; compárese con Hch 15:1, 24-29.)
En 2 Corintios 9:13 se muestra que las contribuciones que se realizan a favor de compañeros cristianos necesitados son una prueba de la sumisión de una persona a las buenas nuevas, pues es una obligación cristiana ayudar a los compañeros creyentes necesitados. (Snt 1:26, 27; 2:14-17.)

Fuente: Diccionario de la Biblia